Los mosaicos del beato José Gregorio Hernández creados por Luis Enrique Mogollón son obras de hasta 15.000 piezas de cerámica, vidrio, espejo y pedrería, que se extienden en plataformas de hasta 8 metros de alto por 3 de ancho

El beato José Gregorio Hernández, el médico de los pobres, tiene un muralista certificado en Venezuela: Luis Enrique Mogollón, un joven larense, de 36 años, que ha encontrado en el arte del mosaico una manera de expresar su fe cristiana.

Mogollón es católico y devoto de muchos santos, entre ellos la Divina Pastora y la Virgen de Guadalupe. Pero tiene en el doctor José Gregorio Hernández un especial interés. El siervo de Dios, según su testimonio, salvó de la muerte a su hermano, de 13 años, tras padecer de una deficiencia renal crónica.

Luis Enrique Mogollón estudió durante dos años, siendo muy niño, en la escuela Martín Tovar y Tovar, en su natal Barquisimeto, guiado por el talento de su padre Armando De la Rosa Ortega, un reconocido artista colombo- venezolano dedicado a la publicidad exterior en la capital larense.

De adolescente, Mogollón comenzó a colaborar con su mentor, mientras se  especializaba en rostros. Le llegó una oportunidad y fue así como se arriesgó a hacer algo diferente que le permitiera dejar huella.

CLAVES | Este es el milagro atribuido a José Gregorio Hernández

Durante ese tiempo creó la obra Iconos larenses, un mosaico de 70 metros de alto en la carrera 23 entre calles 30 y 31 de Barquisimeto. Igualmente, levantó otra obra de 3,50 metros por 2,80 metros en el estadio de los Cardenales de Lara, Antonio Herrera Gutiérrez. Un sentido homenaje a los peloteros fallecidos Luis Valbuena y José Castillo.

También, en ese lapso, Mogollón sumó a su hoja de vida artística un mosaico de 50 metros de largo por 8 metros de alto fijado en el astillero de Puerto Cabello, estado Carabobo. Muestra a 190 personas en escena: es hecho en escala de grises, pieza a pieza.

Asimismo, la obra de este muralista se fue metiendo poco a poco en Panamá y Colombia. En este último país, Mogollón tiene cerca de 10 mosaicos dedicados al arte vallenato y a sus representantes más genuinos.

Arte con fe

En 2022, Luis Enrique Mogollón cuenta ya más de 18 años como mosaiquista y ahora su arte recorre con éxito los caminos de la fe. «Me identifico con el santo venezolano por su servicio al prójimo y su humildad de corazón, y es eso lo que me mueve a mostrarlo en grandes dimensiones», confiesa el artista a El Pitazo, en entrevista, el 29 de noviembre.

Los mosaicos de José Gregorio Hernández creados por Mogollón son obras de hasta 15.000 piezas de cerámica, vidrio, espejo y pedrería, que se extienden en plataformas de hasta 8 metros de alto por 3 metros de ancho. Como es el caso de la que se levanta en la avenida Adonay Parra Jiménez, de la ciudad de Barinas, el mural más grande de Venezuela, a la fecha.

Mogollón no es un muralista al que se le ocurrió, por capricho, adornar las vías de Venezuela con la imagen del beato o exponer su rostro con brillo en lugares abiertos, templos u hogares dentro y fuera de su país.

CLAVES | El milagro a Yaxury Solórzano que elevó a los altares a José Gregorio Hernández

No. Mogollón es el único artista plástico que ha recibido la certificación del Vaticano como creador de la imagen oficial del beato José Gregorio Hernández, a principios de 2021.

Obtuvo la certificación desde la Santa Sede con la obra Nuestro Santo Venezolano, un mosaico hecho a mano con dimensiones de 3 metros por  2,40 metros, elaborado con 9.500 piezas de un milímetro de espesor y colocadas con pinza sobre una superficie plana. La obra fue creada en 2019, dos años antes de la beatificación.

