Ciudad Bolívar.- El cadáver de Maholis Valentina González está en su tierra, en Ciudad Bolívar, dijo su padre Marwin González, este lunes 11 de julio, luego de darle cristiana sepultura en el cementerio local. El cuerpo de la joven de 23 años fue repatriado desde Trinidad y Tobago, donde murió por complicaciones asociadas a leucemia, el pasado 13 de marzo.
Desde esa fecha, su familia inició una lucha incansable y tocó puertas en instituciones públicas y privadas hasta lograr reunir 6.000 dólares, el costo mínimo del traslado de los restos y la nacionalización de documentos.
«La familia está devastada, pero ya tenemos a mi niña aquí. Te puedo decir que la desesperación que sentíamos cuando ella estaba en Trinidad ha pasado, ahora sí le estamos guardando luto», dijo González.
El caso de Maholis y su familia lo conocían funcionarios de Nicolás Maduro, las embajadas de Venezuela y Trinidad y hasta el dirigente opositor Juan Guaidó, quien prometió ayudar en la gestión de repatriación el pasado 29 de abril, hace más de un mes, durante un acto realizado en una iglesia de Puerto Ordaz.
El padre de la migrante, un expolicía de 45 años, quien insistió y buscó ayuda durante 3 meses y 25 días hasta traer el cuerpo de su hija a casa, quiere que su historia llegue a los venezolanos que están fuera del país. Dijo que no quería que su Maholis fuera sepultada en una fosa común y lejos de su tierra.
«Enterramos el cuerpo de mi hija, pero no quiero sepultar el nombre y quiero que esto lo sepan los venezolanos que están en el exterior», explicó González. Antes del entierro, los restos fueron velados en su humilde casa en La Sabanita.
Relató que recibió apoyo de algunos funcionarios para reunir el dinero; no obstante, eso lo logró después de protestar y hasta encadenarse y ejecutar una huelga de hambre frente a la sede de la Gobernación de Bolívar.
La muerte de Maholis
El diagnóstico de leucemia de Maholis Valentina González apareció en el informe forense, pero su familia no estaba al tanto de esa enfermedad. Estaba embarazada y con frecuencia sufría descompensaciones que sus parientes atribuían al embarazo.
El malestar perduró por varios días, pero el 13 de marzo dijo que se sentía mucho peor y su pareja, Dixon Zabaleta, la llevó al médico de urgencia. Falleció a las pocas horas de su ingreso. Después del deceso, una funeraria en Trinidad se ofreció a colaborar con la preservación del cadáver, sin costo alguno.
Como millones de venezolanos, Maholis y su pareja emigraron a Trinidad en 2019 buscando mejores oportunidades de vida. En ese país, ella tenía un trabajo y estaba próxima a obtener la residencia, contó su familia.
Ahora que el cadáver de su hija está en Venezuela, el padre siente que su lucha no fue en vano. «Todo lo que uno logre con fe es posible. Dios me guío para lograr el objetivo. Hay que luchar y sí existe el aporte social», puntualizó.
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