70 % de la diáspora venezolana (5.740.000 venezolanos) tiene derecho al voto, pero la mayoría de esa masa migrante no está habilitada para participar en las próximas elecciones presidenciales, según estimaciones del Observatorio de la Diáspora Venezolana. Los retos para cambiar esa situación incluyen variables internas y externas, de acuerdo con analistas políticos

La migración venezolana, estimada por el Observatorio de la Diáspora Venezolana (ODV) en 8.200.000 personas, puede ser considerada hoy el mayor estado del país, una nueva entidad externa -que no cuenta con reconocimiento del Gobierno- en la que quienes son mayores de 18 años suman 5.740.000 venezolanos, de los cuales solo 1,87 % de esa población (107.892 personas), hasta la fecha, está inscrita en el Registro Electoral que administra el Consejo Nacional Electoral (CNE) para votar en el exterior en 2024.

La falta de adecuación de la actividad consular, la ausencia de una legislación y una reglamentación que haga viable el ejercicio de derechos electorales y de identidad, así como la inexistencia de una estrategia política, de acción y discursiva por parte de la oposición, conforman un panorama que imposibilita el voto de 27,42 % de la población venezolana que, en 2023, está fuera del país.


En un registro para las presidenciales cambia el panorama, porque vas a tener a millones de venezolanos interesados: el que está en Texas, en Colorado o en Washington se va a mover para inscribirse

Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos

Esa es una de las principales advertencias que destaca el politólogo y director del ODV, Alejandro Oropeza, quien resalta el surgimiento de una nueva dimensión nacional, por la migración, que impacta lo político con consecuencias para la administración de Nicolás Maduro.

“Esta nueva geografía nacional supone que el estado de mayor nivel poblacional se encuentra en el exterior —porque Zulia, con unos cinco millones de habitantes, según cifras gruesas, está por debajo— tiene un impacto contundente en el espacio público que requiere, desde la acción política, un reacomodo en la participación del ejercicio de derechos ciudadanos y políticos”, advirtió Oropeza en el foro Prospectiva Venezuela, organizado por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (Cepyg-UCAB).

Consecuencias de la negación

70 % de la diáspora venezolana (5.740.000 venezolanos) no está habilitada para ejercer el derecho al voto en las próximas elecciones presidenciales, según las estimaciones del ODV. Oropeza destaca que esa situación es una de las consecuencias de la negación de la migración por parte del Estado venezolano que, al mismo tiempo, es responsable del surgimiento de esa realidad.

“El Estado niega la realidad de la diáspora y el impacto que eso tiene en el ejercicio de derechos. Esa negación genera consecuencias, como la ausencia de políticas efectivas para garantizar el ejercicio de derechos. Tenemos un retraso en la normativa y reglamentación de todo el tema consular, en donde debe generarse una adecuación de los servicios consulares que viabilice y posibilite no solo los derechos políticos sino de identidad”, agregó Oropeza.


El hecho de visibilizar, viabilizar y acompañar el proceso de ejercicio del derecho al voto de los venezolanos en el exterior es clave para apuntalar el inicio de un proceso de transición democrática

Alejandro Oropeza, director del Observatorio de la Diáspora Venezolana

Los requisitos que detalla el Ministerio de Relaciones Exteriores para la inscripción y actualización de datos en el Registro Electoral, en el caso de los venezolanos en el exterior —basado en lo que establece la Ley de Procesos Electorales y su reglamento—, son cinco: haber cumplido 18 años, presentar original y copia de la cédula de identidad venezolana laminada, vigente o vencida; original y copia del pasaporte venezolano (este documento no sustituye a la cédula para el voto en el exterior, según normativa del CNE), constancia de residencia y un documento que demuestre la residencia legal permanente en el extranejero.

“Quienes han cumplido 18 años fuera de Venezuela en este periodo no tienen posibilidad de obtener el documento de identidad venezolano, porque los consulados tienen limitantes y solo se puede tramitar el documento venezolano en el país. Además, la limitación en el ejercicio de los derechos políticos incluye demostrar un estatus migratorio legalizado que no tiene nada que ver con la posibilidad de ejercer esos derechos. Existen limitaciones para que los venezolanos en el exterior expresen su voluntad y apoyen un proceso de transición a la democracia por la vía electoral”, añadió Oropeza.

