Maracaibo.- Bajo una lluvia de flores, de fuegos artificiales y entre gaitas, aplausos y la petición del regreso de los migrantes, la Chinita se reencontró la noche de este sábado 28 de octubre con su pueblo, luego de bajar desde su nicho.
La Virgen de Chiquinquirá comenzó a las 7:00 p.m. su descenso por un tobogán de 60 metros, que atravesó toda la Basílica y terminó en el altar del templo dispuesto en el frente de la iglesia, donde las autoridades eclesiásticas la recibieron.
Su descenso tardó 40 minutos, tiempo en el cual Los Chiquinquireños la homenajearon con oraciones hechas gaitas. Ricardo Cepeda, Argenis Sánchez, Jaime Indriago y Danelo Badell fueron algunos de los gaiteros que le cantaron a la Virgen.
Luego de bajar, decenas de hombres vestidos de blanco, pertenecientes a los Servidores de María, cargaron en hombros el trono repleto de rosas y tulipanes rosados y rojos donde fue montada la Chinita para pasearse entre su pueblo.
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La Virgen vistió un manto elaborado por el diseñador Nidal Nouaihed, el cual está inspirado en el rescate y saneamiento del lago de Maracaibo. La pieza, de color verde esmeralda con encaje de color azul, brilló con un millar de cristales de swarovski.
La Chinita salió en procesión a las 8:30 p.m. por las calles del centro de Maracaibo en medio de una marea de fieles y devotos, quienes le lanzaron flores y tomaron fotos. Las autoridades eclesiásticas calcularon que a la Bajada asistirían al menos 200.000 feligreses.
Y una de esas fieles es Ana García, de 61 años, quien viajó desde Cabimas, en la Costa Oriental del Lago, hasta Maracaibo para ver a la Virgen. Lo hace desde hace siete años cuando el primero de sus cuatro hijos migró de Venezuela.
«Desde que mis hijos comenzaron a migrar vengo a pedirle a ella (la Chinita) que los cuide», dijo con los ojos llenos de lágrimas y vistiendo una franela con la imagen de la Virgen.
«Yo le pido a la Chinita libertad para Venezuela, para que nuestros hijos regresen. Que queremos mejor calidad de vida para todos los venezolanos», dijo García.
Y justo esa fue la petición que más se repitió durante la misa y que arrancó aplausos de los presentes.
Invitan a salir de la mediocridad espiritual
La Bajada de la Virgen, que da inicio a los 40 días de festividades en su honor, se efectuó luego de la eucaristía que inició a las 5:30 p.m. y fue presidida por el arzobispo de Mérida, monseñor Helizandro Terán.
El sacerdote zuliano invitó a los presentes a salir de la «mediocridad espiritual» y seguir el camino de Jesús.
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«Como obispo, me siento preocupado al ver que nos hemos acostumbrado a decir que creemos en Dios, que creemos en la Chinita, sin que nada decisivo, nada importante, suceda en nosotros», refutó el arzobispo de Mérida durante la homilía.
«Nos encontramos en muchos casos en una verdadera mediocridad espiritual y nuevamente San Agustín nos alerta con lo siguiente: el comienzo de una vida Santa es la verdadera fe», insistió el sacerdote.
Monseñor Terán pidió a la Virgen aliento para los jóvenes, protección para las familias y bendiciones para los niños. «Es hermosa esta manifestación de fe y de amor a María. Como zuliano y marabino que soy, me siento lleno de un santo orgullo por María de Chiquinquirá. Ella baja hoy a reencontrarse con su pueblo», expresó.
El arzobispo de Maracaibo, monseñor José Luis Azuaje Ayala, envió un mensaje a los presentes ya que no pudo asistir porque se encuentra en Roma, Italia: «Ha llegado este hermoso día dedicado a la madre María de Chiquinquirá. Su bajada significa encuentro, implica un compromiso por parte de ella de quedarse con nosotros».
La Bajada de la Chinita contó con un despliegue de seguridad de funcionarios de la Guardia Nacional, Policía Nacional Bolivariana, Policía Regional y la Policía de Maracaibo.
Al evento religioso asistieron el gobernador de Zulia, Manuel Rosales; y los alcaldes zulianos, entre ellos el de Maracaibo, Rafael Ramírez; y el de Mara, Luis Caldera.
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