Caracas.- Los residentes de la ciudad capital, de este a oeste, tratan de sortear a diario la crisis en la distribución de agua por tubería, pues en el Área Metropolitana de Caracas -según datos de la ONG Monitor Ciudad-, de las 162 horas de una semana los caraqueños solo reciben el servicio de agua 59.2 horas en promedio.
La más reciente falla en el Sistema Tuy II, en la localidad de Santa Teresa del Tuy, que requirió de trabajos de la estatal Hidrocapital, dejó sin agua por más de 10 días a 8 parroquias de Caracas y otros sectores de los municipios Baruta, El Hatillo y Sucre.
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En el municipio Sucre, en sectores como Los Dos Caminos o Santa Eduvigis, los residentes acumulan hasta 13 días sin agua, una situación que tratan de paliar, entre otras cosas, con el servicio de cisternas, pero a medida que la falla en el Sistema Tuy II se extendió, los precios aumentaron.
«Ha sido un verdadero problema. Primero el precio de una cisterna de 12.000 litros que cobraban en 50 dólares nos dijeron que ahora cuesta 70 dólares; las de 50 dólares desaparecieron. Y ni siquiera con el aumento tienes la garantía de que llegará, porque a veces pasan más de 24 horas y nada», explicó Lissette Luna, residente de Los Dos Caminos.
Gastos y más gastos por el agua
Datos de Monitor Ciudad precisan que en el municipio Sucre los residentes dedican al menos 3.7 horas semanales para almacenar agua.
José Bracho, de 56 años, conduce un camión cisterna con capacidad para 10.000 litros de agua desde hace 6 meses. Su punto de recarga es en La Tahona (El Hatillo), en donde debe pagar entre $5 y $10 por cada llenado.
«Esto es muy difícil. Tenemos que pasar todo un día para poder llenar una vez, porque los camiones del Gobierno tienen prioridad, no hacen cola, y si a eso le sumamos el tema de la gasolina, entonces qué podemos hacer», dijo Bracho, mientras despachaba un servicio en un conjunto residencial ubicado en Santa Eduvigis, por el que cobró 60 dólares.
En el caso de Luna, quien precisa que vive en un edificio de 77 apartamentos, contabiliza desde el miércoles 19 de julio unas 8 cisternas contratadas para sortear la falta de agua por la falla y posteriores trabajos en una tubería de 72 pulgadas en el Sistema Tuy II, de acuerdo con la información precisada por Hidrocapital.
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Los gastos de contratar una cisterna se suman a los vinculados con la compra del agua potable. De acuerdo con estimaciones de Monitor Ciudad, los caraqueños gastan de manera mensual un equivalente de cinco salarios mínimos o al menos 25 dólares en cisternas y botellones.
Recargar un botellón con agua potable en Los Dos Caminos cuesta al menos 1 dólar, según constató El Pitazo en un recorrido por la zona.
«Por la situación, la gente está dispuesta a pagar lo necesario para una cisterna, pero en el caso de los botellones de agua potable es más caro. Trabajo dando clases en el gimnasio Papá Carrillo y pasamos de comprar dos a tres botellones diarios«, comentó Roxairu Capote.
Suben las ventas en puntos de recarga
La crisis por la falta de agua en las últimas dos semanas no solo golpeó el bolsillo de un buen número de caraqueños, sino que también significó un incremento en los costos de los locales de recarga de agua potable.
«En los últimos días, las cisternas se han tardado hasta 24 horas y si no te quieres quedar sin agua para el servicio, tienes que pagar más de lo usual. Hemos pagado entre 90 dólares y 120 dólares por cisternas de 10.000 y 12.000 litros», explicó Moraima Barrios, responsable de un local en Los Dos Caminos.
La falla del Sistema Tuy II también representó un incremento en las ventas de los locales que, al menos en Los Dos Caminos y Santa Eduvigis, se dedican al servicio de recarga de agua potable.
«En los últimos 5 días tuvimos un incremento de 75 % en las ventas. Diariamente recargamos entre 300 y 400 botellones, esa cantidad se duplicó«, comentó Maribel Aponte, quien administra un comercio en Los Dos Caminos.
De acuerdo con el más reciente estudio sobre el estado del servicio de agua elaborado por la ONG Monitor Ciudad, el impacto económico en la ciudadanía por la crisis en la red de distribución de agua por tubería, la falta de inversión y la ausencia de transparencia en el manejo de fondos públicos destinados al servicio de agua generaron una «privatización de facto» en el abastecimiento de agua.
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