Con la continuidad de una profunda crisis económica, en medio de movimientos en el tablero político tras el acuerdo de Barbados y una negociación directa entre la Casa Blanca y el oficialismo, 2024 se presenta decisivo para el destino político de Venezuela

El contexto político venezolano en 2023 quedó marcado por la designación de un nuevo directorio del Consejo Nacional Electoral (CNE) —que preside el excontralor general Elvis Amoroso—, el acuerdo de Barbados entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición vinculada con la Plataforma Unitaria Democrática, y —de manera determinante— la elección Primaria del 22 de octubre en la que resultó ganadora la exparlamentaria opositora y candidata de Vente Venezuela, María Corina Machado.

La elección interna opositora, organizada por la Comisión Nacional de Primaria, se convirtió en el hito político del año, una consideración que se confirmó no solo con los cambios en la dinámica partidista de la oposición y la recomposición de su liderazgo —ahora con la fundadora de Vente Venezuela al mando—, sino por el desarrollo de otro evento político gubernamental: el referendo consultivo sobre el Esequibo.

Los analistas políticos José Vicente Carrasquero, especialista en opinión pública, y Jesús Castellanos, politólogo y estudioso de temas electorales, coinciden en resaltar la Primaria como el hecho político notorio de 2023, un evento que, pese a las trabas y obstáculos, resultó sorpresivo para el Gobierno.


María Corina Machado es la personalidad más importante de la oposición en este momento, con un favoritismo importante para derrotar a cualquier candidato que le pongan enfrente

José Vicente Carrasquero, analista político y consultor en opinión pública y campañas electorales

“La Primaria resultó una gran sorpresa, tanto para Maduro como para sectores de la oposición que orbitan alrededor de su régimen. La Primaria tuvo una importantísima participación que destaca más si se toman en cuenta las restricciones que para participar se tenían. El resultado configura una recomposición de la oposición, que presenta a María Corina Machado como la persona con mayor probabilidad de hacerse del poder si hay elecciones medianamente limpias”, puntualiza Carrasquero.

De acuerdo con Castellanos, el oficialismo pasó de subestimar la Primaria —con amenazas y obstáculos incluidos— a “atacarla directamente” y desconocer, en diversos frentes y mediante distintos mecanismos, los efectos del evento político opositor del 22 de octubre, que dejó en evidencia, además, un error de cálculo del Gobierno.

“Rescato no solo la variable cuantitativa participación —mucho más allá de lo esperado por la oposición y por el régimen—, sino además elementos cualitativos como los pocos y aislados casos de intimidación por parte del oficialismo el día de la votación de la Primaria, el clima de fiesta electoral y el silencio del oficialismo en redes sociales sobre las votaciones”, resaltó Castellanos.

Un referendo. ¿Y los electores?

Tras el impacto político de la Primaria del 22 de octubre, un evento sin asistencia del CNE en el que participaron poco más de 2.400.000 electores dentro y fuera de Venezuela, la administración de Maduro apostó por impulsar el referendo consultivo sobre el Esequibo, mientras que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y la Fiscalía ejecutaron acciones alineadas contra el proceso interno opositor mediante una sentencia sobre la elección y señalamientos, respectivamente, que involucraban a integrantes de la Comisión Nacional de Primaria.

El evento electoral gubernamental del 3 de diciembre, precedido una semana antes por un simulacro, no resultó, de acuerdo con Carrasquero y Castellanos, como el Gobierno aspiraba, pues la jornada reflejó el desafío que tiene por delante el oficialismo para movilizar votantes en 2024 en medio del malestar social por la profunda crisis económica que marca la gestión de Maduro.

“El referendo también perseguía medir la capacidad de movilización y de control social del gobierno de Maduro. Con el simulacro y el referendo como tal constató sus enormes debilidades”, agregó Castellanos.

Estudios recientes de opinión pública de encuestadoras como Delphos y ORC Consultores revelan que el oficialismo está en su peor momento desde mediados de 2012, cuando solo la figura del expresidente Hugo Chávez bastaba para solventar o contrarrestar niveles de rechazo hacia la gestión oficialista.


