Dentro de la incertidumbre de enfrentar una enfermedad crónica en Venezuela, a la cual no saben si podrán sobrevivir, los pacientes o sus familiares deben visitar mensualmente o cada dos meses la Farmacia de Medicamentos de Alto Costo del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, en Los Ruices, para retirar medicamentos que son imposibles de adquirir con sus ingresos

Lola Gutiérrez es una paciente oncológica de 63 años quien mensualmente viaja desde Barlovento a Caracas para retirar su tratamiento médico en la Farmacia de Medicamentos de Alto Costo de Los Ruices, en Caracas, una institución adscrita al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).

Una de las premisas para realizar este viaje es llegar muy temprano a Caracas, por eso, se levanta a las 2:00 am, prepara café y algún desayuno sencillo para salir corriendo a hacer la larga fila para abordar la unidad de transporte, que sale dos horas más tarde de la región mirandina.


La farmacia de alto costo es una salvación para nosotros porque nos dan los medicamentos que no podemos obtener

Lola Gutiérrez, la paciente oncológica

Gutiérrez enfrenta por segunda vez un cáncer de mama que le fue detectado a tiempo. “Es grado 1”, comenta. Todos sus esfuerzos dan como resultado que a las 5:00 am esté al frente de las rejas negras de este centro de entrega de fármacos para pacientes con patologías crónicas.

Con su llegada madrugadora a esta farmacia del IVSS logra que a las 10:00 am salga con los medicamentos en sus manos, lo que significa un ahorro de al menos 35 dólares, que es lo que cuesta su quimio, pero implica en paralelo una inversión de cinco horas en colas.

Lola Gutiérrez reconoce que su medicamento es unos de los menos costosos porque en esta farmacia del IVSS se entregan de forma gratuita medicamentos que valen 120, 400 y hasta 600 dólares. “Medicamentos que no podemos obtener”, señala.

A esta sede asisten pacientes con cáncer, esclerosis múltiple, artritis reumatoidea, enfermedades hematológicas, pacientes con trasplantes, déficit de atención e hiperactividad, osteoporosis, esquizofrenia, hipertensión pulmonar, insuficiencia crónica terminal, y hasta enfermedades de tipo genético como la de Gaucher, entre otras.

El proceso de entrega de medicamentos es tan tedioso que algunos pacientes se quedan dormidos en algunas de las 154 sillas ubicadas debajo de un toldo.


Pasé todo el día con la amenaza de que no nos iban a dar la medicina

Familiar de una paciente con rectocolitis ulcerosa

No obstante, ni el madrugonazo ni las largas horas de esperas son garantía de recibir todos los medicamentos, puesto que todo va a depender del inventario disponible en la farmacia, según comentó a El Pitazo un trabajador.

En Venezuela se registra una escasez de medicamentos que para el mes de marzo del 2024 se ubica en 28,4% en los indicados para hipertensión, diabetes, convulsiones, depresión, diarreas e infecciones respiratorias agudas, según el boletín mensual del Índice de Escasez de Medicamentos de la ONG Convite.

Maltratos y amenazas

Algunos trabajadores de esta farmacia adscrita al IVSS confirman que el viernes 26 de abril fue el día de la semana en que menos personas asistieron, lo que ha hecho la jornada más fluida. No fue así entre lunes y miércoles, cuando una importante cantidad de personas formaron una fila que se prolongó a lo largo de la cuadra.

Así fue como le sucedió al familiar de una paciente con rectocolitis ulcerosa, quien prefirió el anonimato por temor a represalias. Ella llegó el pasado martes 23 de abril a Los Ruices a las 4:12 am y logró salir de allí casi 11 horas después, justo a las 3:00 pm.

“Pasé todo el día con la amenaza de que no nos iban a dar la medicina. Afuera se formó una sampablera porque dijeron que iban a recibir nada más que 150 personas, mientras que la cola le daba la vuelta a toda la cuadra y salía hacia la principal. La verdad es que cada día es peor”, señaló la afectada.

También denunció que los empleados del IVSS intimidan a los pacientes con suspender las jornadas de entrega si las personas no hacen silencio. “El maltrato del personal hacia la gente es horrible”, sentencia.


Aquí hay que venir con paciencia, tranquilo, con un desayuno, unos caramelos, los teléfonos cargados

Henry Acosta, el exbombero

Los propios empleados reconocieron este viernes que los días anteriores fueron pesados y, por ello, fueron tachados de maltratadores y abusadores. Así que piden colaboración a los pacientes y familiares de este día para hacer la jornada más ligera.

“Aquí hay que venir con paciencia, tranquilo, con un desayuno, unos caramelos, los teléfonos cargados y saldo para que se pongan a hablar o unos jueguitos”, dice el exbombero Henry Acosta, que visita una vez al mes este centro para buscar el tratamiento de su sobrina para la artritis psoriásica.

Acosta reconoce que la clave para no salir tan tarde de esta farmacia es llegar antes de las 5:00 am, porque después de esas horas se corre el riesgo de salir a las 6:00 pm.

