El progreso sin innovación es una quimera. ¿Cómo está Venezuela?

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La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (Ompi) publicó recientemente la última edición del ranking de las economías que mejor se sitúan en términos de innovación mundial en 2021.

El ranking no tiene notables variaciones en sus primeros puestos. Sin embargo, evidencia cómo grandes economías, como la china (puesto 12) o japonesa (puesto 13) deben bregar para sostenerse en ese fantástico ranking, en el que, por cierto, se ubica Singapur como el octavo país del mundo más innovador.

Singapur es una ciudad estado con menos de 5 millones de habitantes. Gracias al respeto a la innovación y una estricta disciplina económica logró en menos de 50 años transformarse en la nación más rica del mundo después de ser un pueblo subdesarrollado.

A diferencia de Singapur, América Latina, que cuenta con recursos humanos y naturales cuantiosos, está preocupantemente rezagada y no tiene a ninguna de sus naciones entre las 50 más innovadoras del mundo. Chile, lugar 53, es el país de la región mejor ubicado. Honduras, en el puesto 108 sobre 130 países evaluados, es la última nación de la región que contabiliza puntos para estar en el ranking.

Las naciones sudamericanas tienen a Bolivia como la última clasificada en el ranking, y se ubica en el puesto 104. Venezuela, que hasta hace menos de 2 décadas figuraba como una de las naciones más prósperas de la región, está fuera de la medición.

¿Qué implica esto? ¿Cómo afecta las posibilidades reales del país de alcanzar un desarrollo sostenido? ¿Cómo vamos a proyectar el desarrollo nacional luego de la era del petróleo? Sin dudas, estas son interrogantes de fondo que deben centrar políticas de Estado y que sí deben propiciar un diálogo entre todos los segmentos de la sociedad. Hay que darle forma al futuro, pero, por lo visto, seguimos en el limbo.

El ranking mundial de la Propiedad Intelectual nos da una serie de explicaciones del porqué Venezuela no fue tomada en cuenta para ninguno de los puntos sometidos a evaluación: modernidad y transparencia de las instituciones, capital humano, investigación, infraestructura, desarrollo empresarial, de los mercados, y la producción creativa de conocimiento y de tecnología. Si bien la producción tecnológica es una de las variables que conforman la innovación, es clave para todos los demás renglones analizados.

Las instituciones modernas, las empresas competitivas, la educación actualizada y el desarrollo del capital humano alcanzan mejores niveles en la medida en que se apliquen o empleen tecnologías para la ejecución de sus procesos. En esta materia el país tiene serias deficiencias que deben ser solventadas a la brevedad posible. De no hacerlo entraremos en un período de retraso incuantificable.

LA CREACIÓN ES LA CLAVE

Si propiciar condiciones favorables para el desempeño productivo es importante para alcanzar el desarrollo, el respeto a la propiedad intelectual y el incentivo a la innovación es materia obligada para diversificar y hacer crecer la economía.

Si esa premisa es fundamental para cualquier nación con procesos productivos sanos y diversificados, en países monoproductores y empobrecidos es vital. Propiciar el desarrollo humano, por lo tanto, debe ser la clave del progreso, y esto se logra utilizando tecnologías innovadoras en todos los sectores productivos y en la educación.

El rol del Estado es fundamental en esta materia. Si respalda la innovación, reduce la intromisión y fomenta la libre generación de ideas, lo que puede ser un gran aliado para impulsar la innovación y las oportunidades. Los ciudadanos deben sentirse seguros de innovar. Deben tener un marco jurídico que castigue el plagio y respete el derecho individual de cada creador a producir o inventar sin imposiciones.

OPORTUNIDADES

Si bien nos han dicho y explicado las innumerables potencialidades del país para desarrollar diversas industrias, casi todas centradas en la extracción de recursos naturales, poco o nada se ha dicho sobre el desarrollo de empresas de innovación tecnológica, que amparan su concepción con el intelecto.

El desarrollo intelectual es la clave para la innovación y en esta materia hay mucho por hacer. Con el conocimiento se pueden lograr mejores procesos productivos para cualquier sector industrial. Esta innovación genera competitividad, y al ser bien remunerada, propicia que más y más personas mejoren procesos productivos en sus organizaciones. Además de este aporte, la innovación propicia la creación de empresas, muchas de ellas de software, que pueden fácilmente ampliar o crear nuevos focos de negocio con impacto nacional e internacional.

En este punto debemos tomar en cuenta varios ejemplos en América Latina de empresas de software que se han transformado en grandes transnacionales con inversionistas globales y con muchos puestos de trabajo generados. Ninguna de estas empresas latinoamericanas es venezolana. Grave para un país que necesita con urgencia reinventarse

LA REALIDAD

En los últimos dos años hemos visto con asombro en innumerables artículos cómo la poderosa industria automotriz tomó la decisión de reducir la producción de vehículos de combustión. Se espera que en 30 años la fabricación de carros que necesitan gasolina cese. Con 300.000 millones de barriles de petróleo en el subsuelo, el país no tendrá tiempo de seguir usando el hidrocarburo como impulsor de su economía.

Debemos aprovechar estas últimas décadas de la era petrolera para reactivar la producción y luego desarrollar la industria petroquímica. Pero al margen de ello, el futuro no petrolero nos debe obligar como nación a entender que lo fundamental para el progreso nacional será la innovación, libre, sin condiciones y sanamente respaldada por el Estado.

En este cambio, la implementación de tecnologías de punta, la capacitación para el trabajo y el estímulo a la innovación deben ser las claves para sustentar el desarrollo real del país

Las razones del éxito de Singapur

Altísimo grado de libertad económica

Baja presión fiscal y el reducido tamaño del Estado

Exenciones para empresas de nueva creación

Peso del sector público apenas asciende al 5% del PIB

Tolerancia cero a la corrupción


HEBERTO ALVARADO |
 @Heberto74 @Hormigadigital

Periodista, director de Hormigatv.com.

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