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martes, 7 mayo, 2024

Asesinan en Caracas a 44 mujeres entre mayo y octubre de 2017

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| Foto: Archivo

Caracas.– La violencia de género en el país no acaba. En seis meses y solo en la Gran Caracas, 44 mujeres perdieron su vida en 2017. Ocho de ellas fueron víctimas del abuso de fuerza y poder de sus parejas, y treinta y seis por robos, ajustes de cuentas y ejecuciones extrajudiciales.
Que una mujer muera por ser solo eso, una mujer, ha sido catalogado como feminicidio, término que en Venezuela tuvo que recorrer un largo trayecto para ser incorporado al mundo policial y judicial. El diccionario de la Real Academia Española define el feminicidio como el «asesinato de una mujer por razón de su sexo”. La Organización de Estados Americanos (OEA) lo describe como la “muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea que tenga lugar dentro de la familia, unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal; en la comunidad, por parte de cualquier persona, o que sea perpetrada o tolerada por el Estado y sus agentes, por acción u omisión».

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La cifra de feminicidios en Venezuela va en ascenso. Durante el año 2016 la ex fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, reportó que 169 mujeres habían sido asesinadas en todo el país, en comparación a las 75 que informó la funcionaria en 2015. Sin embargo, estas tasas se ven bajas si se comparan a las cifras manejadas por Monitor de Víctimas, una alianza entre la ONG Caracas Mi Convive, medios de comunicación y periodistas, pues dichos números aseguran que entre el primero de mayo y el 31 de octubre se han registrado 44 casos de asesinatos a mujeres solo en la Gran Caracas: el 18,18 % de los crímenes fueron feminicidios; el otro 81,82 % ocurrió por robos, ejecuciones extrajudiciales, ajustes de cuentas u otros motivos.

Venezuela brilla en el asesinato de mujeres

La noche del domingo 22 de octubre la tragedia llegó al conjunto residencial Hugo Chávez, un urbanismo de la Misión Vivienda ubicado en el sector Longaray de la parroquia El Valle, municipio Libertador. El cuerpo de Sheila Yarivette Silva Jiménez, de 38 años de edad, había caído desde el piso 11 de la torre dos. Luego de discutir con su pareja, este la empujó desde una ventana. La muerte causó conmoción del lado gubernamental, pues la víctima laboraba para la alcaldía del municipio Libertador como coordinadora de los Claps.
El de Sheila es uno de esos casos a los que hizo referencia el pasado 3 de noviembre el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, quien informó que en el mundo, una de cada tres mujeres sufre violencia en su vida. De acuerdo con números de la ONG Mujeres al Límite en Venezuela, cuatro de cada diez mujeres han sido, son o serán víctimas de violencia de género, una cifra que pone al país en un puesto nada privilegiado en comparación con sus vecinos.
A pesar de la vulnerabilidad que tiene la mujer de ser víctima de violencia de género, la impunidad y la invisibilidad del delito es el común denominador; por ello, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) inició en 2008 una campaña denominada «Únete para poner fin a la violencia contra la mujer», con el objetivo de que los gobiernos visibilizaran el problema. Venezuela fue uno de los siete países de América Latina que se unieron a la campaña: el presidente de la República, Nicolás Maduro, aprobó la reforma de Ley sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en la cual se fijó que el homicidio de una mujer sería denominado feminicidio y se establecieron condenas de 15 a 30 años de prisión.
Sin embargo, cifras reportadas por el Ministerio Público en 2014 aseguraban que de las 70 mil denuncias de violencia contra la mujer, menos de 0,7 % llegaban a juicio. Actualmente no se han publicado más datos.

La escasez de fármacos como factor que lleva al feminicidio

La crisis política y económica venezolana también ha generado un repunte los casos de feminicidios; una de esas historias la representa el hombre que mató a su progenitora luego de una crisis emocional severa por no tomar sus medicamentos. El hecho se registró el jueves 19 de agosto en el barrio Fermín Toro, en San Bernardino, municipio Libertador, cuando Gladys Esther Pérez de Molina decidiera quedarse con su hijo, identificado como Will Fernando Molina Pérez. La tragedia ocurrió luego que este atemorizara a su esposa e hijos tras agarrar una mandarria y destruir el apartamento que había construido. La madre no logró su cometido y terminó asesinada de un disparo en la cabeza. El hijo, después de matarla, pidió perdón y se quitó la vida.
Aunque Gladys falleció tras una crisis emocional de su hijo por no medicarse a tiempo, el criminólogo Freddy Crespo indica que “no hay razones específicas que puedan condicionar a que un hombre venezolano mate una mujer”. Sin embargo, expone que tras la situación país se han establecido dos factores: el primero es la situación económica —pues el varón paga su falta de dinero con su pareja, madre o hermana—; y el segundo es la falta de medicamentos antidepresivos, que lleva a aquellos hombres que no toman los fármacos recetados a tener arrebatos de violencia.
Crespo asegura que estos son los factores venezolanos, pero lo más común son los arrebatos de pasión, de dolor (infidelidades, peleas) los que llevan a que estos casos se den. El especialista hace un llamado a borrar del imaginario colectivo el perfil del asesino de mujeres: el hombre que golpea a su pareja; pues indica que estos son los que menos cometen el delito porque necesitan a sus mujeres vivas. “Solo si la maltrata siente que demuestra su poder”, destaca.

La dama venezolana víctima de abuso sexual y agresión física

En una de las fosas del Cementerio General del Sur, en la parroquia Santa Rosalía del municipio Libertador, sobresalía el brazo de Yusmary Carolina Rodríguez Alavia, de 30 años, cuando fue localizada por una persona que circulaba por el camposanto el domingo 25 de junio. La mujer, quien se encontraba en situación de calle desde que tenía 13 años de edad, había sido asesinada de múltiples puñaladas; además, presentaba contusiones causadas por una golpiza. Estaba totalmente desnuda y, de acuerdo a información emanada de las autoridades, había sido víctima de abuso sexual.
Pero las mujeres venezolanas no solo son vulnerables a ser abusadas sexualmente: también son asesinadas por abandonar a sus parejas. Uno de esos casos es la historia de Katherine Andreina González León, de 24 años de edad, cuya sentencia de muerte fue abandonar a su pareja tras ser maltratada física y verbalmente. El hecho se generó la noche del domingo 14 de mayo, Día de las Madres, en el sector Luis Hurtado del kilómetro 12 de El Junquito. El autor del homicidio fue identificado como Luis Blanco, quien mientras buscaba a su hija en la casa de su ex mujer, la vio,  sacó un arma y le dio seis disparos. Tras matarla, se quitó la vida de un tiro en la cabeza.

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