En el CNE, cuyo directorio renunció en junio antes de cumplir la mitad del periodo constitucional previsto, quedó pendiente la discusión de una propuesta de reglamento para el voto en el exterior que presentó el ahora exvicepresidente del ente comicial, Enrique Márquez, que incluye ampliar el concepto de residencia legal y la automatización del voto, según reportó, en agosto del año pasado, Crónica Uno.

En medio de la incertidumbre vinculada con las nuevas designaciones en el CNE por parte de la Asamblea Nacional del oficialismo —en pleno contexto preelectoral—, otra de las consecuencias de la imposibilidad del ejercicio del derecho al voto de los venezolanos en el exterior tiene que ver con la incidencia que podría tener en la elección presidencial de 2024 la exclusión de 5.400.000 venezolanos.


La actividad consular de las embajadas es de capital importancia. Se ha avanzado en varios aspectos, sobre todo administrativos, pero la normalización autoritaria quiere todo lo mejor para Miraflores sin mayores compromisos, especialmente en materia electoral

Félix Arellano, internacionalista

“Restaría importantes votos al candidato opositor en las próximas elecciones presidenciales. Según los estudios que hemos hecho, un gran porcentaje de esos venezolanos en el exterior votarían en contra del oficialismo. Esa imposibilidad podría suponer el triunfo del candidato oficialista y esa victoria supondría una nueva ola migratoria”, dijo Oropeza.

De acuerdo con el último corte del Registro Electoral divulgado por el CNE, el primero de 2023 con fecha del 31 de marzo, en Venezuela están habilitados 20.675.478 electores, mientras que para el sufragio en representaciones diplomáticas venezolanas en el exterior la cifra totaliza 107.836 inscritos.

Política dentro y fuera de Venezuela

Atender la realidad de la diáspora en la dimensión electoral implica también voluntad y disposición política de parte de la oposición y las fuerzas democráticas, según destacó el director del ODV.

“No hay una estrategia política, de acción y discurso, por parte de la oposición que considere la agenda social emergente de los venezolanos en el exterior. Esta nueva realidad tomó por sorpresa a los actores políticos. A lo largo de toda su historia, Venezuela fue un país receptor y no generador de migración”, agregó Oropeza.

De acuerdo con cálculos del ODV, 8,8 % de la población venezolana actual -que la organización estima en 29.894.784 personas- está dispuesta a migrar.

En el plano internacional, la realidad de la diáspora venezolana choca con los intentos de la administración de Nicolás Maduro de avanzar en lo que el internacionalista Félix Arellano califica de normalización autoritaria, cuyo principal objetivo es la legitimación externa de Maduro.

Tras el período de aislamiento internacional que se inició en 2019 con el extinto gobierno interino, que lideró Juan Guaidó, y que con el paso de los años devino en una estrategia política con respaldo internacional que se desdibujó por factores geopolíticos, la administración de Maduro aguardó el momento favorable para ejecutar movimientos en el tablero de la política internacional, primero con la pandemia del COVID-19, luego con la invasión rusa a Ucrania y su impacto en el ámbito energético y, por último, con la reconfiguración del mapa geopolítico de la región.


Si se ven otras dinámicas que apuntan hacia una posible salida, posiblemente los venezolanos en el exterior van a tener una actitud más activa y menos pasiva

Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB

“La actividad consular de las embajadas es de capital importancia. Se ha avanzado en varios aspectos, sobre todo administrativos, pero la normalización autoritaria quiere todo lo mejor: acceso a recursos financieros y levantamiento de sanciones sin ningún costo para Miraflores, sin mayores compromisos, especialmente en materia electoral, pero la comunidad internacional está atenta”, destacó Arellano en el evento organizado por el Cepyg-UCAB.

