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sábado, 4 mayo, 2024

«Chinita, escarchame»: la petición favorita de los zulianos

La Chinita regresa hoy a su Basílica. A las doce de la noche se oficiará la tradicional misa, después de la cual comenzará la procesión hasta la aurora marabina

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Chinita, escarchame”. La frase es una de las más comunes que tienen que ver con la Virgen de los zulianos. La petición se escucha todo el año en la ciudad, lo que indica el nivel de popularidad de la Virgen de Chiquinquirá.

“La sencillez y naturalidad con la que el marabino se dirige a su Virgen lo llevó a crear lo que inicialmente fue un chiste a partir de la frase ‘Chinita, escarchame”, explica María Alexandra Semprún, politóloga, antropóloga y docente en Ciencias Políticas de la Universidad Rafael Urdaneta (URU).

“Era una broma que podía verse entre lo pagano y lo religioso. Pero más tarde la expresión adquirió un profundo sentido religioso. De allí que cualquier persona dice, cuando ve que la suerte la acompaña: ‘Me escarchó la Chinita”, complementa la docente.

La Virgen de Chiquinquirá es todo lo que los marabinos son, porque ella les abre las puertas a los componentes criollo, migrante e indígena, afirma el antropólogo y docente Carlos Valbuena. | Foto: EFE

—El marabino, con un alto sentido del humor, ha construido con su Virgen un entorno tan familiar que es capaz de hacer chistes sobre ella, lo que en cualquier parte pudiera ser visto como una blasfemia —sostiene la antropóloga—. Sin embargo, en esta ciudad sucede exactamente lo contrario. Las locuciones “Chinita, escarchame” y “La Chinita me escarchó” se convirtieron en memes que circulan en stickers en las redes sociales. Esas frases ahora expresan mucha devoción y creencia: dame suerte y me dio suerte.  

—En pleno siglo XXI la Chinita llegó a las redes sociales. Es muy significativo este hecho.

—Totalmente, lo cual habla de la cercanía del marabino con su Virgen. Llegó a las redes y esto tiene un alto sentido religioso porque se ha acrecentado la forma de expresión del culto a la Chinita.

El otro invitado a la conversación es Carlos Valbuena, quien, al igual que Semprún, es conocedor de la veneración por la Virgen de Chiquinquirá. Este tertuliante es comunicador social y antropólogo, y como docente e investigador de pregrado y posgrado en el área de Antropología en la Universidad del Zulia (LUZ), ha tenido la oportunidad de analizar profundamente la tradición del culto que se le rinde a la Chinita en Maracaibo.

Valbuena responde una pregunta necesaria para saber quién es esa señora que despierta amores y temblores entre los marabinos y el resto de los zulianos. No puede ser menos porque se trata de una presencia religiosa que llegó a la región hace 314 años, exactamente el 18 de noviembre de 1709, y es la Patrona Principal de Maracaibo.

—¿Quién es la Chinita?  

—La Chinita es todo lo que los marabinos son —afirma Carlos Valbuena—. Es wayuu porque es chinita. Es colombiana: atravesó la frontera como inmigrante y llegó indocumentada. Es claramente sagrada y además es mujer. Tiene una versión suficientemente formal como para llamarse Chiquinquirá, pero también tiene un apelativo: la gente le dice Chinita. En definitiva, esta Virgen les abre las puertas a los componentes criollo, migrante e indígena.

A propósito de que la Virgen está asociada a todos los elementos étnicos, María Alexandra Semprún hace una precisión histórica:

—En nuestra infancia nunca vimos vinculados los elementos de la expresión abstracto-geométrica wayuu a la imagen de la Chinita. Pero, de pronto, comenzamos a ver, desde hace unos 30 años, que la Chinita está rodeada de unos tapices circulares, los que hacen los wayuu. Ahora se reconoce este componente étnico hasta en las gaitas. Hay una en particular que se llama Virgen guajira. 

El gaitero de los tres milagros de la Chinita

“La Virgen Chinita sintetiza a los habitantes de la región —continúa Valbuena en su exposición—, quienes la reconocen como su mayor compañía y presencia religiosa. Ella está en el estrato más alto del sentido de lo sagrado, de lo religioso en el Zulia, mucho más particularmente en Maracaibo, pero también en el más popular”.

—La Virgen está en todas partes —apunta el docente—. La gente sabe que está ahí, cerquita, y le habla, le pide. Hay una versión micro de la Chinita en la Basílica, pero hay una versión macro en la plaza que está frente al templo. Está diseminada por toda la ciudad, lo que significa que es una presencia mariana total en Maracaibo y es un hecho social definitivo. 

