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jueves, 9 mayo, 2024

Los gringos salvando al chavismo

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Los venezolanos y buena parte de la comunidad internacional se preguntan cómo y cuándo será el desenlace de esta novela tropical ahora que hay acusaciones de narcotráfico en la mesa. Porque evidentemente el modelo chileno o español,  con un Pinochet o un Franco, tutelando la transición no será aplicable ni a Maduro ni a Diosdado. Ambos son objetivos de la justicia de Estados Unidos. Que va mucho más allá de una presidencia o una negociación política. Recuerden a Osama Bin Laden y Noriega. Ambos, con todos sus millones de dólares, sus guerreros y sus contactos no pudieron ni escapar ni negociar con el Estado norteamericano. 

La última propuesta ofrecida por el Departamento de Estado abre un panorama esperanzador para la oposición, conveniente al chavismo y aceptable para el binomio China-Rusia, los verdaderos dueños de Venezuela, porque resuelve tres grandes dilemas de la política venezolana e internacional. Estos problemas son:

  1. ¿Qué hacer con todos los gobernadores, alcaldes y militares con poder de fuego que vivieron y se enriquecieron con el chavismo?  Y detrás de ellos, sus boliburgueses que son dueños de medios de comunicación, empresas y grandes cantidades de dinero proveniente de todo tipo de actividades lícitas e ilícitas. Esa gente tiene miedo, no quiere abandonar el poder por temor a las represalias de los ciudadanos que han sido sus víctimas, de los opositores y también de la justicia. A ellos, los gringos les están ofreciendo  impunidad, permanencia en el cargo y la protección de la Fuerza Armada que seguiría en manos del chavismo con Padrino López y su cofradía visible e invisible. Con esta “amnistía” que le dan a los gobernadores y alcaldes, tendrán tiempo suficiente para irse o dejar un custodio que les cubra la retaguardia mientras desaparecen o legitiman el dinero que poseen.
  2. ¿Cómo salir de Maduro, los cubanos, los hermanitos Rodríguez, Diosdado y la impresentable Asamblea Nacional Constituyente sin una intervención militar con o sin participación de fuerzas extranjeras? Es decir, cómo sacarlos sin que internacionalmente la izquierda borbónica y afrancesada salga llorando e invocando a Salvador Allende y Pinochet. La solución también está planteada por los norteamericanos, al cambiar el centro de gravedad del ataque: ya no persiguen a un dictador arbitrario y sus cómplices autonombrados “socialistas”. Ahora persiguen a una figura pública involucrada o sospechosa de tener actividades y relaciones con el narcotráfico. Plaga común de la humanidad. Recuerden que los sobrinos dorados siguen presos en Nueva York, cantaron y ni los millones de dólares que pagaron en abogados y lobby pudieron salvarlos. Por algo sería. Y nadie en el escenario político nacional o internacional saldrá a defender a un narcotraficante. Sobre todo porque los fiscales norteamericanos no dan puntada sin dedal. En criollo. Cuando dicen que el burro es negro, vienen con los pelos en la mano.
  3. ¿Qué hacer con Rusia y su orgullo imperial como protectores de Venezuela? Cómo hacer para sacar a Maduro y Diosdado, generando una transición que sea presentable ante la comunidad internacional y aceptable para los chinos y rusos. Al final, China y Rusia quieren petróleo, agua, arroz, tierras cultivables y minerales de Venezuela.  

La última movida rusa da una pista: las empresas rusas privadas están vendiendo sus activos en Venezuela a la empresa estadal rusa, es casi como una nacionalización de sus operaciones dentro del país. Eso quiere decir que Rusia será propietaria de empresas mixtas en sociedad con el Estado Venezolano, los famosos convenios operativos, como tal pedirá indemnización o participación al nuevo dueño del país. Sea quien sea.

Al final, Trump terminaría legitimando y blanqueando la penetración rusa en el sector petrolero venezolano. Sin Maduro y sin Diosdado y la ANC, las sanciones internacionales contra Venezuela se relajarían. Y los rusos podrán operar todos los activos petroleros venezolanos, que en ese momento ya serán de ellos. Así que la jugada, al final, parece que les favorece. Les quitan a Maduro, les quitan las sanciones, les dejan el petróleo, las minas de toribio y coltán, las tierras y el oro. Y un gobierno dócil que besará anillos gringos, rusos y chinos.

Si en el chavismo militar o civil quedara algo de sensatez, patriotismo y decencia, deberían leer e impulsar el documento de los norteamericanos. Porque más que un acuerdo de transición es un salvoconducto que les permitiría permanecer en la política venezolana, descriminalizarse y organizar una transición política de cara a una reorganización. ¿O serán tan brutos y codiciosos como para inmolarse por Maduro y Diosdado? ¿De verdad piensan que ganarán y que Rusia los salvará in extremis como hizo en Siria?

El pretender mantenerse en el poder en contra del mundo y contando con la fuerza rusa es una ilusión. China está en deuda con el mundo y ya Estados Unidos, Europa con su OTAN e Israel están afilando las espadas. Esto del coronavirus y la bomba atómica que cayó sobre  la economía mundial no quedará impune. Ni habrá sonrisas y un “tranquilo chino, eso le pasa a cualquiera”.  Porque el mundo está en una gran guerra no declarada, aún no hablan los misiles.  Estados Unidos no dejará la gasolinera venezolana abierta, ni la base territorial más grande en el Caribe, a disposición de los rusos y chinos. Lean historia y verán cómo lo hicieron en la Segunda Guerra Mundial.

Trump puede perder su mandato si las elecciones norteamericanas se celebran en noviembre. Para ese momento la economía de Estados Unidos tendrá una gran crisis, recesión y desempleo. Y la amenaza de una gran guerra en puertas.  Y el país sabrá defenderse. La cabeza de Maduro es un trofeo valioso. ¿Se arriesgarán los norteamericanos? ¿Se atreverán los rusos a imponerse?

Tarek Yorde es periodista, consultor en comunicación institucional y marketing político. @tarekyorde

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