23.2 C
Caracas
jueves, 2 mayo, 2024

Construir desde las fortalezas

-

Por Karina Monsalve

Llamamos fortalezas a los aspectos psicológicos que definen las virtudes de cada persona, aquellas formas distinguibles en las que se manifiesta una virtud. Las fortalezas constituyen el principio fundamental de la condición humana y una actividad congruente con ellas representa un importante camino hacia una vida psicológica óptima. Según varios autores, lo que hace que la vida merezca la pena no es efímero, por lo que es necesario un análisis en términos de rasgos positivos de personalidad. Las fortalezas proporcionan la explicación para esta estabilidad de la vida sana bien vivida.

Las personas suelen confundir este término con el de resiliencia, sin embargo, la resiliencia es una fortaleza en sí. La resiliencia es la capacidad que posee el ser humano para adaptarse a nuevas circunstancias, de reinventarse, de reconstruirse, de trascender, traspasar los propios límites y seguir adelante con el aprendizaje de la experiencia vivida.

Cuando el sufrimiento nos sobrepasa

Hasta hace unos años el término resiliencia era desconocido para la mayoría de las personas, no obstante, en la actualidad está presente, cada vez más, en trabajos académicos y en publicaciones, e incluso se ha incorporado al lenguaje común.

Aún cuando el término de resiliencia era desconocido, lo que representa es tan antiguo como la propia humanidad, nos habla de la creencia de que lo positivo siempre tiene que pesar más que lo negativo y que las fortalezas suman más que lo que las dificultades pueden restar. Afrontar las adversidades y salir fortalecido de ellas responde al nombre de resiliencia, una realidad que propone un modelo que enfatiza las fortalezas que los individuos poseen, han generado y/o fortalecido en su interacción con el medio a través de su paso por las distintas etapas vitales. Estas fortalezas, a las que los psicólogos solemos denominar como recursos internos del individuo, son la base, el medio y el fin de muchas de las intervenciones profesionales.

El énfasis en las fortalezas y el empowerment se ha incrementado en las últimas dos décadas y se ha convertido en uno de los principales paradigmas, sustituyendo al enfoque basado en los problemas. Ambos enfoques se mantienen y conviven en la actualidad, pero el enfoque centrado en las fortalezas y el empowerment constituyen una forma nueva e interesante de ver a las personas y sus circunstancias y se caracteriza por su visión positiva de las personas y su manera de afrontar los cambios vitales. Queda, claro que todo ser humano tiene la capacidad para expresar resiliencia es algo consustancial al ser humano, aunque no siempre esta capacidad este activa.

Las adversidades son una parte común de la vida. Estamos permanentemente llenos de situaciones adversas. Generalmente, el estrés puede estar asociado a tres factores: 1) dificultades de las transiciones de la vida, que implica cambios en el desarrollo o cambios sociales; 2) acontecimientos traumáticos que incluyen graves pérdidas o enfermedades, y 3) presiones ambientales como pobreza y violencia. En la percepción de la adversidad media de forma importante lo subjetivo, algo que a nuestros ojos puede definirse como adversidad, puede no ser tal para otra persona o una situación que para uno puede catalogarse como un mera dificultad se convierte para otro en una adversidad o incluso en un trauma.

La convivencia familiar y la importancia de una buena dinámica

Las fortalezas intrapsíquicas son las que configuran al individuo, es decir, aquellas características que aparecen con mayor frecuencia en quienes han demostrado condiciones de resiliencia. Ejemplo de ello pueden ser las siguientes características: iniciativa, creatividad, humor, positivismo, moralidad, independencia/autonomía, relación con los Otros, introspección, comunicación y autoestima, entre otras.

Existen determinados factores psicológicos que podrán reducir el impacto del estrés en el bienestar de las personas como es la sensación de control, la capacidad de predecir los acontecimientos, la percepción de que las cosas mejoran, la presencia de salidas a la frustración, la existencia de redes de apoyo sociales, la espiritualidad,  entre otros.

Para enfrentarse a la adversidad algunas personas utilizan sus mecanismos de defensa (negación, supresión, explicación, etc.) para minimizar el dolor, otras, emplean estrategias de adaptación, pero no posibilitan la recuperación y/o transformación, es solo en aquellas personas que emplean todas sus fortalezas, en situaciones difíciles las que traen consigo un cambio positivo aun en la adversidad.

KARINA MONSALVE | Twitter: @karinakarinammq / Instagram @psic.ka.monsalve

Psicóloga clínica del Centro Médico Docente La Trinidad.

El Pitazo no se hace responsable ni suscribe las opiniones expresadas en este artículo.

Miles de venezolanos en las zonas más desconectadas del país visitan El Pitazo para conseguir información indispensable en su día a día. Para ellos somos la única fuente de noticias verificadas y sin parcialidades políticas.

Sostener la operación de este medio de comunicación independiente es cada vez más caro y difícil. Por eso te pedimos que nos envíes un aporte para financiar nuestra labor: no cobramos por informar, pero apostamos porque los lectores vean el valor de nuestro trabajo y hagan una contribución económica que es cada vez más necesaria.

HAZ TU APORTE

Es completamente seguro y solo toma 1 minuto.

Ayúdanos a cubrir todo el país
Hazte Superaliado/a