En honor a Luis Mariano Rivera, el bardo de Canchunchú Florido

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El pasado 19 de agosto se cumplieron 116 años del nacimiento del compositor oriental, Luis Mariano Rivera. Este artista, que comenzó a los 48 años a contar la vida de los elementos de su cotidianidad, está arraigado no solo en el imaginario de su pueblo y de su gente, sino que la sencillez de su obra trascendió los límites de Carúpano en las voces de grandes cantantes venezolanos y en la interpretación de afamadas orquestas internacionales.

Por: Freddy Bogady

A sotavento del cabo de tres puntas en la serranía, y a orillas del mar, está situado el pueblo de Carúpano, con sus calles largas y su mirada al infinito. A sus iglesias, que nos remontan al siglo XVIII, se suman la plaza Santa Rosa y la vieja plaza Colón, de la que solo nos quedó el nombre porque un mal día se llevaron el busto de bronce del navegante en hombros de algún funcionario del gobierno, sin que el pueblo supiese para dónde.

Allí, en ese pequeño valle de Canchunchú Florido nació, el 19 de agosto de 1906, uno de los artistas más populares y prolíficos del estado Sucre: Luis Mariano Rivera.

Este artista, que comenzó a los 48 años a contar la vida de los elementos de su cotidianidad, está arraigado no solo en el imaginario de su pueblo y de su gente, sino que la sencillez de su obra trascendió los límites de Carúpano en las voces de grandes cantantes venezolanos y en la interpretación de afamadas orquestas internacionales.

Así que podemos escuchar a su Canchunchú Florido cantado por Gualberto Ibarreto, quien popularizó sus composiciones ¿Quién no ha escuchado La Guácara o El sancocho? Ilan Chester, Cecilia Todd, Lilia Vera y el Pollo Brito, o en las voces de artistas líricos venezolanos como Morella Muñoz, Jesús Sevillano o Mayra Martí. También las agrupaciones Un solo pueblo, Quinteto contrapunto y Serenata Guayanesa han interpretado al poeta de Sucre.

En su tierra natal, Luis Mariano se destacó como organizador de grupos musicales como Alma Campesina y Canchunchú Florido. En 1984 fundó la Casa de la Cultura de Canchunchú. Participaba en la realización de velorio de Cruz de Mayo y las festividades de Carnaval.

Luis Mariano Rivera, quien murió en 2002 con 95 años de edad, vivió en su casa El Conuco con su hijo Alejandro Marsella y su negra Máxima Marsella quienes participaban en sus obras teatrales y musicales.

Entre sus composiciones más conocidas se encuentran Canchunchú Florido, Guácara, El Sancocho, Mi nieta Francisca Antonia, Cerecita, El guareque, El mango, Estampas campesinas, Fosforito, La cocoroba, Lucerito, Mi coma´e Juana María.


A LOS 38 AÑOS, MOTIVADO POR UNA CORRECCIÓN ORTOGRÁFICA QUE LE HICIERA UN MUCHACHO (HABÍA ESCRITO «DEPOCITO DE YELO» EN VEZ DE «DEPÓSITO DE HIELO») DECIDE IR A UNA ESCUELA DONDE APRENDIÓ A LEER Y ESCRIBIR BIEN.


La producción artística de Luis Mariano no se limitó a la música, sino que también incursionó en el teatro escribiendo algunas piezas en este género. El relataba que fue siendo «un viejo» cuando logró «meter un poco de luz» en su pensamiento y fue así como la música y los versos empezaron a dibujar su existencia.

Rivera, es el cantor del florido Canchunchu, voz de ternura que le cantaba a las flores, a los peces y a las escobitas de monte mojadas por el rocío del amanecer. Luis Mariano, el bardo de campos hilvanados de guatacaras y araguaneyes, vistió a la naturaleza de amor, la mostró a un país desde su rincón lejano, los siempre olvidados. Sus obras sirven de alimento a la cultura de generación en generación.

La pasión por el canto lo volvió musa y se desvaneció en folklor para caer al suelo convertido en  flor de cereza. El 15 de marzo de 2002 murió el jaguar en su Canchunchu Florido. Murió de muerte natural. Murió de amor, hombre de buena voluntad que cantó  y cantó hasta que las fuerzas le acompañaron y su voz se volvió inmortal.

FREDDY BOGADY FLORES | Facebook: Freddy Bogady Flores.

Abogada güireña / Activista comunitaria

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