La oposición venezolana logró este domingo 9 de enero un triunfo político cargado de simbolismo al conquistar la gobernación de Barinas, estado natal del fallecido expresidente Hugo Chávez.
El candidato de la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Sergio Garrido, logró imponerse con 55,36% de los votos al aspirante del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Jorge Arreaza, quien obtuvo 41,27%, de acuerdo con los resultados anunciados por la Junta Electoral Regional poco después de las 11 pm.
Casi tres horas antes, Arreaza había reconocido su derrota en un mensaje publicado en su cuenta en Twitter en el que admitió que no había logrado su objetivo.
Las votaciones de este domingo, en realidad, fueron una repetición de aquellos comicios en los que la oposición también había ganado en Barinas el pasado 21 de noviembre, pero que habían sido anuladas por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
En un fallo del 29 de noviembre, el TSJ reconoció que el entonces candidato opositor Freddy Superlano había obtenido 130 más votos que el aspirante a la reelección Argenis Chávez, candidato del chavismo y hermano del fallecido expresidente Hugo Chávez, pero argumentó que había que repetir los comicios porque sobre el opositor pesaba una inhabilitación previa impuesta por la Contraloría General de la República.
Lecciones que dejan estos comicios
La consultora política y profesora de comunicación política, Carmen Beatriz Fernández, consultada por El Pitazo, considera que al chavismo no se le puede ganar por 130 votos, sino por una amplia diferencia. «Hay que ganarle por una diferencia abrumadora que minimice todo el abanico de artimañas de las que dispone el oficialismo y minimice el desbalance tan extremo de poderes económicos y militares que tienen las fuerzas en juegos».
Agregó: «Barinas como símbolo ya se había derrotado el 21 de noviembre, es decir, el hecho político del cambio ya había ocurrido. Lo que pasó este domingo fue el hecho logístico. Lo que cambió es que la logística de la nomenclatura o la logística del poder se derrotó este 9 de enero».
Fernández explicó que Arreaza sacó más votos que Argenis Chávez en noviembre, porque le dedicaron una cantidad ingente de recursos económicos, logísticos y prebendas tratando de incidir en el voto.
«Lo que queda claro es que el chavismo aún con todos estos esfuerzos tiene un límite. Y ese techo es bastante bajo. Si lo llevas a un nivel nacional y con niveles de participación alto no debería pasar de 25%. El chavismo logra más del 25% porque hay niveles de abstención considerables normalmente en los procesos electorales, más aún con una diatriba en la oposición entre votar o no».
Otros especialistas en análisis político dieron su percepción vía Twitter. La politóloga, investigadora y docente venezolana radicada en Inglaterra, Maryhen Jiménez, aseguró que votar en contextos autoritarios sí funciona. Además, agregó que el «gobierno no es todopoderoso, la oposición puede recomponerse y ganar, y que la ciudadanía está dispuesta a movilizarse».
Félix Seijas, estadístico y director de la encuestadora Delphos, en un hilo de Twitter, señaló el camino de la oposición. «Para la oposición el trabajo es bastante claro: encontrar una nueva estructura organizativa que permita la participación de distintos movimientos políticos, y que, además, reconozca el valor de las organizaciones civiles y esté dispuesto a aceptarles como un actor independiente».
El politólogo y especialista en análisis de datos, John Magdaleno, indicó en Twitter, que las elecciones son una de las «tácticas» para lograr el cambio en Venezuela.
Stefani Vitale, politóloga e investigadora en ciencias políticas, considera que la «participación electoral masiva» es clave para lograr un «proceso de cambio».
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