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domingo, 5 mayo, 2024

La caída del sector eléctrico venezolano y el megaapagón

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Por Jesús Olivares

El apagón que vive Venezuela, el mayor en la historia de Latinoamérica, no es un hecho fortuito ni producto de la guerra eléctrica. Es producto de 20 años de mala gerencia, decisiones erradas e intromisión de la política en un área netamente técnica. Recordemos que en el año 1999 se aprueba la Ley Eléctrica en Venezuela, la cual iba a regular el sector y daba las directrices para el funcionamiento del mismo.

Sin ser una ley con mayores innovaciones, se basaba en experiencias de países como Chile, exitosos en el manejo del tema eléctrico, separando el sector en cuatro grandes áreas, Generación, Transmisión, Distribución y Comercialización. Esta ley nunca se aplicó en su totalidad y el Gobierno dio largas suficientes para lograr su objetivo de expropiar a las empresas privadas que participaban en el sector. Desde el año 2003, se «congelaron» las tarifas eléctricas, lo cual, junto a la alta inflación y devaluación constante de la moneda, hacía poco viable el negocio eléctrico como tal. Esto generó en una baja inversión de las empresas y en el deterioro del sistema eléctrico nacional. 

En el año 2007, el Gobierno da el zarpazo que tenía planificado y toma control de todas las empresas privadas del sector eléctrico, empezando la estampida de profesionales y técnicos con experiencia al dar prioridad al tema político. Se pierde la meritocracia y aparece la afiliación política como herramienta de selección de personal para dirigir las empresas. Como anécdota, -el descontrol era tal- que se les olvidó que habían expropiado la empresa Electricidad de Valencia, Eleval, y no nombraron directores en la empresa, la cual estuvo a la deriva por un periodo de unos seis meses hasta que se dieron cuenta del «pequeño» detalle. 

En el año 2009, se crea la Corporación Eléctrica Nacional, Corpoelec, contrario a las tendencias mundiales de manejo del sector eléctrico, (separar el sector por actividad) y se unen las 14 empresas que existían en una sola. Esta decisión creó un monstruo de más de 40.000 trabajadores, con estándares diferentes de trabajo, eliminando así la poca eficiencia que quedaba en las empresas que habían sido exitosas. A lo largo de todo este tiempo, las inversiones y gastos de operación en el sector se reducen drásticamente y la calidad de servicio se ve fuertemente afectada. Esto lleva a justificar el decreto de la emergencia eléctrica en el año 2010 y asignar recursos extraordinarios a Corpoelec. Dinero, para muchos conocido, que generó los casos de corrupción más grandes de la historia de Venezuela, donde se invirtieron más de 37.000 millones de dólares, sin un plan serio de expansión, muchos de los cuales eran sobreprecios o comisiones, siendo la inversión real cercana a los 15.000 millones de dólares. 

Paralelo a esto, se mantenía la política de cero mantenimiento en las Plantas de Generación, en las redes de Transmisión y en la Red de Distribución, vitales para la estabilidad de la red. Luego de 20 años, las consecuencias son las que se viven hoy, un país apagado, un sector eléctrico destruido, incapaz de generar recursos para su operación. Con unas pérdidas eléctricas que sobrepasan 60 %, siendo que existe un estándar mundial de pérdidas cercanas a 12 %. En resumen, la situación actual se puede ver en cuatro grandes áreas:  

1. Plantas de generación con una disponibilidad menor al 30 %, bien sea por falta de mantenimiento, falta de combustible y/o obras inconclusas.

2. Red de transmisión fuera de capacidad, con inversiones retrasadas y mantenimiento cero. 

3. Red de Distribución obsoleta, sin mantenimiento y con más del 95 % de las subestaciones sobrecargadas. 

4. Sistemas comerciales no operativos, morosidad alta y pérdidas de energía de más del 60 %. Todo esto producto de 20 años de mala gerencia y que tiene como causas principales: 1. Poco profesionalismo o des-profesionalización del sector. 2. Alta corrupción. 3. Cero mantenimiento. 4. Creación de una empresa como Corpoelec, integrada totalmente de forma vertical, lo que es poco viable para manejar el sector eléctrico.

¿Qué hacer? Por fortuna aún existe personal profesional preparado y formado por años para manejar el sector eléctrico en Venezuela, lo cual es un insumo fundamental que podría incorporarse de cara a la recuperación del sector. Sugerimos considerar los siguientes aspectos: 

1. Retomar la profesionalización del sector y restablecer la meritocracia 

2. Recuperar el parque de Generación Térmico del país y finalizar las obras inconclusas 

3. Ejecutar las ampliaciones necesarias a la Red de Transmisión y retomar el mantenimiento preventivo de la misma 

4. Iniciar la recuperación y modernización de la red de Distribución, la cual ya tiene más de 60 años de funcionamiento y su situación es crítica 

5. Abrir a la inversión privada la participación en el sector 

6. Llamar a todos aquellos que quieran aportar a esta recuperación a unir fuerzas y objetivos en esta labor. Hoy más que nunca toman valor dos frases: “La electricidad más cara es la que no se tiene” y “Un país se puede desarrollar sin petróleo, pero no sin electricidad”. Aportemos todos a esta recuperación y al fin de la usurpación en Venezuela. Vamos bien. 

Jesús Olivares Fernández, Consultor Gerencial Sector Energía Panamá, 9 de marzo de 2019. Exvicepresidente de Distribución y de Asuntos Regulatorios de la Electricidad de Caracas

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