¿Pupitres vacíos?

760

Por: David Gómez Gamboa

Quizás el mayor desafío que enfrenta la universidad venezolana actualmente es la pérdida de su talento humano. Tal como ocurre en cada familia venezolana que ve partir a sus miembros, las universidades —y el país— sufren muchísimo cuando sus profesores y estudiantes se van. Se van de la universidad y muchos del país, porque no encuentran ya opciones. Esto representa una pérdida invaluable que costará décadas superar.

Sobre las razones de esta huida varían en cada caso, pero la mayoría de los y las universitarias coinciden en señalar la pérdida de democracia y la situación humanitaria que padecen.

¿Aulas sin estudiantes?

Lo más triste ha sido escuchar repetidamente que el anhelo de muchos estudiantes es recibir el título universitario para poder emigrar del país. La situación de la deserción estudiantil universitaria en Venezuela es dramática. Y con la pandemia se ha agravado. Aula Abierta estima que la deserción estudiantil en las universidades públicas oscila entre el 50% y 70%.

La mayoría de los estudiantes que abandonan la universidad lo hacen por tener que trabajar para llevar sustento a sus casas, o porque la movilización hacia o desde la universidad se ha vuelto inalcanzable.

Es desgarrador escuchar que en la fase final de los estudios muchos abandonan sus trabajos especiales de grado por no tener facilidades para sus muestreos, por falta de transporte, reactivos, instrumentos y equipos básicos, por falta de alimento, o porque sus tutores han decidido abandonar el país buscando mejoras socioeconómicas. Y lamentablemente, las universidades venezolanas, al enfrentar la asfixia presupuestaria de más del 97% ejecutada por el gobierno nacional, no tienen la capacidad de ofrecer servicios estudiantiles como transporte, comedor o becas.

Se va el talento profesoral

Desde hace años las universidades están perdiendo a sus profesores. Se ha convertido en una práctica repetida que los Consejos de Escuela, de Facultad y los Consejos Universitarios reciban solicitudes de permisos, luego de renuncias, en muchos casos de jubilaciones y hasta las notificaciones de la muerte de docentes. Las tres primeras situaciones mencionadas tienen como causa recurrente la intención de migrar del país.

Entre el 40% y 50% ha sido estimada la deserción de los docentes universitarios, siendo una de las mayores causas los sueldos de hambre y de enfermedad que no superan los 11 dólares al mes, lo cual ubica al profesorado en situación de extrema pobreza. Lamentablemente, muchos profesores, con una gran trayectoria, han salido de las universidades venezolanas dejando un vacío difícil de llenar. Fuentes revelan que para el 2019 el 30% de los investigadores del país habrían emigrado.

¿Ejemplos en números?

Entre 2017 y 2020 la Escuela de Derecho de la Universidad del Zulia (LUZ) sufrió una disminución del 50% de su cuerpo docente. De 134 profesores activos para 2017, solo 68 se mantuvieron activos en 2020. Contando los profesores que renunciaron (18) y los que solicitaron permisos y sabáticos (11), el número de profesores que dejaron la Escuela fue de 29 en este período (21,6%), de los cuales la mayoría manifestó su intención de emigrar a otro país. El resto de la cantidad está representado por 30 profesores que se jubilaron entre 2017-2020 (22,3%) y 7 que fallecieron (5,2%).

Para el año 2020, el «Grupo de Polímeros I» de la Universidad Simón Bolívar y el Laboratorio de Reacciones y Polímeros de la Facultad de Ingeniería de LUZ tuvieron una migración de profesores de un 65%, que según Aula Abierta fue motivada por factores como la insuficiencia salarial, la crisis en la prestación de servicios públicos y la inseguridad en los espacios universitarios, entre otros.

Sin universitarios no hay país

Que las universidades se queden sin profesores o estudiantes es un problema gravísimo. Para entenderlo basta mencionar como ejemplo que la deserción en los postgrados de medicina podría causar repercusiones en la salud pública a mediano y largo plazo, al quedarse el país sin los médicos especialistas que necesita.

En LUZ los postgrados de Cirugía Torácica, Cardiovascular y Plástica, Pediatría, Otorrinolaringología, UCI de adultos y UCI pediátrica registraron, en 2017, un promedio de apenas 5 estudiantes por especialidad. Para el 2019, este promedio no llegaba a 4 estudiantes, con niveles de deserción superiores al 60%.

El número de graduados que emigraron forzosamente en 2017 fue superior al 50%. En algunos casos críticos, el porcentaje llego al 100% de los titulados que abandonaron el país, como ocurrió en la especialidad de otorrinolaringología, seguida de cirugía torácica con un 80% y UCI de adultos con 75%. En 2019, los estudiantes de postgrado de medicina de LUZ mostraron una alta tendencia a emigrar después de terminar sus estudios.

Se prevé igualmente que los médicos extranjeros que cursan el postgrado de medicina de LUZ provenientes de Colombia, Ecuador u otros países, quienes cubren las vacantes que dejan los venezolanos, al concluir sus estudios regresen a sus países de origen.

Una tarea por resolver

La pérdida del talento humano quizá sea la tragedia más grande que enfrenta la universidad venezolana. Representa la ausencia de médicos, bioanalistas, ingenieros, educadores, economistas, periodistas  y profesionales en cada área que requiere el país. Se trata de un problema de magnitudes gravísimas cuya atención es prioritaria.

DAVID GÓMEZ GAMBOA | @dgomezgamboa                                                                                       

Director de la Ong Aula Abierta / Docente y coordinador de la Comisión de Derechos Humanos de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de LUZ

El Pitazo no se hace responsable ni suscribe las opiniones  expresadas en este artículo.

Miles de venezolanos en las zonas más desconectadas del país visitan El Pitazo para conseguir información indispensable en su día a día. Para ellos somos la única fuente de noticias verificadas y sin parcialidades políticas.

Sostener la operación de este medio de comunicación independiente es cada vez más caro y difícil. Por eso te pedimos que nos envíes un aporte para financiar nuestra labor: no cobramos por informar, pero apostamos porque los lectores vean el valor de nuestro trabajo y hagan una contribución económica que es cada vez más necesaria.

HAZ TU APORTE

Es completamente seguro y solo toma 1 minuto.