¿Por qué necesitamos 5G en Venezuela?

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ANALÍTICA


Por: Heberto Alvarado

En 1997, la ciudad de Maracaibo ꟷcon la operadora Infonetꟷ, y la de Santiago de Chile, se convirtieron en las primeras urbes latinoamericanas en realizar despliegues 2G a través del estándar de comunicación móvil europeo GSM. Con el transcurrir de los años, se transformó en una especie de ruta a seguir por toda la industria de telecomunicaciones para impulsar la evolución móvil.

Sin embargo, y a pesar de la variedad de modelos de teléfonos móviles que comenzaron a llegar al país, estas redes no eran las más avanzadas ofrecidas en Venezuela.

Hace más de 20 años, el país contaba con despliegues de redes móviles digitales bastante avanzadas. Redes que al ser impulsadas por dos colosos de la época, Telcel Bellsouth y Movilnet, dieron al país una ventaja competitiva en comparación con cualquier otra nación de América Latina.

La era de Oro de las telecomunicaciones en Venezuela se inicia en esos años. Tuvo hitos interesantes; el país desplegó las primeras redes EvDo, de América Latina. De hecho, los despliegues se realizaron en simultáneo con Estados Unidos, país que llevó el liderazgo en dichos despliegues en todo el mundo.

Otro ejemplo de esos hermosos años fueron los despliegues WiMAX, que se realizaron en Caracas, y que si bien no alcanzaron el impacto que prometían, dieron al país las primeras redes 4G del Continente Americano. Venezuela llegó a tener banda ancha móvil, con velocidades promedio de 21 Mbps antes que los lanzamientos de Sprint en Estados Unidos.

Lo que más impresionó a inversionistas y oferentes de tecnología fue la rápida adopción de los venezolanos. Nuestro consumidor se adaptó rápido a estos despliegues y, lo mejor de todo, dio utilidad a las nuevas tecnologías ofrecidas.

A mediados de la primera década del siglo XXI, las principales operadoras del país Movilnet y Movistar (que compró la operación de Telcel) iniciaron agresivas y no menos apasionantes migraciones a las redes GSM. Paso obligado, dada la decisión de la industria de telecomunicaciones de avanzar a LTE, como la tecnología para impulsar la 4G en buena parte del mundo.

Fueron años interesantes, que generaban grandes expectativas sobre el futuro de las telecomunicaciones de próxima generación.

Años en los cuales el Gobierno, a través del Fondo de Servicio Universal, delegó en Cantv la responsabilidad de desplegar la Red Nacional de Fibra Óptica, que daría al país más de 30 mil kilómetros de este cable, con los cuáles duplicaríamos la cantidad de fibra instalada en Brasil, un país con un territorio 10 veces más grande.

Sin embargo, y de forma aún inexplicable, dichos despliegues, así como toda la evolución de las telecomunicaciones del país se detuvieron. Un proceso de caída que, por cifras y datos económicos de la industria, inició su deterioro con la estatización de la Cantv y la salida de Wall Street de las acciones de la empresa.

Cuando la administración del expresidente Hugo Chávez adquirió la operadora más grande del país, debió pagar a Verizon, socio principal de Cantv con 28,5% de las acciones de la compañía y a un importante grupo de accionistas una enorme cantidad de dinero. Sólo a Verizon correspondieron 572 millones de dólares. Al final la transacción superó los mil millones de dólares.

La operación, que fue criticada desde varios puntos de vista, significó un duro golpe para la evolución tecnológica que estábamos acostumbrados a disfrutar. Verizon estaba llamada a ser la principal operadora LTE del mundo y esto daría a Cantv, en particular, y al país, en general, una ventaja competitiva sobre el resto de las naciones de Latinoamérica.

El resto, es historia. Inexplicablemente, el férreo control cambiario ató de manos a las operadoras y las subsidiarias de todos los fabricantes instalados en Venezuela.

Desde 2007 hasta la fecha, el deterioro ha sido impresionante. No sólo en la oferta de dispositivos, sino también en la infraestructura instalada y la calidad del servicio.

Nuestras operadoras sobreviven: Movilnet, símbolo de las telecomunicaciones en el país, tiene un servicio deficiente. Digitel y Movistar, sobreviven con los pocos despliegues LTE que han podido levantar durante una década. Algo inexplicable, e impensable cuando se dio inicio a las tecnologías de Cuarta Generación.

Futuro incierto

El largo preámbulo al cual los sometí parte de mi necesidad de explicarle el contexto actual de las telecomunicaciones móviles. Los tres lustros de deterioro de Venezuela comenzaron justo cuando el mundo apostaba a acelerar la implementación 4G y 4G Advanced para llevarnos antes de 2020, a los primeros despliegues 5G.