A este régimen no le vamos a dar una sola excusa para que se salga de la ruta electoral (…) va a tener que cumplir con sus acuerdos

María Corina Machado

De acuerdo con una encuesta de ORC Consultores divulgada semanas antes del referendo consultivo del 3 de diciembre, 14 % de la población venezolana se autodefine chavista, pero solo 11,7 % de quienes apoyan al oficialismo respaldan a Maduro.

Según el estudio de ORC Consultores, 30 % de la población venezolana tenía intención de participar en el referendo consultivo sobre el Esequibo. Pese a una campaña de propaganda electoral que abarcó medios públicos —radio y televisión— y plataformas digitales, así como todo el andamiaje gubernamental y del Estado, 28 % de los venezolanos creían que el Gobierno buscaba recuperar el Esequibo con el proceso consultivo.

“El referendo del 3 de diciembre, en principio, se genera como una forma de buscar apoyo popular por motivaciones nacionalistas. Eso no funcionó dado que existen múltiples evidencias de las actuaciones entreguistas del régimen cuando Chávez, y Maduro de canciller, y luego las débiles acciones para defender el Esequibo en los últimos años”, acotó Castellanos.

La noche del 3 de diciembre, en su debut como presidente del CNE, Amoroso anunció, en un primer boletín con ambigüedades e imprecisiones, que más de 10.554.320 electores participaron en la jornada de votación. En los dos boletines siguientes, el excontralor general precisó que la cifra final de participación llegó a 10.555.092 electores, números que contrastan con lo que El Pitazo constató en centros de votación con pocos electores.

“El referendo consultivo, independientemente de los números del CNE, no generó el impacto que el chavismo buscaba, que era superar el efecto generado por la Primaria. El evento del referendo fue magro: el CNE dio unas cifras abultadas y no tuvo reparo en anunciar un número que nadie vio. El régimen fracasó en tratar de opacar el resultado de la Primaria; si acaso logró consolidar la poca base dura que le queda”, consideró Carrasquero.

Tres semanas después del referendo consultivo, los datos de la votación por mesa en los centros electorales, en parroquias, municipios y estados, no están disponibles en la plataforma que dispuso el CNE para divulgar esos datos.

Tras el referendo sobre el Esequibo también se agudizaron las dudas en las filas del oficialismo sobre la candidatura de Maduro para el ciclo electoral que tendrá su momento estelar en 2024, de acuerdo con analistas consultados por El Pitazo.

Si el referendo consultivo significó un fracaso para el Gobierno, también implicó el recrudecimiento de acciones vinculadas con la persecución por motivos políticos en el contexto de una negociación con la oposición mayoritaria, y una ruta de acuerdos con atajos que involucra a Estados Unidos.

Negociaciones y María Corina Machado

Luego del referendo consultivo del 3 de diciembre, el Gobierno ejecutó acciones en varios tableros políticos, dentro y fuera de Venezuela. Tras el acuerdo de Barbados, así como de la Primaria, el panorama político parecía que se centraría en la habilitación de la candidata presidencial unitaria de la oposición mayoritaria.

Al conocerse sobre el procedimiento definido por el Gobierno para la revisión de las inhabilitaciones en el contexto del acuerdo de Barbados, la principal interrogante era si Machado acudiría al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para ejecutar el recurso correspondiente ante la Sala Político Administrativa, tal cual detalló el documento que divulgó Noruega, facilitador de la negociación entre las partes.


El centro del conflicto político en 2024 en Venezuela serán las elecciones y la lucha por las condiciones electorales

Jesús Castellanos, politólogo

Machado disipó todas las dudas e incluso generó una acción sorpresiva cuando acudió al TSJ el 15 de diciembre, para presentar una demanda y un amparo cautelar contra lo que el abogado e integrante de Vente Venezuela, Perkins Rocha, calificó de “acto de inhabilitación inexistente”. La decisión de Machado implicará una respuesta del TSJ que tendrá incidencia en la negociación política que está en desarrollo.

