Una vez al año y durante cuatro días ocurre un fenómeno en Maracaibo. Se conoce como la floración del curarire.
“Durante la larga sequía este árbol, primo del araguaney, pierde todas sus hojas, y cuando caen las primeras lluvias se viste de flores amarillas preparándose para la reproducción”, explica David Morales, presidente del jardín botánico de Maracaibo.
Gracias a esa explosión amarilla, esta especie se perpetúa. Todo su follaje es una masa de flores amarillas.
Por eso cada año, a finales del mes de abril, cuando caen las primeras lluvias, las 20 hectáreas del parque se impregnan de amarillo con el florecimiento de los curarires, espectáculo que los marabinos disfrutan en masa. Grupos de estudiantes, fotógrafos, cineastas, deportistas y familias enteras se dan cita durante estos días para no perderse a los curarires en flor.
El curarire es uno de los árboles más abundantes en la flora de Maracaibo, es fuerte, resistente al fuego y se adapta muy bien a las altas temperaturas de la zona. Esta planta crece muy rápido, da muy buena cobertura y protege el suelo. Su altura puede alcanzar hasta los 45 metros.
Explica Morales que el jardín botánico de Maracaibo doctor Leandro Aristeguieta alberga diversas especies de árboles y plantas a lo largo de toda su extensión. Algunas de sus especies más endémicas son los cactus, guamachos, olivos macho y sibucaras, además de plantas trepadoras y exóticas como los lirios, la flor de loto y un tipo de orquídea, la Brassavola nodosa, conocida también como la dama de la noche.
Leandro Aristeguieta, a quien debe su nombre este pulmón vegetal, fue un botánico y estudioso de los árboles venezolano, el junto al paisajista y arquitecto brasileño Roberto Burle Marx dieron vida a esta idea. Ambos también fueron copartícipes en el diseño del Parque del Este de Caracas.
Refiere Morales que el sueño de Aristeguieta era para garantizar la preservación de la biodiversidad presente en la zona y articularla con una ciudad que hasta entonces no lograba descubrir y valorar la riqueza del bosque seco tropical de sus afueras.
Los bosques secos tropicales han ido desapareciendo en el mundo debido a la tala indiscriminada. Actualmente quedan muy pocos, por eso el jardín botánico de Maracaibo es una verdadera joya para el planeta.
Dice que las numerosas visitas que reciben durante cuatro días el jardín, gracias al florecimiento de los curarires, son una gran ayuda para el parque porque en el mantenimiento requiere de mucho dinero. El precio por entrada es de 2 $ los adultos y 1 $ los menores de edad.
En este año 2024, la floración comenzó el miércoles 25 de abril y se espera que dure hasta el domingo 28, cuando los curarires hayan perdido todas sus flores. Aproveche esta oportunidad para ser testigo de este hermoso evento natural. De lo contrario, deberá esperar un año cuando, cuando ocurra de nuevo.
Recuerden, no tienen que esperar este evento singular de floración para visitar el jardín botánico de Maracaibo. Sus hermosos y amplios espacios son el escenario perfecto para celebrar cualquier importante fecha familiar.
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