Nicolás Maduro decidió suspender las clases por motivo de la cuarentena, pero ordenó que las escuelas se mantuvieran abiertas para servir comidas a los jóvenes a través del Programa de Alimentación Escolar (PAE). El Pitazo consultó a 42 personas vinculadas a 21 escuelas en 8 estados y el Distrito Capital, y se encontró con que en 16 planteles solo dan arroz o pasta con granos, mientras que en 2 el almuerzo es una chicha y en 3 no funciona el programa

Lionel Díaz es un plomero que reside en El Cementerio, uno de los sectores populares de la capital venezolana. En su casa vive con su esposa y sus dos hijos. Él es el sostén del hogar y, debido a la cuarentena social decretada para evitar la expansión del COVID-19, no ha podido generar dinero para alimentar a su familia. Su dieta diaria depende de la caja del Comité Local de Abastecimiento y Producción (Clap) y la de sus hijos de la entrega de comidas por parte del Programa de Alimentación Escolar (PAE).

“Nunca me había tocado esto y el coronavirus vino a empeorar nuestra situación. Si antes me costaba hacer dinero, ahora mucho más porque no estoy trabajando constantemente. Recibo la caja, pero apenas me dura una semana. Me preocupan mis dos hijos quienes comen lo que les reparten en las escuelas, pero esa comida siempre es la misma: arroz o pasta con granos”, expresó.

Ante la presencia del COVID-19 en Venezuela –y el decreto de pandemia mundial por la Organización Mundial de la Salud (OMS)–, Nicolás Maduro anunció la suspensión de clases presenciales en todos los niveles desde el 16 de marzo. Sin embargo, ordenó que el PAE se mantuviera en marcha durante la coyuntura. “Debe mantenerse activo el Programa de Alimentación Escolar para garantizar la alimentación a los niños y niñas, con las medidas de cuidado necesarias”, dijo el 13 de marzo en cadena nacional.

El PAE fue creado en 1969 y reimpulsado en 1996. Está dirigido por el Ministerio de Educación en conjunto con la Corporación Nacional de Alimentación Escolar (CNAE). Este programa tiene como objetivo: “Garantizar una alimentación diaria, variada, balanceada, de calidad y adecuada a los requerimientos nutricionales, calóricos y energéticos específicos”.


EL PROGRAMA DE ALIMENTACIÓN ESCOLAR (PAE) TIENE COMO OBJETIVO SUMINISTRAR UNA ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA A LOS ESTUDIANTES. SIN EMBARGO, LOS NUTRICIONISTAS PABLO HERNÁNDEZ Y SUSANA RAFFALLI AFIRMAN QUE ESTE PROGRAMA NO PUEDE GARANTIZAR LA SEGURIDAD ALIMENTARIA


Los expertos Pablo Hernández y Susana Raffalli coinciden que el PAE no está cumpliendo con sus objetivos a pesar de que las escuelas tienen la orden a abrir. Aseguran que no se está garantizando la seguridad alimentaria de los jóvenes.

Según cálculos del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en su más reciente evaluación de seguridad alimentaria publicado el 23 de febrero, en Venezuela una de cada tres personas está en situación de inseguridad alimentaria y necesita asistencia.

Entre el 15 y 22 de abril, El Pitazo entrevistó a 42 personas (representantes, maestras y cocineras) de 21 escuelas en ocho estados (Mérida, Zulia, Portuguesa, Bolívar, Amazonas, Sucre, Lara, Vargas) y en el Distrito Capital para saber cómo funciona el PAE en tiempos de cuarentena. Se encontró que tres institutos no abren debido a la pandemia, el personal que prepara las comidas no asiste y que la dieta diaria se basa en una gran cantidad de carbohidratos (arroz, pasta o harina) y proteína vegetal (granos) con escasa presencia de proteína animal.

Una dieta cargada de carbohidratos

De acuerdo con el monitoreo que realizó El Pitazo, se detectó que el menú es similar en cada plantel educativo. De las 21 escuelas consultadas: 16 dan granos (caraotas, lentejas o frijoles chinos) con arroz. En 6 ofrecen carne o pollo eventualmente y en 2 solo sirven a los niños Nutrichicha (un vaso de chicha) como almuerzo.

“La Nutrichicha no es ni siquiera un alimento y eso es lo que están dando en algunas escuelas. Esta actúa como un suplemento para niños que tienen desnutrición o malnutrición por déficit. Nunca podrá sustituir a una comida completa”, explica el nutricionista y dietista Pablo Hernández.

