CIENCIA Y LETRAS
Por: Paulino Betancourt
Según se ha informado, el radiotelescopio más grande del mundo (FAST) ha captado peculiares señales de radio del espacio. Si se está buscando una señal débil proveniente del espacio, realmente ayuda tener una antena grande. Los detalles de los reportes son confusos y a la fecha no se ha descartado que las señales sean extraterrestres. Esta historia comenzó en el 2019 y su camino es un tanto sinuoso. FAST, conocido en mandarín como Tianyan, que se traduce como “ojo del cielo”, entró en funcionamiento hace pocos años. Es una contraparte más grande del famoso radiotelescopio de Arecibo en Puerto Rico, que cerró después de sufrir daños estructurales. Y si bien tiene muchos objetivos, uno de los más importantes es la búsqueda de inteligencia extraterrestre.
El radiotelescopio FAST se puso a trabajar en 2019 escaneando el espacio profundo, por la zona de Próxima Centauri a 4,2 años luz de distancia, en busca de señales de radio que pudieran indicar vida extraterrestre. Al examinar esos datos en 2020, los investigadores dijeron que detectaron dos señales de radio sospechosas de banda estrecha y potencialmente artificiales. Luego, en 2022, una búsqueda específica en exoplanetas conocidos encontró otra extraña señal de radio, lo que elevó la cuenta a tres.
Las noticias sobre estas señales provienen de un artículo publicado en Science and Technology Daily del 14 de junio, que posteriormente fue eliminado. Tras su publicación, el artículo comenzó a circular rápidamente en la red social china Weibo y fue mencionado por otros medios estatales. Las razones detrás de su eliminación repentina no están claras, pero aun permanece publicado en WeChat (https://mp.weixin.qq.com/s/BtLLCb0GlPxjmhbAz5pUOw). Allí se indica que los astrónomos de la Universidad Normal de Beijing “han descubierto varios casos de posibles rastros tecnológicos y civilizaciones extraterrestres fuera de la Tierra”. Y hasta ahora es el único documento sobre el tema, no se han publicado preprints, ni estudios sobre las señales misteriosas. Entonces, ¿los astrónomos finalmente encontraron evidencia de vida inteligente más allá de la Tierra? ¿Los están silenciando?
Como las señales son ondas de radio de banda estrecha, parecidas a las utilizadas por aviones y satélites, podrían haber sido producidas por una tecnología alienígena. Sin embargo, los científicos dicen que sus hallazgos son preliminares y deben tomarse con precaución hasta que se complete el análisis. Aunque, el astrónomo Zhang Tongjie, le dijo al Science and Technology Daily que “no se había descartado la posibilidad de que las señales fueran humanas, por ejemplo, comunicaciones de torres de transmisión o satélites en órbita”. Al final indicó: “Esperamos que el telescopio FAST sea el primero en descubrir y confirmar la existencia de civilizaciones extraterrestres”.
El físico Carl Sagan dijo en su famoso programa Cosmos que: “las afirmaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias”. La pregunta central que debemos hacernos en este caso es si las evidencias son lo suficientemente “extraordinarias”. ¿Lo son? Si resulta ser una interferencia provocada por la humanidad, entonces hay motivos para construir telescopios en otros lugares donde no sean “bombardeados” por la comunicación en la Tierra, como en el lado oculto de la Luna, por ejemplo. Pero supongamos que no es interferencia en absoluto. Imaginemos que viniera de mucho más allá de la atmósfera de la Tierra. Los siguientes pasos contemplarían que los astrónomos publicaran alguna información, indicando de dónde provienen las señales en el cielo. De esa manera, otros astrónomos de todo el mundo podrían verificar su trabajo.
Los radioastrónomos a menudo encuentran fascinantes tipos de señales que resultan tener explicaciones muy naturales. Cuando se descubrieron los púlsares por primera vez en la década de 1960, la astrónoma Jocelyn Bell Burnell no sabía qué había detectado y, en broma, etiquetó las señales como “PHV”, abreviatura de “pequeños hombres verdes”. Más recientemente, los astrónomos han estado detectando los llamados estallidos de radio rápidos, destellos intensos cuyos orígenes siguen siendo un enigma.
Aunque aún no se comprende el origen de las señales captadas, no debemos estigmatizar la investigación. A medida que nuestros observatorios mejoren, poniendo en funcionamiento poderosos telescopios como FAST, seguramente nos encontremos con muchos más misterios por resolver.
PAULINO BETANCOURT | @p_betanco
Investigador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat
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