Se trata de una tecnología diez veces más veloz que la 4G, pero que implica una evolución real, la más real hasta ahora de las telecomunicaciones móviles. Con sus velocidades ultrarrápidas de hasta 20 Gbps y una latencia inferior al milisegundo, la 5G promete ser la primera gran tecnología disruptiva de la ya ampliamente disruptiva era móvil digital.

La Quinta Generación habilitará o dará inicio a la era de los vehículos autónomos, impulsará las ciudades inteligentes, habilitará las intervenciones quirúrgicas a distancia, la robótica, la educación. Su impacto será enorme.

Es evolución, desarrollo y, como ya lo hemos expuesto en otros artículos, competitividad a una escala épica. La nación o naciones que se coloquen al margen de la 5G, tendrán un retraso igualmente épico en cuanto a su productividad y generación de prosperidad y riqueza.

Más allá de nuestras fronteras se desata una competencia. El año perdido de 2020 supuso que 2021 fuera, hasta ahora, el año de la gran apuesta global a la 5G.

En el más reciente informe de la GSA (Global Mobile Suppliers Association), emitido el pasado 11 de agosto, la quinta generación de tecnologías móviles está disponible comercialmente en 58 países para junio de 2021, frente a los 38 de hace aproximadamente un año.

Una docena más habrían desplegado parcialmente esta tecnología móvil. De hecho, las últimas previsiones indican que la 5G podría llegar a mil millones de usuarios tres años y medio después de su entrada al mercado, en comparación con los cuatro años que tardó la 4G en alcanzar este número de usuarios, y los doce años de la 3G.

Un frenético despliegue que tiene varias naciones latinoamericanas en carrera.  Lamentablemente y preocupantemente, Venezuela está al margen de dichos despliegues. El país, por primera vez en la historia de sus telecomunicaciones, está al margen del resto de naciones de América Latina.

Argentina, Colombia, Perú y Brasil en Sudamérica ya tienen lanzamientos comerciales, mientras que Ecuador, Chile, Uruguay iniciaron sus despliegues.

Si bien la actual 5G está en una fase inicial, que podría tardar entre 5 a 15 años en demostrar todo su potencial en la región, retrasar más el inicio de estos despliegues nos podría colocar en un alarmante retraso que podría marcar el destino de nuestra economía para los próximos 30 a 50 años.

Período que también verá el fin de la era del petróleo como principal combustible de la economía global.

¿Qué hacer?

La actual administración tiene una ventaja que debe saber aprovechar. Buena parte de sus funcionarios estuvieron directamente involucrados con el fenomenal impulso a las telecomunicaciones que comenzó a finales del siglo XX.

La apertura de las telecomunicaciones habilitó en menos de una década la competencia. Generó la confianza necesaria para que las principales compañías del mundo realizaran cuantiosas inversiones en el país. La Ley Orgánica de Telecomunicaciones, fue sin dudas, uno de los grandes aciertos de la Revolución Bolivariana, por lo tanto, sólo con revisar los aciertos del pasado y evitar los errores, se podría dar un reimpulso al golpeado sector de las telecomunicaciones, el cual llegó a aportar el 4% del PIB nacional.

Hacerlo no sólo es necesario, es materia obligatoria si no queremos someter al país a un período de retraso jamás visto, solo comparable con los años de la Guerra Federal de mediados del siglo XIX.

De iniciarse una planificación hacia los despliegues 5G el país podría recuperarse rápidamente. Habilitar inversiones, contribuirá con el repunte del poder adquisitivo del consumidor quien recuperará su confianza y avidez por el uso de las tecnologías disruptivas.

El consumidor venezolano gusta de la tecnología y le da utilidad rápidamente, una condición sui generis en América Latina, que fue ampliamente destacada por la industria mundial de telecomunicaciones y que, sin dudas, será el motor que nos hará recuperar el tiempo perdido. En menos de diez años volveríamos a equipararnos con nuestros hermanos latinoamericanos y en 15, seguramente retomaremos el liderazgo que nunca debimos perder. 

Características de las redes 5G

  • Una tasa de datos de hasta 10Gbps – > de 10 a 100 veces mejor que las redes 4G y 4.5G
  • Latencia de 1 milisegundo
  • Una banda ancha 1000 veces más rápida por unidad de área
  • Hasta 100 dispositivos más conectados por unidad de área (en comparación con las redes 4G LTE) 
  • Disponibilidad del 99.999%
  • Cobertura del 100%
  • Reducción del 90% en el consumo de energía de la red
  • Hasta 10 diez años de duración de la batería en los dispositivos IoT (Internet de las Cosas) de baja potencia

HEBERTO ALVARADO | @Heberto74 @Hormigadigital

Periodista, director de Hormigatv.com.

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