En los planteles educativos consultados por El Pitazo donde aún se mantiene el suministro de alimentos, el menú no es variado. “Solo comen arroz con caraotas o lentejas; una vez a la cuaresma les dan pedacitos de carne o pollo”, afirma una maestra de la Escuela Básica Humberto Tejera en Mérida.

Susana Raffalli, nutricionista y experta en gestión de seguridad alimentaria, dice que esta realidad es conocida por los representantes de los jóvenes, pero prefieren que sus hijos vayan a la escuela para por lo menos tener una comida al día. “Hay familias que dependen del almuerzo del colegio porque en sus casas no desayunan ni cenan”.

En la teoría, el PAE desde 2014 se gestiona a través de la empresa estatal Cnae, dependiente del Ministerio de Educación. Su objetivo es lograr la cobertura total de la población estudiantil “a través de la producción, distribución y procesamiento de alimentos que garantice una alimentación sana, sabrosa, segura, soberana y suficiente”.

Hernández recuerda que una correcta alimentación obedece a cuatro leyes: calidad, cantidad, armonía y adecuación. Afirma que ese plan nutricional no lo cumple el PAE.


LAS COMIDAS EN LOS PLANTELES EDUCATIVOS NO CUMPLE CON LOS ESTÁNDARES DE ALIMENTACIÓN ADECUADA. SOLO SE ENTREGAN COMIDAS ALTAS EN CARBOHIDRATOS, CON ESCASA PRESENCIA DE PROTEÍNA ANIMAL. EN ALGUNOS SOLO DAN UN VASO DE CHICHA COMO ALMUERZO


“No se dan las cantidades adecuadas de grupos importantes como las proteínas de tipo animal, hortalizas y frutas. Se está dando lo que reparten en las bolsas o cajas Clap. Estamos hablando de aceite, margarina, harina, granos, arroz y pasta. Ciertamente eso no corresponde a una dieta equilibrada y, por supuesto, no es completa. Definitivamente tenemos una dieta alta en carbohidratos, deficiente y que no llega a cubrir los requerimientos establecidos para los niños venezolanos”.

En el sitio web del Cnae explican el mecanismo de funcionamiento del PAE. En primer lugar, afirman que el Instituto Nacional de Nutrición (INN) se incorpora al equipo para ofrecer alrededor de 20 propuestas alimenticias, de acuerdo con los requerimientos nutricionales de cada institución y luego las zonas educativas realizan los pedidos a las coordinaciones de Mercal y/o Pdval, para que se distribuyan los pedidos a los centros educativos.

Efraín Cortez, profesor de la Unidad Educativa Bolivariana El Naranjal, en una zona rural de Los Teques en el estado Miranda, asegura que en principio el ministerio decidía cuáles eran los platos que se debían preparar, pero luego la responsabilidad empezó a recaer sobre el director de la institución.

“Nunca ha habido una persona encargada de la nutrición o de darle un seguimiento a lo que comen los estudiantes. El director de la institución era el que elaboraba los menús de acuerdo con lo que llegaba”, dice.

Raffalli aclara que el PAE es una política alimentaria que empezó con la participación de la empresa privada. No obstante, asegura que debido a la decadencia en la producción y distribución de alimentos en Venezuela, este programa no ha cumplido con sus objetivos. “El PAE funcionaba bien hasta mediados de la década pasada, como hasta 2009-2010. Desde ahí ya no garantiza la alimentación escolar”.

Adultos mayores son incluidos en el PAE

Desde su creación y, hasta el momento, ese programa ha ido cambiando. Al principio estuvo enfocado en beneficiar a los sectores con mayor incidencia de pobreza, pero en 1999, como uno de los objetivos del Ministerio de Educación y Deportes, se comenzó a implementar en todas las escuelas oficiales venezolanas. Su alcance llega a simoncitos, escuelas bolivarianas, liceos bolivarianos, escuelas técnicas robinsonianas, educación especial, rural, indígena y Plan Emergente Bolivariano.

El PAE pretende atender a niños, niñas y adolescentes que se encuentren en escuelas que sean dependientes del ministerio de Educación. Sin embargo, en un país donde, según la FAO, 9,3 millones –un tercio de la población venezolana– están en inseguridad alimentaria, el Gobierno ha decidido incluir a los adultos mayores.

El Pitazo pudo corroborar que en 14 de las 21 escuelas investigadas se les entregan alimentos a los adultos mayores.


