Los bajos ingresos de los venezolanos mantienen limitada la capacidad de consumo. La situación afecta de manera significativa al sector comercio que, recientemente, pidió al Gobierno revisar las políticas económicas. Si bien algunos analistas mantienen expectativas de recuperación ante la posibilidad de una extensión a las licencias de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), el economista Douglas Ramírez es menos optimista y estima un aumento de la informalidad o de cierre de negocios para inicios de 2024

María Alejandra Ramírez caminaba el 9 de diciembre por el bulevar de Sabana Grande para consultar precios de ropa y calzado y decidir qué puede comprar para las festividades navideñas. Se trata de una joven caraqueña que trabaja en una tienda de ropa infantil, con aspiraciones de estudiar en la universidad y la responsabilidad de ayudar a su mamá, una pensionada, en los gastos del hogar. Su sorpresa fue que aunque ganó un poquito más que el año pasado las cuentas no le dan para comprar todo lo que tenía en mente.

Gano 250 dólares. Yo esperaba comprar las cosas para las hallacas, unos zapatos, algo de ropa para mí y mi mamá y apartar para los gastos de la casa. Voy a tener que dejar algunas cosas para el año que viene porque no me alcanza, todo está más caro”, dijo lamentándose.

Del otro lado de la calle, una vendedora informal insiste en ofrecer su mercancía a los transeúntes que observan con curiosidad. Si bien considera que siempre para estas fechas se vende mucho más que el resto del año, reconoce que no ha sido como lo esperaba. “Muchos ven, preguntan y se van”, dijo sin querer revelar su identidad.


Quedó demostrado que eso del ‘Venezuela se arregló’ no era sostenible


Douglas Ramírez, economista y profesor universitario

La caída del consumo es la frase que más se repite en reportes económicos de analistas y representantes gremiales. A pesar de que todavía no hay cifras concretas, pues apenas cerró la primera mitad del mes de diciembre y todavía hay momentos importantes de compras navideñas, la preocupación se mantiene latente en el sector comercial ante esta realidad.

Así lo manifestó el presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), Gustavo Valecillos, el pasado 28 de noviembre, durante la celebración del Día Nacional del Comercio. El representante gremial recordó que en el primer semestre del año la caída del consumo fue 5 % y se mostró optimista con respecto al cierre de año, especialmente porque se compara con un cuarto semestre de 2022 que catalogó de “bastante malo”.

El cierre del 2022 se vio afectado por un rebote en el tipo de cambio que impactó inmediatamente en la inflación, que venía estabilizándose para ese momento, lo que generó una pérdida importante del poder adquisitivo y afectó, en consecuencia, al consumo. Este año, tras más 630 días sin aumento del salario mínimo, esa capacidad de compra de los venezolanos se ve cada día más limitada, especialmente para aquellos que dependen de salarios mínimos o pensiones y que solo reciben compensaciones a través de las bonificaciones gubernamentales.


No hay movimiento del tipo de cambio, hay un descenso de la inflación y una recesión en la actividad económica. Estamos en una dinámica inflacionaria con caída en la actividad económica


Douglas Ramírez, economista y profesor universitario

Las expectativas están puestas en las licencias de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (OFAC, por sus siglas en inglés), con las que se espera una expansión del gasto público que permita dinamizar un poco la economía, pero hasta el momento no hay mejoras evidentes en la capacidad de compra de los venezolanos. Según el economista y profesor de la Universidad de los Andes (ULA), Douglas Ramírez, esa recuperación no será tarea fácil debido al deterioro del aparato productivo venezolano y a las decisiones económicas emanadas del Ejecutivo nacional.

“Quedó demostrado que eso del ‘Venezuela se arregló’ no era sostenible. ¿Por qué no fue sostenible? Porque justamente las cuentas de la nación y del gobierno están manejadas discrecionalmente. Por otro lado, ya vamos a tener dos años sin ajuste salarial”, dijo Ramírez.

Desde el 15 de marzo de 2022 el salario mínimo se ubica en 130 bolívares, monto que entonces representaba cerca de 30 dólares, pero que actualmente equivale a poco más de 3,6 dólares. Con las bonificaciones, la remuneración promedio de los trabajadores activos oscila entre 45 y 60 dólares al mes, según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).


Toda economía se dinamiza por tres sectores, fundamentalmente: el consumo, la inversión y las exportaciones

Douglas Ramírez, economista y profesor universitario

En paralelo, para los trabajadores del sector privado las remuneraciones sí mejoraron en el tercer trimestre del año al promediar 202 dólares al mes de acuerdo con el OVF, pero todavía están por debajo el costo de la canasta alimentaria que en octubre se ubicó en 493,53 dólares, según cálculos del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas – FVM). Con estos datos, es evidente la priorización de productos básicos como alimentos y artículos de aseo e higiene personal.

 “De una u otra manera, el aumento del salario mínimo es una manera de reactivar la economía venezolana, o de moverla, sobre todo en el mes de diciembre debido al defecto que tenía el aguinaldo”, dijo.

