Siete horas son suficientes para un buen descanso; siete horas puede tener una jornada de trabajo; igual, siete horas podría tomar hacer un viaje en autobús de Caracas a Barinas o a Mérida, pero en Venezuela siete horas es el tiempo que le toma a un ciudadano acudir del Banco de Venezuela, en Caracas, para hacer cualquier trámite u obtener 100.000 bolívares en efectivo.
Las casi 700 agencias que esta entidad bancaria del Estado tiene en todo el país convergen en su sede principal, ubicada en la esquina de Sociedad de la avenida Universidad de Caracas, donde todo ese bulevar sirve de sala de espera para las miles de personas que desde inicios de noviembre acuden a este sitio para lograr obtener el monto completo de su pensión en efectivo o 100.000 bolívares que le servirán a cualquier ciudadano común para movilizarse tres o cuatro días.
Al llegar, a las 7 am, ya la cola supera la cuadra y media y, cual si se tratara de un ciempiés humano, la multitud se extiende en una larga fila desde la entrada del banco hasta la Plaza El Venezolano, en el centro de Caracas. A los laterales de la entidad bancaria también hay cola, allí se aglomeran quienes quieren hacer uso de los cajeros automáticos dispuestos en las afueras y en la parte interna de la agencia.
Para ese momento, las colas para ingresar al banco están divididas en dos, una para los adultos mayores y otra para el resto de las personas que, a medida que van llegando, suspiran al ver el largo de la fila y se instalan a esperar. “Esperar, eso es lo que hay que hacer aquí. Yo vine ayer y estuve en la cola desde las 8 de la mañana y me tuve que ir a las 3 de la tarde porque aún no había pasado. Espero que hoy tenga más suerte y me vaya de aquí con dinero en mano”, comentó uno de los compañeros de fila.
CRÓNICA | Las siete horas que le toma a un venezolano ir al banco
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