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miércoles, 1 mayo, 2024

DW y el problema del “periodismo” youtuber

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El problema de los tiktokers o youtubers haciendo “periodismo” es la tendencia a la banalización no solo del término sino de sus fundamentos. En muchos casos se cumple con la mera apariencia (set y gráficas), más no con el fondo de la profesión, especialmente en la investigación.

Por: Leonor Suárez

Aunque en política la percepción es casi la realidad –especialmente en período electoral– no es cierto que sean lo mismo. El periodismo además de ser “el mejor oficio del mundo”, como lo describiría el Nobel Gabo, tiene también unas cuantas exigencias. Especialmente, cuando hablamos de periodismo de investigación.

El rigor de las fuentes es la condición indefectible que lo separa por completo del diarismo y sobre todo de la opinión, género que en América Latina ha sido rebajado en más de una ocasión al mero comentario, atrapado en el siglo XX, como lo ha evidenciado Boris Muñoz

El problema de los tiktokers o youtubers haciendo “periodismo” es la tendencia a la banalización no solo del término sino de sus fundamentos. En muchos casos se cumple con la mera apariencia (set y gráficas), más no con el fondo de la profesión, especialmente en la investigación.

Estudios y fuentes son lanzadas indiscriminadamente sobre imágenes e ideas ordenadas de manera arbitraria alrededor de un micrófono de podcast puesto sobre el escritorio. Y allí precisamente recae su atractivo y su falacia.

¿Cómo te afecta? es un webshow presentado por Ernesto Andrés Fuenmayor y publicado en un canal de YouTube de Deutsche Welle. El episodio titulado ¿Cómo los corruptos te roban lo tuyo?, desafortunadamente sirvió de justificación para un acto más de censura por parte del poder en Venezuela.

Gobierno de Maduro saca al canal alemán DW de la parrilla de Simple TV 

La medida dice poco de un Estado acostumbrado a amordazar a los medios de comunicación nacionales o internacionales, pero revela mucho del estado del periodismo en tiempos modernos. Valga el ejemplo entonces para entender sus problemas:

  1. Los conceptos, el broll y las fuentes

La corrupción. Según la RAE, el término corrupción es el “Deterioro de valores, usos o costumbres.” y “En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización indebida o ilícita de las funciones de aquellas en provecho de sus gestores”. Es pues, en su sentido más amplio, el menoscabo de las instituciones, y en su acepción política, el abuso de poder en favor de quienes lo detentan. El delito, sin embargo, no existe como tal.

La corrupción es un concepto, y acusar a un funcionario requiere de más hechos o pruebas que llenen tipos específicos como: prevaricación, cohecho/soborno, enriquecimiento ilícito, acto arbitrario y un amplio listado de delitos o faltas que en el caso de Venezuela están recogidos en la Ley contra la corrupción, Código Penal e incluso la Constitución.

Para sustentar su argumento sobre la corrupción en América Latina, Fuenmayor cita el Índice de percepción de la corrupción publicado por Transparencia Internacional en enero de este año.

En el informe, se lista al gobierno de Venezuela –que obtuvo 12 puntos sobre 100– como un ejemplo donde tanto “regímenes autoritarios como los líderes democráticos que menoscaban la justicia contribuyen a profundizar la impunidad de la corrupción y, en algunos casos, incluso la fomentan al eliminar las consecuencias para los infractores.”

El método para obtener dicho índice es una encuesta a organizaciones internacionales y especialistas públicos y privados. Aunque Fuenmayor explica cómo se hace el estudio, el presentador peca al no indicar que ofrece solo una “percepción” de la situación en cada país, no su prueba. Sobre todo cuando a partir de dicha encuesta, pasa a acusar explícitamente.

Los estados mafiosos.

El artículo al que hace referencia Ernesto Andrés Fuenmayor para designar a Venezuela como un Estado mafioso es una publicación de la organización InsightCrime, una institución autodenominada como un “centro de pensamiento y un medio de comunicación”.

En una escueta publicación titulada 7 razones para calificar a Venezuela como un Estado mafioso, InsightCrime alude directamente a un texto de Moisés Naím publicado en el Carnegie Endowment for International Peace en 2012, donde el reconocido internacionalista define a Venezuela como Estado mafioso por los nexos de altos funcionarios con el narcotráfico a partir de designaciones del Departamento del Tesoro.

El texto de Naím es, sin embargo, parte de un ejercicio teórico más amplio recogido luego en su reconocido libro El fin del poder (2014) en el cual hace un análisis del crimen organizado como fuente de inestabilidad global.

Naím, en calidad de analista y no de periodista de investigación, afirma también que es un fenómeno complejo que trasciende el sistema judicial pues en ellos se confunden los intereses del gobierno que los facilita con los de la organización criminal. Fuenmayor, ingenuamente, va mucho más allá.

Al citar ejemplos sobre el concepto de estados mafiosos, el presentador de ¿Cómo te afecta? parte la pantalla y muestra la imagen de Nicolás Maduro con la banda presidencial, y a distintos funcionarios en sus recintos de poder; mientras habla del robo de las arcas públicas, la situación en el arco minero, crimen organizado y torturas. Mezclando en un solo argumento distintos crímenes y personajes sin fechas ni datos específicos.

Aunque todos pasan por el sistema de justicia y su falta de independencia, la manera en que son presentados impide armar argumentos y menos acusaciones claras o verificables en cada caso. Es precisamente lo opuesto a una investigación periodística de esas que ameritan el inicio de una acusación legal o un enjuiciamiento.

  1. El que mucho abarca, poco aprieta

El desespero de América Latina ante las fallas del Estado, el sistema de justicia y la democracia en general ha abierto las compuertas de la rabia; y la inmediatez de las redes sociales con sus algoritmos favorecen cierto tipo de comunicación y comunicadores, el libertinaje de los argumentos o la apariencia de los mismos.

Lamentablemente, en los 26 minutos de video de Cómo los corruptos te roban lo tuyo nunca se cumple la promesa: el cómo. Se listan tantos hechos, estudios y casos distintos que ni el cambio de color del set acompañado por un gesto sonoro del presentador o las entrevistas rápidas –reacciones apenas–, de gente en las calles de México D.F. o Caracas, aportan poco o nada al periodismo y mucho sí a la viralidad.

La publicación cuenta con más de 100 mil vistas a la fecha. A pesar de la intención, de las ganas de dar un golpe a la mesa, el video parece más propaganda electoral opositora o una nueva teoría de la conspiración que a un documental investigativo de un tema gravísimo como es la corrupción o la falta de independencia que la habilita. 

LEONOR CAROLINA SUÁREZ / X: @LeonorSuarez / Instagram: leocarosuarez

Estratega de contenidos, escritora y guionista radicada en EE UU. Licenciada Cum Laude en Derecho de la UCAB y máster en Comunicaciones de University of Florida. Cuenta con más de diez años de experiencia en periodismo digital y producción audiovisual. Fun fact: participó en Miss Venezuela 2004.

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