Menos inflación y dólar estable

Una de las grandes diferencias entre 2022 y 2023 tiene que ver con la inflación y el tipo de cambio, indicadores que mejoraron este año, pero no logran resolver el problema del consumo, porque este depende de los ingresos.

Según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), la inflación de noviembre fue de 1,8 %, la cifra mensual más baja en 7 años según este organismo. Hace un año este índice se incrementaba producto del alza en el tipo de cambio y se ubicaba en 21,9 %. Para el OVF, la desaceleración de la inflación se debe, por un lado, a la contracción de la demanda asociada a la estabilidad cambiaria como estrategia de contención inflacionaria y, por otro, a la caída del gasto público.

De acuerdo con datos del Banco Central de Venezuela, los productos o servicios que reflejan un mayor incremento en sus precios son educación, comunicaciones, salud, vestido y calzado. Por su parte, la canasta navideña aumentó 7,2 % con respecto al año pasado, según los registros de la firma Ecoanalítica. Esta canasta incluye todos los productos que se consumen en Navidad, como pan de jamón, panetón, hallacas o los ingredientes para realizar estos alimentos.


La negación y la destrucción de los derechos laborales que se construyeron en Venezuela durante un siglo fueron dinamitadas por el mismo Presidente

Douglas Ramírez, economista y profesor universitario

“El año pasado, esta misma canasta aumentaba 31 %, así que vemos una fuerte desaceleración que habla de la importante contracción del consumo que ha ocurrido este año en Venezuela”, dijo el economista y director de esta firma, Asdrúbal Oliveros, en un video publicado en su cuenta de Instagram. Destacó que es la menor caída de esta canasta en los últimos 4 años. El dólar, por su parte, se mantiene estable entre los 36 bolívares y cambió las tendencias alcistas de los analistas.

“El tipo de cambio se mantiene más o menos estable, la inflación ha descendido y son dos señales de que la demanda está estancada, de que la economía no está dinamizada. No hay movimiento del tipo de cambio, hay un descenso de la tasa de inflación y hay una recesión en la actividad económica. Entonces, estamos en una dinámica inflacionaria con una caída en la actividad económica”, explicó Ramírez.

Expectativas por las licencias de la OFAC

Muchos analistas ven en las licencias de la OFAC una oportunidad de mejorar la actividad económica. “Los problemas estructurales no han desaparecido, pero las licencias de la OFAC ayudan a mejorar los términos de intercambio, es decir, la capacidad de exportar o importar”, decía el economista Asdrúbal Oliveros en un reciente taller organizado por el Centro de Difusión del Conocimiento Económico (Cedice Libertad).

Tamara Herrera, directora de la firma Síntesis Financiera y experta en materia económica, también planteaba en ese taller escenarios en función de la extensión de estas licencias. Los economistas señalaron que en caso de mantenerse esta licencia aumentarían los ingresos del Estado, ya sea por incremento de la exportación de petróleo o de los precios del barril, lo que le daría al gobierno más capacidad para gastar.


Muchos ven, preguntan y se van


Vendedora informal

El contexto político es fundamental en materia económica, pues los acuerdos con la oposición y la campaña electoral prevista para el año que viene son claves en la toma de decisiones en materia económica.

Sin embargo, el profesor Douglas Ramírez es menos optimista. En conversación con El Pitazo explicó que las economías, como la venezolana, con énfasis en el petróleo y la minería, tienen una característica de estar vinculadas al mercado internacional, pero no al mercado interno, por lo que su efecto solo logra dinamizar para el comercio exterior y sus negocios asociados.

“Adicionalmente, las políticas económicas no han sido claras en cuanto a los incentivos para generar una economía más dinámica. Toda economía se dinamiza por tres sectores, fundamentalmente: el consumo, la inversión y las exportaciones”, explicó.

Señaló que el consumo está contraído por las limitaciones de ingresos; las inversiones no se dinamizan porque no hay un “horizonte claro y cierto” que les permita recuperar la inversión; y en el sector exportador el gobierno no ha tenido unas políticas claras de promoción ni de apoyo, ni facilitación.

“Al contrario, sus respuestas (las del gobierno) han sido muy espasmódicas. Esas respuestas espasmódicas de momento favorecen o generan condiciones a favor de la exportación de productos no tradicionales”, agregó.

Insiste en que la ausencia de políticas económicas claras no permite dinamizar la economía ni promover las inversiones, mientras que las restricciones económicas, sobre todo para los trabajadores, son graves. “La negación y la destrucción de los derechos laborales que se construyeron en Venezuela durante un siglo fueron dinamitadas por el mismo Presidente. Esas tres cosas no favorecen ni el consumo, ni la inversión y ni las exportaciones”, apuntó.

En ese sentido, considera esperada la dinámica del consumo que se observa este fin de año y estima que para comienzos de 2024 aumente el cierre de negocios o la informalidad y que, en consecuencia, caigan los activos del fisco.

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