El compositor zuliano Omar Paz es uno de los cientos de feligreses que este 18 de noviembre acuden a la Basílica a pagar promesas a la Virgen del Rosario de Chiquinquirá en su día

Cuando Omar Paz cuenta su historia no para de llorar y mucho menos en el momento que ve la imagen del retablo de Nuestra Señora de Chiquinquirá. De acuerdo con su relato da como cierto tres milagros de La Chinita, los mismos que después de 42 años lo mantienen con su devoción a la patrona de los zulianos, que demuestra al pagar cada 18 de noviembre la promesa: caminar siete kilómetros desde su casa hasta la basílica. Este año son ya cuatro décadas de la primera promesa cumplida, porque lo sanó de una cuadriplejia, le ayudó a desaparecer una tumoración que le crecía cerca del corazón y la petición por la salud de su madre.

En 2010 le dieron la noticia de que tenía un tumor. La recomendación médica era que no se podía esperar mucho tiempo e inició los trámites para la cirugía. Cinco días antes de la intervención quirúrgica, el radiólogo le dijo que no había nada en su cuerpo, no había masa, ni quiste. No había tumor.


Hasta que Dios quiera, voy a escribirle a la Virgen. Ella es mi madre

Omar Paz, compositor zuliano

“La Virgen me sanó de un tumor. Nunca supe si era benigno o maligno porque la Virgen no me dio tiempo. Ocurrió cinco días antes de la operación. El doctor me dijo: ‘aquí hay algo raro porque los exámenes del radiólogo dicen que no hay nada’”, contó Paz desde el interior de la Basílica y con la mirada puesta en la reliquia de la Virgen de Chiquinquirá, que este 18 de noviembre cumple 314 años de su aparición.

Mientras contaba su historia no paró de llorar. Recordó que días antes del nuevo diagnóstico médico vio dibujada la silueta de la Virgen en la puerta de su cuarto. “Yo tenía la premonición de saber que algo iba a pasar”.

¿Qué gaita quieres que cante?

Omar Paz le escribe gaitas a la Chinita, que canta la agrupación Los Chiquinquireños y lo hace después del segundo milagro que recibió. En 2002 quedó postrado en una cama después de sufrir un accidente de tránsito que lo dejó cuadripléjico. Con terapias logró volver a caminar dos años después.

No recuerda con exactitud cuántas gaitas ha escrito, pero todas son para honrar a la Reina morena. De las más reconocidas están: Qué gaita quieres que cante, Mi casa como morada, Un ramo de Ave Marías, Las manos del servidor y Rosas chiquinquireñas.

“Hasta que Dios quiera voy a escribirle a la Virgen. Ella es mi madre”, dijo Paz, quien en los 30 minutos de entrevista dejó que el llanto le ganara. “No puedo controlarlo”.


Lo que más le piden a la Chinita es salud y después que cambie el país para que regresen sus familiares que están fuera

Servidor de María

Desde niño

El compromiso del compositor Paz de visitar a la Chinita comenzó mucho antes de que la Virgen le hiciera milagros. En 1982, cuando tenía 10 años y su hermano 11, ambos, preocupados por el deterioro de la salud de su madre producto de la diabetes, decidieron caminar solos desde su casa, ubicada en el sector Amparo de Maracaibo, hasta la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, en el centro de la ciudad, para pedirle por su salud.

“La promesa la hicimos por su salud, porque mi mamá era diabética. En la inocencia de los niños, lo menos que uno quiere es que fallezcan los padres”, recuerda Paz. 42 años después sigue intacto ese compromiso, que lo ha cumplido incluso en otros países como Chile, Perú, Colombia, Ecuador y Estados Unidos.

“Por mi trabajo, me ha tocado viajar a otros países. Yo busco la iglesia donde se venera a la Chinita en su día y camino hasta ahí para llevarle sus flores”, y recalcó: “Una promesa se paga donde sea”.

Este sábado 18 de noviembre, Paz llega con sus rosas rojas a pagar su promesa. Él es uno de los cientos de devotos que se acercan a la Basílica desde muy temprano a agradecer a la Virgen de Chiquinquirá por los favores concedidos y a hacer nuevas peticiones.

Salud, prosperidad y el retorno de migrantes

Así como Paz, María Andrade, de 36 años, también llegó hasta la reliquia de la Virgen de Chiquinquirá con su teléfono en la mano. Hablaba con su hermana que está fuera del país y por una videollamada le mostraba a la Chinita.

“Qué hermosa”, le dice su hermana mientras lloraba. Andrade es una de los cientos de feligreses que piden a la Virgen por el retorno de los migrantes.

Esto lo sabe uno de los Servidores de María que hace guardia para custodiar a la reliquia.
“Lo que más le piden a la Chinita es salud y, después, que cambie el país para que regresen sus familiares que están afuera. Los migrantes siempre están en las peticiones, sobre todo de la gente mayor, de los padres y abuelos”.


Yo le vengo a pedir a la Virgen mucha paz, mucho cambio para todos para que regresen nuestros familiares que están afuera

Clara Vicuña, ama de casa

Clara Vicuña, de 55 años, es una de ellas. Desea que sus hijos regresen a Maracaibo. “Yo le vengo a pedir a la Virgen mucha paz, mucho cambio para todos para que regresen nuestros familiares que están fuera, porque estamos sufriendo mucho”, dijo la ama de casa, luego de entregar una ramo de flores a los custodios de la Virgen.

Carmen Teresa Chirinos, de 56 años, viajó de Cabimas en la Costa Oriental del Lago hasta Maracaibo para visitar a la Virgen. “Todos los años vengo a agradecer y a pedir mucha salud y bienestar para el país, que todos podamos echar pa’ lante y que nuestros hijos puedan regresar a Venezuela”.

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