EL PAE ESTÁ DIRIGIDO A NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES QUE ESTUDIEN EN ESCUELAS PÚBLICAS, SIN EMBARGO, DESDE EL INICIO DE LA CUARENTENA SE LES ENTREGA ALMUERZOS A LOS ADULTOS MAYORES


Uno de esas instituciones es la Escuela Rural Juan María Linares del municipio Morán en el estado Lara, donde se reparten comidas a niños y adultos mayores de lunes a viernes. Se sirve poco más de un envase de mantequilla con arroz y frijol chino.

Raffalli hace hincapié en que Maduro critica que las personas no cumplen con la cuarentena, pero fue él quien ordenó que se mantuvieran las escuelas abiertas. “Está consciente de que si no entrega comidas, el déficit alimenticio y nutricional seguirá creciendo. Por eso debe mantener el PAE activo. Con la inclusión de los adultos mayores está buscando mantener a los ciudadanos a raya, pero ya vimos que no lo está logrando”.

Problema de vieja data: el traslado

Uno de los viejos problemas es el traslado de los insumos, en especial, a zonas de difícil acceso. En ocho escuelas del total que revisó El Pitazo los representantes tienen que dar dinero para el traslado.

En La Guajira del estado Zulia, las escuelas ordenan que sean los maestros los que vayan a buscar los alimentos a los centros de distribución para llevarla hasta sus planteles.


EL PROBLEMA DEL TRASLADO DE LOS ALIMENTOS DESDE LOS CENTROS DE DISTRIBUCIÓN HASTA LAS ESCUELAS NO ES ALGO QUE SURGIÓ CON LA CUARENTENA. DESDE HACE AÑOS SE LES SOLICITA DINERO A LOS REPRESENTANTES PARA PAGAR EL TRASLADO


“Esto no es que está ocurriendo ahorita con la cuarentena, ya tiene como seis años pasando. Los representantes deben hacerse cargo y dar dinero para el transporte de los alimentos desde el centro de distribución hasta la escuela. También les piden para comprar vegetales, sal y el gas”, asevera Cortez.

En las instituciones ubicadas en zonas populares de Catia La Mar, Vargas y Maiquetía, desde el 14 de abril no se preparan comidas. Los maestros y cocineras aseguran que los alimentos suministrados por el PAE se entregarán en los comedores populares, obedeciendo a la orden de la Zona Educativa del estado.

Luego de que la comida está lista, El Pitazo pudo conocer que hay distintas formas para que los jóvenes y adultos mayores puedan acceder a ellas en plena cuarentena: los niños tienen que ir hasta la escuela o comedores populares para retirar su porción, mientras que a los adultos mayores se la llevan hasta la casa.

Sin seguridad alimentaria

La alimentación es un derecho consagrado en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales adoptado por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1966. Ahí se declara que todas las personas deben recibir una alimentación adecuada y estar protegidas del hambre.

De las 21 escuelas consultadas, en tres de ellas no se está prestando el servicio. La Escuela Técnica Agropecuaria Guanarito y el Liceo Álvaro Escalona César son dos casos en el estado Portuguesa. En el último despacho llegaron granos, pasta y arroz.

Caracas era la entidad menos golpeada por los embates de la situación económica del país. Sin embargo, esto dejó de ser así.

La otra institución educativa que no posee servicio es el Liceo Urbaneja Achelpohl (LUA). Según cuentan maestras y cocineras, hasta el viernes 13 de marzo y fueron servidos alimentos a los estudiantes y al personal. Desde ese momento no han recibido más despacho por parte del PAE.

Hernández explica que el PAE desde su creación ha sido fundamental en Venezuela, debido a que ha ayudado a la actividad escolar, pero en la actualidad no cumple con su objetivo, ya que no solo se trata de dar alimentos, sino de que sea una dieta completa.

“Es un programa que funciona a medias porque no se están cumpliendo los planes diseñados. No se está dando una alimentación adecuada y en algunos sitios no están operando a pesar de que se dijo que debería mantenerse operativo”, sentenció el nutricionista.

La orden de Maduro fue mantener este programa abierto para suministrar comidas durante la cuarentena social, sin embargo, el objetivo no se ha logrado debido a que no se le garantiza una alimentación completa y balanceada a los jóvenes.


Con información de: Sheyla Urdaneta, Nadeska Noriega, Keren Torres, Liz Gazcón, Bianile Rivas, Mariángel Moro, Jesymar Añez, Mickey Véliz, Carlos Suniaga y Yesenia García.

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