Caracas. Arribaron en tres autobuses al aeropuerto de Harlingen, en Texas, fronterizo con México, esposados de manos y pies. Inmediatamente, funcionarios de la Fuerza de Operaciones de Expulsión (ERO), perteneciente al Departamento de Seguridad Nacional (DHS), los cachearon uno a uno.
Las imágenes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) dan cuenta del proceso que finalizó este miércoles, 18 de octubre, en el primer vuelo de deportación de Estados Unidos a Venezuela.
Se trata de un primer grupo de 127 venezolanos deportados, que puede llegar a 135, confirmó el subsecretario de Política Fronteriza e Inmigración en el Departamento de Seguridad Nacional, Blas Núñez-Neto, en entrevista con El Pitazo.
«De conformidad con las leyes estadounidenses, se ordena la expulsión de extranjeros, incluidos los venezolanos, que no tengan base legal para permanecer en Estados Unidos«, indicó el Departamento de Seguridad Nacional, mediante un comunicado de prensa.
Las deportaciones directas de venezolanos, luego de más de cuatro años suspendidas, forman parte de un acuerdo más amplio entre Estados Unidos y Venezuela, suscrito el 5 de octubre.
El gobernante Nicolás Maduro afirmó que los vuelos de deportación se repetirán cada semana.
Después de ingresar al avión estadounidense les fueron retiradas las esposas y recibieron alimentos, refieren medios locales. Todos los venezolanos llevaban puestas mascarillas para protegerse del COVID-19.
El avión, que despegó en la mañana, aterrizó cerca de las 4:30 p.m. en el aeropuerto Simón Bolívar, que estaba inusualmente atiborrado de funcionarios de seguridad.
El Pitazo conoció que los deportados fueron trasladados en unidades de transporte del gobierno del litoral central y custodiados por organismos de seguridad. ¿Hacia dónde? Todavía es un secreto.