Días antes de acudir al TSJ, Machado denunció la agudización de la persecución política en contra de miembros de Vente Venezuela, integrantes de su equipo político más cercano, así como la detención del presidente de la asociación civil Súmate y exintegrante de la Comisión Nacional de Primaria, Roberto Abdul, todos señalados por la Fiscalía de una supuesta conspiración contra el referendo consultivo sobre el Esequibo.

“He tomado esta decisión porque estamos en medio de una negociación nacional e internacional muy compleja, pero sobre todo porque tengo un mandato que recibí de los venezolanos el 22 de octubre, para llevar adelante unas elecciones presidenciales limpias y libres, en las cuales vamos a derrotar a Nicolás Maduro. A este régimen no le vamos a dar una sola excusa para que se salga de la ruta electoral (…) va a tener que cumplir con sus acuerdos”, dijo Machado en rueda de prensa tras acudir al TSJ.

Carrasquero considera que la decisión de Machado fue la correcta, pues la candidata presidencial unitaria de la oposición está en el centro de atención tras la elección Primaria y en condiciones de aprovechar su actual estatus como la líder de la oposición mayoritaria.

“María Corina Machado es la personalidad más importante de la oposición en este momento, con un favoritismo importante para derrotar a cualquier candidato que le pongan enfrente. Hizo lo correcto al asistir al TSJ: usar ese mecanismo acordado entre Estados Unidos y el régimen venezolano para tratar de levantar las inhabilitaciones inconstitucionales”, agregó Carrasquero.

En la rueda de prensa tras asistir al TSJ, Machado dijo que con su decisión buscaba lograr también un cese de las detenciones arbitrarias por parte del Gobierno y que se concretara la liberación de presos políticos en el contexto de las negociaciones. La líder de la oposición adelantó que “el tablero se está moviendo, están ocurriendo cosas”.

Una semana después de que Machado advirtió sobre movimientos en el tablero político, el gobierno de Maduro excarceló a unos 25 presos políticos, así como a 10 estadounidenses, y en un canje Estados Unidos indultó al empresario colombiano Alex Saab, figura clave para el oficialismo, quien estaba preso en Miami acusado de lavado de dinero tras su detención y extradición de Cabo Verde, donde fue capturado en 2020.


El resultado de la Primaria configura una recomposición de la oposición, que presenta a María Corina Machado como la persona con mayor probabilidad de hacerse del poder si hay elecciones medianamente limpias

José Vicente Carrasquero, analista político y consultor en opinión pública y campañas electorales

Estados Unidos consideró que indultar a Saab es un nuevo incentivo para que la administración de Maduro permita garantías electorales básicas que serán cruciales en 2024. La Casa Blanca, en su intento por contener la migración venezolana, centra ahora sus expectativas en la habilitación de Machado, para que en 2024 se concrete el inicio de una transición política en Venezuela.

“Que María Corina Machado haya asistido al TSJ la pone en la ruta que está marcando el Gobierno americano a través del acuerdo de Barbados. Es lógico pensar que, si el Gobierno de Estados Unidos está ejerciendo una presión importante sobre el régimen, quienes estén interesados en derrotar a Maduro tienen que alinearse con esas acciones de Estados Unidos”, añadió Carrasquero.

Aunque Estados Unidos considera robusto el acuerdo de Barbados —como señalan diversos portavoces del presidente Joe Biden—, existe un espacio paralelo de negociación directa entre el oficialismo y la Casa Blanca, en el que trataron el canje que involucró a Alex Saab, entre otros aspectos que están por verse, y que incluyó una mediación amplia de Catar.

En ese contexto, María Corina Machado puntualizó en un comunicado que, como candidata presidencial unitaria de la oposición mayoritaria, no era parte de esa “negociación complementaria a la de Barbados”, pero que se involucró para “contribuir a que se logre el objetivo de unas elecciones libres y que los intereses de los venezolanos estén íntegramente representados, por encima de cualquier otra consideración”.

“Creo que el acuerdo de Barbados está vigente, independientemente de dónde se están dando las conversaciones. Estados Unidos necesita resolver el asunto de Venezuela por la migración y está seguro de que el problema no se resolverá con el chavismo en el poder. Está claro que quien representa los intereses de la oposición es el Gobierno norteamericano porque saben que, para detener la migración, tiene que haber un cambio de gobierno en Venezuela”, destacó Carrasquero.

