Caracas.– En Venezuela, desde hace varios años, es común que los pagos se realicen en divisas, desde un café o el pasaje en el transporte público hasta las compras de alimentos, ropa y calzado, o incluso vehículos e inmuebles. La dolarización transaccional abarca todos los sectores de la economía nacional y se masificó con los apagones de 2019. De acuerdo con los datos de la firma Ecoanalítica, el año pasado 64% de los pagos en el país se efectuaban en dólares.

Otras investigaciones ubican el uso del dólar en un porcentaje menor, como es el caso del estudio Venezuela: de la crisis económica al capitalismo elitista bodegonero, publicado este año por Friedrich-Ebert-Stiftung de Venezuela, el cual destaca que de 81 bodegones consultados, solo el 23% afirmó que la moneda que más recibieron fue el dólar en efectivo o a través de Zelle, frente a un 66% que recibió más pagos en bolívares. Según este informe, la razón puede obedecer a la necesidad de la población de pagar la mayor cantidad de montos posibles en dólares para guardar los dólares de baja denominación, escasos y atesorados en la economía venezolana. Este estudio además revela que el bolívar fue más utilizado para cancelar montos pequeños mientras que las divisas se usan especialmente para cancelar montos más grandes.

Sin embargo, y pese a la caída de los ingresos petroleros, la dolarización transaccional abarca cada vez más espacios. En la economía venezolana circulan un poco más de 2.500 millones de dólares, cifra que se contrarresta con el equivalente a aproximadamente 800 millones de dólares en bolívares, de acuerdo con recientes declaraciones del economista jefe de Ecoanalítica, Luis Arturo Bárcenas, al diario El Tiempo. Pero, ¿de dónde surgen esas divisas que se utilizan en el país?

El economista y profesor de la Universidad de Los Andes (ULA), Douglas Ramírez, señaló que la mayor parte del dinero que circula en Venezuela surge, por un lado, del sector productivo privado que se ha adaptado al mercado nacional y, por el otro, de las remesas que envían los venezolanos desde el exterior. En ese sentido, explicó que en el país convergen dos economías paralelas, una del sector privado que genera mejores salarios y otra del sector público, que ya otorgó el acostumbrado aguinaldo y si bien no es mucho en términos de cantidad de dinero, otorga cierta capacidad de compra.

“En los sectores populares, una de las cosas que me llama la atención es que la dolarización es mucho más fuerte que en sectores de clase media, especialmente en zonas no centrales del país”, indicó a El Pitazo.

Según Ramírez, la economía local se ha beneficiado de la inyección de divisas al mercado nacional por parte de empresarios nacionales que no pueden usar el dinero en el exterior debido a las sanciones. “Hay muchas fuentes que se están generando, pero no porque el Gobierno provea los recursos financieros”, apuntó.

Ramírez también se refirió a la existencia de una economía negra, relacionada con el contrabando de oro y gasolina, tráfico de estupefacientes, subsidio cambiario, sobrefacturación y extorsión, la cual, según indicó, debe blanquear el dinero a través de negocios lícitos con el fin de que el dinero circule en la economía. Además, con esos recursos se gasta en bienes y servicios, y de alguna manera se filtra al resto de la economía y la dinamiza.

El economista resaltó que en la empresa privada se registran contratos cuyo pago corresponde con el salario mínimo legal y todas las obligaciones establecidas en el marco regulatorio y una bonificación en divisas que no se registra en el sistema contable de las empresas. “Se está, de una u otra manera, filtrando y generando efecto de desborde alrededor de las personas que trabajan para estos grupos empresariales”, aseveró.

Por su parte, José Manuel Puente, economista y profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa), lamentó el hecho de que las actividades ilícitas aporten la mayor cantidad de divisas que circulan en el país. Sin embargo, señaló que hay actividades lícitas que también aportan dólares a la economía y en ese sentido recordó que Pdvsa continúa siendo una de las fuentes importantes de divisas para la economía venezolana, aunque en una medida mucho menor por la caída de la producción. Consultado por El Pitazo, Puente también mencionó a las exportaciones no tradicionales, entre ellas crustáceos y metano, y otras actividades legales como minería.

Con relación a las remesas, otra de las fuentes de divisas para el país, Puente indicó que pueden estar en el orden de los 3.000 a 4.000 millones de dólares al año, si bien aclaró que no hay cifras oficiales sobre estos ingresos.

El analista financiero y director de la firma Econométrica, Henkel García, indicó a El Pitazo que es difícil determinar con precisión de dónde provienen los dólares que circulan en Venezuela por el hecho de que la dolarización es informal; sin embargo, coincidió con Ramírez y Puente en que las actividades ilegales son una de las vías de ingreso de divisas al país, al igual que las remesas, pero aclaró que estas últimas en efectivo no representan un gran volumen.

García agregó a esta lista a las personas que tenían ahorros en dólares y los están utilizando ahora, algunos con cuentas en el exterior, así como a las personas que traen las divisas del exterior.