“Ella mueve todo lo que tiene que mover en esta ciudad”, interviene María Alexandra Semprún, quien agrega que la Virgen es un símbolo identificador del zuliano y es la conexión especial que este tiene con Dios. “Cuando un zuliano le va a rezar a la Virgen o le va a rezar a Dios, acude a la Chinita y no a la Virgen del Valle o a la Virgen de Fátima. Él está convencido de que ella va a interceder ante Dios con más afecto, quizás, porque siente que la Patrona Principal de Maracaibo es la más cercana”.

Los entrevistados coinciden en que la Virgen del Rosario de Chiquinquirá es parte del espíritu común. Ella es el punto de unión | Foto: Sheyla Urdaneta

Siguiendo con la biografía de la Chinita, Carlos Valbuena hace su análisis del porqué la Virgen zuliana es de régimen simbólico nocturno, de acuerdo con la clasificación que hizo el antropólogo y mitólogo francés Gilbert Durand:

—Como manifestación de lo sagrado, la Chinita es de régimen nocturno, entre otras razones porque vino del agua, elemento que en un sentido mitológico también pertenece a la nocturnidad, y está parada sobre una media luna. Además, ella tiene procesiones nocturnas, como la de la aurora, y otros eventos de su ciclo festivo que ocurren durante la noche. Las acciones de la feria son nocturnas casi todas, lo que no ocurre con las celebraciones de otras vírgenes de Venezuela.

El antropólogo también precisa que, al contrario de las imágenes solares o diurnas, que son blancas porque el sol no deja espacio sino para la luz casi enceguecedora, la Chinita es morena; de hecho, en Maracaibo la llaman la Reina Morena. “No es una deidad solar, inmaculada o celeste. Es muy colorida y así se viene representando en la gran iconografía que se ha elaborado sobre la Virgen a lo largo de los años”. 

El investigador trae a colación otros ingredientes que tienen que ver con las características de la Virgen zuliana: “El régimen nocturno tiene que ver con la complicidad y con lo femenino, con la fuerza y la capacidad de cambiar, pero también significa una enorme capacidad de acogida. Por eso María Alexandra dice que la Virgen es la intercesora del marabino, pero no es una cualquiera: ella es miembro de tu familia, la tienes allí”.

Valbuena se pasea por el trato familiar que le confiere el marabino a su Virgen. “La trata con distintos registros de su alteridad. Por ejemplo, la nombra como nuestra sagrada Virgen María de la Chiquinquirá, pero en algún momento le dice Chinita y en otros, Chinca y Chinquita”.

—No deja de llamar la atención cómo el zuliano hizo suya a la Virgen de Rosario de Chiquinquirá, como si hubiese “nacido” en predios del Zulia.

—Y la sienten tan zuliana —afirma Semprún— que muchos no saben que ella es la patrona de Colombia, sino que sienten que es la Virgen del Zulia.

Ambos antropólogos están de acuerdo en que esa figura religiosa que es la Chinita fue integrada por el poder regional a una definición de identidad, que antes era llamada regionalismo y hoy, zulianidad. “La presencia de la Chinita funciona muy bien para que las personas puedan generar y articular discursos de identidad —reflexiona la politóloga— porque ella es parte de ese espíritu común y de la tradición. Es como sentir que ella es el punto de unión”. 

—¿Por qué el marabino prácticamente se olvidó de su patrono, San Sebastián?

—Porque San Sebastián fue impuesto —responde Carlos Valbuena— y es un ser clavado con flechas, es un mártir. La Chinita, en cambio, llegó, escogió llegar a Maracaibo, y es una reina que ilumina la oscuridad.

María Alexandra Semprún también ofrece su interpretación: “Ella le habla a la gente. Le dice ‘No estás solo, yo te acompaño, yo ilumino tu camino. Aquí estoy, soy como tú y además represento a los que vienen de otro lugar’. Ella ofrece esperanza, la idea de que todo puede amanecer de otra manera. Así, tenemos a alguien que te acompaña en medio de la noche”. 

—¿Qué pensará la Chinita de este momento político que estamos viviendo?

—Voy a circunscribirme al Zulia —responde la politóloga—. Estoy convencida de que la gente aquí tiene confianza en la idea de que la Chinita está experimentada en la defensa de los zulianos porque le ha tocado hacerlo muchas veces. Cuando se desea que cambien o se vayan los malos gobiernos, se le pide a la Virgen, y ella cumple. A veces lo hace progresivamente.

—¿Por quién votará la Chinita en las próximas elecciones presidenciales?

—La Virgen ayudará al zuliano a que vote por el que ella elija —afirma Semprún— y apoyará al que hará los cambios para el Zulia y para Venezuela. Ella tiene un mandato que derivó de una petición recogida en la famosa gaita La grey zuliana: “Madre mía, si el Gobierno no ayuda al pueblo zuliano, tendréis que meter la mano y madarlo pa’l infierno”. Esa solicitud es el más importante artículo político que la Chinita tiene en sus manos.

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