La reconfiguración del liderazgo opositor en el cierre de 2023, con Machado como la voz que lidera la estrategia política, significa el retorno a la ruta electoral por parte de la oposición mayoritaria que lucha por articular una estructura que le permita lograr en 2024 lo que ya concretó en 2015: derrotar electoralmente al oficialismo, pero ahora en un contexto político más desafiante y con el chavismo-madurismo en su peor momento.

“Es fundamental que los términos de las condiciones electorales del acuerdo de Barbados se sigan peleando. Noruega, otros países de la Unión Europea, la oposición democrática en Venezuela y Estados Unidos deben continuar en la búsqueda de mejores condiciones para las elecciones del año que viene”, apuntó Castellanos.


Es fundamental que los términos de las condiciones electorales del acuerdo de Barbados se sigan peleando

Jesús Castellanos, politólogo

El foco en 2024

2023 se convirtió en el año en el que la oposición mayoritaria en Venezuela, tras la Primaria del 22 de octubre, dejó atrás un esquema político y estratégico que pasó de la efervescencia en 2019 —con la irrupción de Juan Guaidó y el gobierno interino— al extravío y la fragmentación de un liderazgo opositor que ahora, con María Corina Machado al frente, lucha por rescatar e impulsar el respaldo popular necesario para una contienda electoral que deberá suceder en el segundo semestre de 2024.

Ese panorama político, en el que la oposición se veía cada vez más difusa como fuerza política frente al oficialismo, sobre todo en 2022, lo cambió la Primaria del 22 de octubre y la elección de María Corina Machado, con 92,35 % de preferencia (2.253.825 votos), como candidata presidencial unitaria, en el contexto más desafiante para la coalición oficialista que controla el poder político en la última década.

Con ese panorama en el horizonte de 2024, sin eludir lo vinculado con la decisiva habilitación de María Corina Machado, Castellanos considera que la lucha política en el año que está por comenzar se centrará en el terreno electoral.

“Creo que el centro del conflicto político en 2024 en Venezuela serán las elecciones y la lucha por las condiciones electorales. Sospecho que, tras la Primaria y el fracaso del referendo consultivo, el gobierno de Maduro va a generar aún más limitaciones a estas elecciones, de allí que es necesario prepararse y contar con todo el apoyo internacional posible”, agregó Castellanos.

Un año de mayores dificultades políticas en medio de los intentos del Gobierno por aparentar una normalidad que le permita lidiar con la conflictividad social, una debacle económica y una crisis humanitaria compleja, así como la realidad de la ausencia de respaldo popular ante un Maduro “electoralmente irrecuperable”, es lo que se proyecta en el corto y mediano plazos, según Carrasquero.


Tendrán (el Gobierno) que manejar la conflictividad con mucho cuidado y pareciera que esperamos la habilitación de María Corina Machado para el cumplimiento de los acuerdos entre Estados Unidos y el régimen

José Vicente Carrasquero, analista político y consultor en opinión pública y campañas electorales

“Es muy difícil que un pésimo candidato como Maduro remonte los números. Vamos a tener un 2024 de muchas dificultades. Maduro tiene que esforzarse por presentar cierto nivel de normalidad: necesita un 2024 con la sensación de una economía en crecimiento, con retorno de inversión extranjera. Tendrán que manejar la conflictividad con mucho cuidado y pareciera que esperamos la habilitación de María Corina Machado para el cumplimiento de los acuerdos entre Estados Unidos y el régimen”, concluyó Carrasquero.

Más allá del presente del oficialismo en el terreno electoral y los bajos niveles de respaldo popular, los factores de la oposición mayoritaria -y sobre todo su candidata presidencial unitaria- son conscientes del desafío que implica derrotar electoralmente a Maduro, pues, como sostiene uno de los excandidatos a la Primaria, Andrés Caleca, no habrá una fiesta electoral en 2024, sino una confrontación que definirá el destino político del país.

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