Por Dibiana Torres, del Programa de Formación de Nuevos Periodistas
Mérida.- Durante los días transcurridos en este año 2024, docentes universitarios en Mérida han protestado y reclamado por mejoras en sus sueldos. La junta directiva del Sindicato Regional de Profesionales Universitarios y Técnicos Superiores de la Universidad de Los Andes (Siprula) convocó a los agremiados a una concentración frente al edificio administrativo, ubicado en la avenida Don Tulio Febres Cordero, para protestar por un salario justo y digno para los trabajadores universitarios.
“¡Y no nos quitarán el derecho a protestar!” es una de las consignas que se escuchó en el centro de la ciudad el pasado 15 de enero, cuando los docentes trancaban la vía con pancartas que ilustraban la lucha por un salario digno: “Los universitarios necesitamos lupa para ver nuestro sueldo”, “Exigimos H.C.M. presupuesto. Sueldo”, “Por un salario igual a la canasta básica” y “Salario universitario es el 1% de la canasta básica”.
A inicios de 2024 la Federación Venezolana de Maestros (FVM) publicó el valor de la canasta alimentaria familiar, cotizada en 486,87 dólares e integrada por 60 productos, entre carnes, cereales, lácteos, granos, frutas, hortalizas, carbohidratos y otros. Desde marzo de 2022 el salario mínimo son 130 bolívares o 3,61 dólares al cambio según el Banco Central de Venezuela (BCV).
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Desde el miércoles 3 de enero las federaciones organizaron acciones en Caracas frente al Ministerio del Trabajo y el Ministerio de Educación Superior. Así lo dio a conocer la secretaria de Organización de la Asociación de Empleados de la ULA, Maidolys Villegas. Asimismo, en Mérida decidieron unirse para sumar fuerzas y levantar sus voces.
“Hemos convocado a esta actividad para decir cuál es la línea o cuáles son las acciones que debemos seguir. A partir de este momento la agenda se aprobará con la mayoría de los gremios. Nosotros transmitimos el clamor de los trabajadores porque no tenemos salud, porque la Ampliación de Cobertura para Hospitalización (HCM) no funciona para los trabajadores universitarios. Es una precariedad lo que vivimos”, declaró Villegas.
Pese a la falta de recursos, la universidad continúa con sus puertas abiertas: Dionis Dávila, secretario general del Sindicato de Profesionales de la ULA, afirmó su preocupación: “Cada día tenemos que poner de nuestro bolsillo para llegar al trabajo. Llevamos más de 600 días sin un aumento salarial y hay miembros del personal que recibieron 45 bolívares de cesta básica (lo equivalente a 1,25 dólares) y 65 bolívares (1,85 dólares) de aguinaldo”, declaró Dávila.
El agremiado afirmó además que ULA es una de las mejores universidades del país y por eso seguirán en las calles, “luchando pese a que el Gobierno sigue teniendo una política de oídos sordos y vista ciega, creyendo que a las universidades no les hace falta nada”, añadió Dávila.
El magisterio se une a las protestas
Por la educación y al igual que los ulandinos, la Asamblea General de Docentes se concentró frente a la plaza Bolívar del centro de Mérida el pasado martes 9 de enero. Sus exigencias se relacionaban con un sueldo digno y el cumplimiento del artículo 19 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que dice: “El Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los derechos humanos”.
Durante su concentración, los docentes también solicitaron la derogación del instructivo de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre) y la firma de la III Convención Colectiva. Además, con pancartas y consignas trancaron el tráfico para expresar: “¡Miseria y corrupción! ¿Cuál revolución? ¡Este Gobierno es hambre, miseria y corrupción!”.
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