Este exbombero asegura que durante su visita de este viernes recibió un regaño por parte del personal al defender el lugar de otro señor que tuvo que regresar a su vivienda en Propatria porque se le había quedado uno de los requisitos.

“La muchacha interpretó mal lo que yo estaba diciendo, entonces, me aguante un regaño. Claro yo no lo hice con mala intención ni nada de eso”, cuenta Acosta mientras sostiene en una pequeña cava una ampolla de Enbrel que vale más de 2.400 dólares en Estados Unidos.

Así como Acosta, otras personas denunciaron a El Pitazo que algunos integrantes del personal pueden responder de manera ofensiva, gritar o incluso negarle las medicinas a los pacientes y familiares que frecuentan esta farmacia con regularidad.

REQUISITOS PARA RETIRAR MEDICAMENTOS EN ESTA FARMACIA

Fotocopia de la cédula de identidad del paciente.
Informe médico y fecha del tratamiento original con selló del especialista y el centro donde es atendido el paciente.
Recipes originales, uno por cada medicamento con su respectivo sello.
Exámenes correspondientes a la patología (hematología o biopsia).
En caso de que el paciente no pueda asistir a retirar las medicinas, debe redactar una autorización a un familiar directo (que posea su mismo apellido) y anexar fotocopia de la cédula de identidad del autorizado.
Una vez estén registrados deben traer récipes originales y tarjeta de control junto con la hoja de entrega anterior.

Un nuevo registro que genera más demora

Los pacientes que buscan sus medicamentos en esta sede informaron que desde hace un mes están migrando de un proceso manual a uno digital que puede simplificar la entrega de récipes, informes, exámenes y biopsias mes tras mes.

Sin embargo, este proceso también ha ocasionado retrasos porque cada paciente debe durar entre 15 y 20 minutos para completar el proceso de actualización, lo que hace que las colas se demoren mucho más.


La verdad es que cada día es peor. El maltrato del personal hacia la gente es horrible

Familiar de una paciente con rectocolitis ulcerosa

“El mes pasado cuando me registraron —por primera vez— salí a las 4:00 pm”, contó la petareña Carmen Hernández, quien se viene caminando a las 3:00 am hasta Los Ruices porque a esa hora no hay unidades de transporte público disponibles. Es decir, ese día estuvo 12 horas para ser anexada al sistema y retirar los medicamentos.

“Ellos no están bien organizados”, sentenció. Estar inscrita previamente tampoco le garantizó a esta paciente salir temprano este viernes pues tuvo que hacer nuevamente la fila de registro para anexar un medicamento que no fue otorgado en la oportunidad anterior.

“Tienen allá adentro el despelote”, señala Hernández al salir de esta farmacia con su cava, donde lleva siete de los ocho medicamentos recetados para su hija de 28 años.

Una salvación

Aunque este proceso puede ser tedioso, lento y requiere de madrugonazos mensuales, hay pacientes que ven en esta farmacia una gran colaboración para lidiar con su enfermedad.

“La farmacia de alto costo es una salvación para nosotros porque nos dan los medicamentos”, dice la paciente oncológica Lola Gutiérrez.

Gutiérrez confiesa que cuenta con muy pocos recursos, lo que le dificulta costear los exámenes y fármacos que requiere para superar la enfermedad.


El mes pasado cuando me registraron -por primera vez- salí a las 4:00 pm. Es mucha la población que tienen que atender

Carmen Hernández, la petareña

Señala que pese a ser administradora en estos momentos, se encuentra buscando un trabajo para costear su patología, pero reconoce que se le ha hecho difícil pero no por sus condiciones de salud sino por su edad.

Asegura que ser paciente oncológico es difícil y estresante porque cada vez que asiste a consulta le toca repetirse los estudios o realizarse nuevas pruebas, lo que significa más gastos para su limitado presupuesto.

“Los estudios más caros son inmunohistoquímicos y tomografías con contraste. La radioterapia es imposible de costear. Tengo un año de ser operada y no he podido conseguir un cupo”, señala.

Claman por más sedes

Muchos de los pacientes consultados por El Pitazo reconocen que la labor de estos funcionarios es titánica puesto que tienen que lidiar con muchas personas cansadas, con dolores y patologías complicadas, pero piden que sean más conscientes con las personas que están tratando, quienes no están en condiciones de tolerar largas horas de espera.

“No hay que echarle la culpa a ellos porque es mucha la población que tienen que atender debido a que es la única sede aquí en Caracas y, además, vienen personas de Valencia, Barinas”, dice la familiar de una paciente oncológica, Gloria Castillo.

“El Gobierno debería implementar otras sedes para la entrega de estos medicamentos porque con eso ya la asistencia de personas bajaría y mejoraría la calidad de la atención”, añade la petareña Carmen Hernández.


El Gobierno debería implementar otras sedes

Gloria Castillo, la familiar de una paciente oncológica

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