El internacionalista considera que es en el propio contexto regional donde se evidencian las complejidades de la normalización a la que aspira la administración de Maduro ante el impacto de la migración.

“No puede darse una desatención de la diáspora en la región. América Latina está experimentando el ejemplo más complejo de la normalización: vemos países que atienden poco la situación política, lo que significa que superar la causa estructural de los problemas -y de la diáspora- no se estaría dando, pero vemos que otros países siguen presionando para tratar la crisis política”, resaltó Arellano.

Oropeza, por su parte, cree que lo vinculado con la diáspora venezolana es clave como una de las garantías fundamentales para el inicio de una transición democrática en Venezuela.

“El hecho de visibilizar, viabilizar y acompañar el proceso de ejercicio del derecho al voto de los venezolanos en el exterior es clave para apuntalar el inicio de un proceso de transición democrática y detener el impacto que pudiera tener una nueva ola migratoria”, concluyó Oropeza.

La primaria como punto de partida

En poco más de un mes de funcionamiento de la aplicación web implementada por la Comisión Nacional de Primaria, la instancia que organiza la elección del 22 de octubre registró a más venezolanos en el exterior para actualizar datos de residencia y así participar en la primaria que el propio CNE en los últimos 11 años, según destacó a finales de junio, consultado por El Pitazo, el miembro de la comisión para voto en el exterior, Ismael Pérez Vigil.

La Comisión Nacional de Primaria estimaba contar con un registro de aproximadamente 400.000 venezolanos en el exterior. La cifra final podría superar los 200.000 venezolanos, pues el proceso culminará la noche de este 9 de julio, luego de una extensión de 48 horas.

La cifra final de registros en el exterior que anuncie la Comisión Nacional de Primaria, supere o no la mitad de las estimaciones preliminares, será un número que no se podrá despreciar, de acuerdo con el director de la encuestadora Delphos, Félix Seijas.

“Supongamos que se registraron unos 200.000 venezolanos, eso es una cifra espectacular. Es una primaria. Si la ponemos en contexto, es una tremenda cifra. Ahora, en un registro para las presidenciales cambia el panorama, porque ahí sí vas a tener a millones de venezolanos interesados: el que está en Texas, en Colorado o en Washington se va a mover para inscribirse”, dijo Seijas consultado por El Pitazo.

La Comisión Nacional de Primaria espera que el registro final de venezolanos en el exterior que voten el 22 de octubre sirva también como un nuevo punto de partida para visibilizar el contexto de la diáspora y avanzar en garantizar la participación de millones de venezolanos fuera de Venezuela en las elecciones presidenciales de 2024.


Existen limitaciones para que los venezolanos en el exterior expresen su voluntad y apoyen un proceso de transición a la democracia por la vía electoral

Alejandro Oropeza, director del Observatorio de la Diáspora Venezolana

El director del ODV resaltó que no puede eludirse cierta apatía en la participación y hasta falta de disposición de venezolanos en el exterior ante los retos y la complejidad que supone garantizar el derecho al voto fuera de Venezuela.

“Tenemos apatía en participación y compromiso, consecuencia del menoscabo de derechos políticos y ciudadanos de venezolanos en el exterior. Existe desconfianza en procesos y actores políticos, así como en un discurso político que no considera la realidad emergente de una agenda social de venezolanos en el exterior”, añadió Oropeza.

El director del Cepyg-UCAB, Benigno Alarcón, considera que junto con las demandas que marquen la dinámica política local de los próximos meses, un cambio en la actitud de los venezolanos en el exterior podría producirse con el desarrollo de hechos políticos que configuren la posibilidad de un cambio o una transición política.

“Lo que puede hacer que el venezolano en el exterior se ponga en modo más activo es que empiecen a suceder cosas en el país que cambien sus expectativas. Si se ven otras dinámicas que apuntan hacia una posible salida, posiblemente los venezolanos en el exterior van a tener una actitud más activa y menos pasiva, pero mientras no vean esas dinámicas quizá piensen que esto es un intento más”, dijo Alarcón consultado por El Pitazo.

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