Perspectivas inflacionarias para el segundo semestre

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Por Víctor Álvarez R.

En diciembre de 2021 Venezuela superó el episodio hiperinflacionario que llegó a registrar un astronómico 130.000% en 2018. La velocidad de la inflación venía desacelerándose desde julio de 2021, cuando registró 19%. Entre septiembre de 2021 y febrero de 2022, la inflación mensual fue de un dígito. Pero a partir de agosto de 2022 hasta febrero de 2023, rompe nuevamente el umbral de los dos dígitos, con registros de 35% en diciembre de 2022 y 42% en enero de 2023. Entre marzo-abril de 2023 la inflación bajó a 4,2% y 2,5%, pero en mayo volvió a subir a 7,5%. La inflación acumulada en el año suma ya 84,9% y la anualizada 458%. 

Las contradicciones entre la política económica y el objetivo antiinflacionario impiden frenar el ascenso de los precios. Y así será muy difícil terminar el año con una inflación menor de tres dígitos. Para que la inflación sea inferior al 100%, en el segundo semestre tendría que ser menor al 2% mensual.

La política económica y la estrategia antiinflacionaria no terminan de frenar el ascenso de los precios. El comportamiento errático de la inflación que se observa en este gráfico demuestra que el problema todavía no ha sido controlado.  

  1. ¿Qué hace el gobierno para abatir la inflación?

En EE. UU. la inflación interanual entre abril 2023/2022 fue de 4,9%. En 12 meses registran la inflación que aquí se observa en solo un mes. Si bien la espiral hiperinflacionaria fue cortada, las presiones inflacionarias se mantienen. El Gobierno ha experimentado diferentes estrategias para contener la inflación, fortalecer el bolívar y desdolarizar la economía y ahora está tratando de desacelerar la inflación a través de la estabilización del tipo de cambio y del freno a la demanda agregada.

Estabilidad cambiaria

La momentánea estabilidad cambiaria se explica por cinco razones fundamentales:

  • Los operativos para mejora en la recaudación de impuestos no petroleros retira de la circulación bolívares que se dirigirían al mercado cambiario.
  • Reducción del gasto público que se traduce en una menor inyección de bolívares que antes se trasladaban al mercado de divisas y presionaban la tasa de cambio.
  • Se ha moderado la emisión de dinero sin respaldo por parte del BCV para financiar el déficit de las empresas públicas.
  • Se mantiene una política monetaria restrictiva, con un elevado encaje legal, que deja a los bancos sin liquidez para financiar la producción y el consumo.
  • Para pagar sus gastos domésticos, Chevron oferta divisas en las mesas de cambio de la banca, con un promedio semanal de $25 millones. 

La combinación de esos cinco elementos baja la presión al BCV de quemar reservas internacionales para aliviar el mercado cambiario y evitar que el dólar se dispare. La depreciación mensual del bolívar bajó a apenas 0,98%. Esto explica que las tasas oficial y paralela se estabilicen con una brecha menor al 5%.

Reducción de la demanda agregada

Consecomercio reporta una caída en las ventas en el sector comercios y servicios. Conindustria informó sobre una caída de la producción industrial en torno a -5,3%. El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) registró un estancamiento de las remuneraciones de los trabajadores del sector comercio y servicios del Área Metropolitana de Caracas y una fuerte contracción de las remuneraciones en el sector público.

La soberanía petrolera en el debate electoral

La combinación de la caída del consumo privado y del gasto público afectaron la demanda agregada, lo cual influyó en la contracción de la actividad económica. El Indicador de Actividad Económica del OVF para el primer trimestre de 2023 (IT23) registró una caída de -8,3%, en comparación con el IT22, lo cual comprueba la desaceleración del ritmo de producción de bienes y servicios que ya se venía advirtiendo desde el IIT22: 

  • IT22: 18,6%
  • IIT22: 15,8%
  • IIIT22: 11,5%
  • IVT22: 9,15
  • IT23: -8,3%

La caída de la demanda agregada se debe al rezago de los salarios y pensiones de con respecto a la inflación. Según el CENDAS-FVM, el precio de la Canasta Alimentaria Familiar (CAF) es de 510 $/mensual, pero la suma del sueldo mínimo, bono de alimentación y bono de guerra económica no alcanzan para comprarla. 

En 2023 no se aumentó el salario mínimo, sino el bono de alimentación a 40 $/mes, más un bono de guerra económica por 30 $/mes. A estos 70 $/mes se suman los 5,25 $/mes, cifra a la que han quedado reducidos los 130 Bs del salario mínimo congelado desde 2022. Este ingreso de 75 $/mes apenas cubre el 14% de la CAF.

Por eso en Venezuela los indicadores de pobreza por ingreso son alarmantes. Según la Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI-UCAB): 

  • Los hogares pobres cuyo ingreso no alcanza para adquirir la canasta básica llegan a 81,5%
  • Y los hogares en pobreza extrema que no logran ni siquiera comprar la canasta alimentaria asciende al 53,3%.

Para reducir el déficit fiscal y erradicar su financiamiento con emisiones de dinero inflacionario, el gobierno minimiza el peso de los salarios y las pensiones en el presupuesto nacional. En definitiva, el costo del ajuste fiscal, monetario y cambiario para abatir la inflación los están pagando los trabajadores.

VÍCTOR ÁLVAREZ R.| TW @victoralvarezr
Investigador-Consultor-Conferencista Internacional

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