Maracaibo.- El zuliano Víctor Manuel Farías tenía 24 años cuando decidió trabajar en las minas ilegales que hay en el estado Bolívar, en el sur de Venezuela. Su principal objetivo era ayudar a su mamá enferma de una insuficiencia cardíaca y comprarle una casa a su hijo. Pero, hoy forma parte de la lista de 16 fallecidos por el colapso de la mina Bulla Loca.
Farías ya contaba con 29 años y tenía 5 trabajando en la minería. Se fue en el año 2019 junto a 4 amigos en busca de mejores ingresos que le permitieran solventar las carencias alimentarias y de salud que habían en su hogar. Él fue el único del grupo que seguía en las minas.
“Aquí la situación de verdad se puso crítica, uno ganaba lo necesario para el ingreso del hogar. Él quiso ayudar a su mamá que estaba delicada del corazón y darle un bienestar a su esposa y a su hijo”, contó Jennifer de la Oz, prima del fallecido, en entrevista telefónica con El Pitazo.
De los cinco años que el zuliano estuvo internado en los campos mineros, solo regresó una vez a visitar a su mamá y a su hijo. Fue en 2022. “Él hablaba casi todos los días con su mamá y con su hijo. Él estaba allá trabajando por ellos”, insistió.
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Farías estaba cavando el martes 20 de febrero en la mina Bulla Loca, ubicada en la localidad de La Paragua, cuando un alud de tierra lo tapó junto a otros compañeros. Sus familiares lo lograron identificar en el video del momento del colapso, el cual se viralizó en las redes sociales.
“El mismo día me llamaron y me dijeron que había fallecido. Nosotros lo habíamos visto en el video, pero él aparecía en la lista de heridos. No lo podíamos creer. Un hermano de él, que vive en Ciudad Bolívar, se trasladó hasta la mina para identificarlo. Eso es muy lejos, fueron cinco horas de viaje en lancha y otras cinco horas en carretera”, aseguró de la Oz.
El colapso de la mina se adelantó a los planes del joven zuliano, quien había decidido regresar con su familia al municipio Rosario de Perijá, en el estado Zulia. “Él estaba por venirse. Estaba terminando un plazo para que le pagaran lo último y regresar. Él se venía la primera semana de marzo. Él se venía definitivo porque su mamá estaba delicada, quería montar una tienda en su casa. Mi tía estaba feliz de que ya faltaba poco”, dijo su prima.
Pero su regreso no fue el deseado. A su casa, ubicada en el sector Jorge Hernández, llegó la madrugada del sábado 24 en un ataúd. “Mi tía lo quería con ella, no lo quería dejar tirado allá, lo quería ver”, contó Jennifer.
Los restos de Víctor Manuel Farías reposan en el cementerio municipal de Rosario de Perijá. Mientras, el corazón de la señora Norela Farías resiste, por ahora, el dolor por la pérdida de su hijo.
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