«A la obra la llamé Nuestro Santo Venezolano, por mi familia, por mí. Desde muy chico he creído, como todos los venezolanos, que José Gregorio es un santo, y aunque nos llena de gozo la beatificación, esta significa poco comparada con el amor y la fe que le tenemos al milagroso doctor, a nuestro santo de los pobres», relata convencido.

La certificación otorgada a Mogollón no es un  diploma o un oficio tipo carta firmado por el Santo Padre, como uno pudiera imaginar. Fue una decisión colegiada tomada por las autoridades católicas en Roma, quienes seleccionaron el mosaico Nuestro Santo Venezolano como imagen oficial de la beatificación.

«Recibí con humildad la decisión de que mi obra había sido elegida imagen oficial. Me llené de orgullo, pues algo especial tuvieron que haber apreciado en ella, entre muchas otras, pero para mí la mayor certificación es la fe y el amor de los venezolanos, por su médico milagroso, por su eterno santo. Es eso lo que transmiten mis mosaicos y es lo que quiero sembrar dentro y fuera de Venezuela», explica el artista.

La obra Nuestro Santo Venezolano fue develada en la ceremonia de beatificación de José Gregorio Hernández, ocurrida el 30 de abril de 2021 en la iglesia San Juan Bautista de Caracas, y posteriormente trasladada a la iglesia Nuestra Señora del Rosario en Isnotú, estado Trujillo, pueblo natal del médico, justo frente a su Santuario Nacional.

La primera réplica del mosaico Nuestro Santo Venezolano fue apostada sobre el monumento donde reposan los restos del beato, en el Santuario Nuestra Señora de La Candelaria, en Caracas. Y otra, la segunda, un cuadro de 80 cm por 66 cm, fue enviada al papa Francisco, regalo de la Presidencia de la República, según consta en registros fotográficos públicos. En la actualidad, ya ha colocado cerca de 40 réplicas en pequeños formatos.

¿Qué transmite la imagen oficial del beato?

Mogollón creó la imagen del beato José Gregorio Hernández dos años antes de que el Vaticano la escogiera figura oficial. El artista asegura que su concepto inicial no fue modificado, pese a que ahora lo lleva a una escala de mayor dimensión.

«En todos los mosaicos se aprecia, de acuerdo a mi visión como artista, a un José Gregorio Hernández, científico universal y hombre de fe. Se le incorpora la luz divina emanada desde atrás por el Espíritu Santo», resalta Mogollón.

Desde allí, explica, la imágen del santo se tiñe de rayos blancos y amarillos que se anteponen a los matices azules y grises. El contorno de las nubes, que dejan una especie de cúpula, lo acercan más al humano.

«Muestro detalles intencionales para realzar la personalidad humilde y de entrega al prójimo que desde la Medicina nos regaló nuestro santo José Gregorio Hernández», refirió el mosaiquista durante la entrevista.

«Quise que la aureola radial que identifica a nuestro santo venezolano cobrara fuerza con la luz celestial de la tercera persona de la Santísima Trinidad».

El mosaiquista detalló lo exigente de esta pieza y el esfuerzo dedicado para que resultara lo más real posible. El rostro ameritó especial atención en el contorno de los ojos. «Quería conservar la naturalidad de su mirada entre tantos fragmentos y determinar la exactitud de sus rasgos faciales», finalizó.

Miles de venezolanos en las zonas más desconectadas del país visitan El Pitazo para conseguir información indispensable en su día a día. Para ellos somos la única fuente de noticias verificadas y sin parcialidades políticas.

Sostener la operación de este medio de comunicación independiente es cada vez más caro y difícil. Por eso te pedimos que nos envíes un aporte para financiar nuestra labor: no cobramos por informar, pero apostamos porque los lectores vean el valor de nuestro trabajo y hagan una contribución económica que es cada vez más necesaria.

HAZ TU APORTE

Es completamente seguro y solo toma 1 minuto.