Por Dibiana Torres, del Programa de formación de nuevos periodistas
Mérida.- Culturalmente se cree en los milagros, apariciones y favores de los santos. Aunque este aún no es el caso, muchos feligreses aspiran que José Gregorio Hernández “sea declarado por la iglesia católica santo, porque ya por el pueblo lo es”, dijo un fiel seguidor. Varias de sus acciones se han demostrado a lo largo de los años y durante la pandemia a más de uno le hizo un milagro.
Es el caso del señor Rigoberto Márquez, él tiene 70 años de edad y es padre de ocho hijos. En el 2021 le diagnosticaron COVID-19. Estuvo 15 días en cama antes de decidir ir a un centro de salud, su estado era grave y en 22 días de enfermedad llegó a consumir 33 litros de oxígeno.
El señor Rigoberto fue hospitalizado en el Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (Iahula), donde veía a diario como morían entre 15 a 20 personas. Afirma que él vio todo eso y algunos especialistas le dijeron que las personas que logran recuperarse quedaba con tratamiento psiquiátrico por ver todo lo que ocurría, ver cómo la gente se moría.
Confiesa que era horrible, pero tenía mucha fe a José Gregorio Hernández. Le hablaba a cada rato y en un momento donde no sabía si estaba despierto o dormido lo sintió. “Llegó y me tocó la frente. De pronto me dije: “¡vaya, este es el Doctor y me está tocando! Vino a verme. Volteé hacia el lado derecho, le vi los zapatos y el ruedo del pantalón más o menos de la rodilla hacia abajo cuando salió. Fue fuerte y emocionante, porque ahí yo logré descansar un poquito”, contó el señor Rigoberto con su voz quebrantada y ojos llorosos.
Desde ese día él y su familia van hasta Isnotu, Trujillo, a pagar la promesa por su recuperación. Su actitud fue positiva, sabía que no se iba a morir todavía y luego de la visita del beato se sintió más seguro. Los médicos le dijeron: “señor Rigoberto, usted es un hombre de mucha fe, merecedor de seguir viviendo”.
Luego de dos años sigue tomando algunas pastillas: “yo todavía tengo secuelas en la cara de la parálisis que me dio. Toda la vida he sido deportista y ahora me canso mucho porque eso pega directamente en los pulmones, pero tengo fe de que me voy a recuperar por completo”, enfatiza el señor Rigoberto al culminar de contar su experiencia
Honores al médico de los pobres
El 26 de octubre es el día del doctor José Gregorio Hernández y en el 2023 se cumplen 159 años de su natalicio. En Mérida, al igual que en varios rincones de Venezuela, hay una comunidad de fieles que conmemoran la vida y obra del beato.
En este sentido, la biblioteca Don Tulio Febres Cordero junto a la plataforma de Santas Apariciones, el lunes 23 de octubre, realizó una exposición bibliohemerográfica y escultórica de José Gregorio Hernández: Sabio y Santo, donde el escultor Luis Alberto Pantoja realizó in situ un modelado en arcilla del Doctor.
La licenciada en Historia del Arte, Yoli Torres, comentó que la presentación es un homenaje a través de la figura escultórica realizada por el artista merideño. “La idea era presentarla en un espacio poco convencional para que la gente se acercara al Doctor José Gregorio Hernández, el hombre”, comentó Torres.
Esta biblioteca merideña guarda una colección que documenta al occidente venezolano desde 1578 y tiene archivos que confirman la conexión entre José Gregorio Hernández y la familia Febres Cordero, algunos demuestran que eran parientes. Albergan periódicos, revistas, boletines e invitaciones a eventos donde coincidieron.
El historiador Samuel Hurtado, trabajador e investigador en la biblioteca, y al igual que la licenciada forma parte de Santas Apariciones, informó que “es una manera de vincular esos aspectos que nos permite a nosotros precisar con mayor detalle que el doctor José Gregorio Hernández estuvo en Mérida”.
Un dato curioso es que mostraron la revista original “Ciencia y Hogar” que se dictó en junio de 1919, a escasos 10 días de la muerte del beato. Allí se encuentra parte de su vida y obra, reproduce imágenes de cuando era niño y adulto y además permite a los investigadores visualizar cómo fue su funeral.
El especialista también confiesa que al Doctor le gustaba bailar y les animó el hecho de mostrar como una materia, en este caso la arcilla, cobra vida a través del arte. “De hecho, el Doctor José Gregorio Hernández escribió un libro sobre arte y estética donde él dice claramente que la escultura está para servir, recrear y darle vida a esa materia inerte”, contó Torres.
La biblioteca estuvo rodeada de diversas esculturas y pinturas de artistas merideños en su honor, igual que estudios de milagros, oraciones y una reliquia de segundo grado que le dieron a Santas Apariciones. Yoli Torres confirma que: “el compromiso a través del arte maneja el concepto de la fe como base esencial del ser humano. De allí parten los valores, el agradecimiento, la perseverancia, el sacrificio y la convicción”.
Próximamente, presentarán un proyecto junto al Colegio de Médico, Camiula, la Cruz Roja y distintas organizaciones para que el viaducto Miranda “deje de ser el sitio de la ideación del suicidio. Vamos a cambiarle esa vibración y esto lo haremos en homenaje al Doctor José Gregorio Hernández, que no solamente es el sanador físico sino también espiritual de todos nosotros”, comentó la Licenciada Torres.
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