Caracas.- La empresa corporativa de manufactura y producción Grupo Landa lidera el listado de Los Mejores Lugares para Trabajar en Venezuela en 2023, de acuerdo con un estudio realizado por la multinacional Great Place to Work. La compañía, con una plantilla de 295 trabajadores, se posicionó en el primer lugar de la categoría “Más de 150 colaboradores”.
Grupo Landa nació en 2018 y, desde ese momento, se fijó la tarea de generar bienestar a las empresas industriales, a través de tres valores: efectividad, humanidad y pasión. Su gerente general, Francisco Acevedo, comparte que este reconocimiento es una gran satisfacción, pero también un gran compromiso, porque una vez que se conquista la cima, luego se debe trabajar para mantenerse y superarse cada día.
– Durante tres años intentado certificarse, no lo habían logrado, ¿cómo ocurrió ese ascenso?
— Sí, en los inicios cuando queríamos certificarnos, participar en el ranking, todo el trabajo lo hacíamos desde la gerencia general, desde capital humano. No entendíamos que la labor de un buen lugar para trabajar es un trabajo de todo un equipo. Que los jefes son los primeros responsables para construir un buen lugar para trabajar, y si ellos no trabajaban en esa dirección era muy difícil lograr.
Entonces pasamos a un proceso de entrenamiento de nuestros jefes para que entendieran la importancia de tener un buen lugar de trabajo y cómo ellos podían ser parte de ese proyecto. Después de ese trabajo, participamos y logramos certificarnos durante tres años seguidos y hoy estamos cosechando el fruto de haber quedado en primer lugar en el ranking.
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– Para Grupo Landa, ¿qué significa estar en el primer lugar de un ranking tan importante?
— Es algo superemocionante, es una satisfacción inmensa y es un compromiso. Una satisfacción por haber llegado, pues normalmente es como cuando coronas la cima, cuando ganas una carrera. O sea, es una satisfacción inmensa, es algo que está en nuestro plan estratégico, estar en los primeros lugares para trabajar. A la vez es un compromiso porque una vez que estás ahí, oye, para mantenerse es mucho esfuerzo y mucho trabajo.
Es un nuevo reto, porque no puedes estar en el primer lugar y decir ya lo logré, no me importa más nada, porque no estamos aquí por un objetivo, estamos aquí como consecuencia de un propósito que tenemos, que es generar vida y ayudar a la otra gente. Si dejamos de generar vida y de cuidar a la gente, la consecuencia es que no estaremos más aquí.
– Hizo énfasis en la conexión entre sus colaboradores. ¿Cómo cree que se logra eso en Grupo Landa?
— Mira, yo creo que es una mezcla de ingredientes. Para crear un buen clima, primero tiene que ser una organización que cumpla con lo que dice. No tenemos un lema que no prometemos, simplemente hacemos.
Lo segundo es entender que tú trabajas con personas, no con números, no con abstractos. Cada quien es una persona diferente, cada quien tiene su rol y su importancia en la organización.
Lo tercero es que haya mucha justicia y para eso es importante que existan normas y reglas. Que todo sea igual para todos, que todos tengamos las mismas oportunidades y podamos compartir siempre los mismos espacios en todos los medios.
– ¿Cómo nació Escuela de Bienestar y cuáles han sido los cambios que ha logrado dentro de la empresa, entre los colaboradores?
— La Escuela de Bienestar nace en unas conversaciones con una facilitadora que trabaja como coaching para la organización. Le comenté que necesitaba ayudar a la gente a estar mejor emocionalmente. El país nos ha pedido una carga a los venezolanos muy fuerte. Los directivos, los universitarios, los colaboradores, sufren mucha presión por el entorno país y yo quería ver cómo los podía ayudar. Así nace la Escuela de Bienestar, que básicamente se fundamenta en los cinco principios del bienestar.
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Adicionalmente, trabajamos mucho el agradecimiento, el aprender a ver lo que tenemos positivo, agradecer las cosas que tenemos, que tenemos trabajo.
Lo segundo es aprender a perdonar, el perdón es muy poderoso. Cuando la gente aprende a perdonar, aprende a quitarse cargas de encima y su estado de vida cambia y se transforma en mejores personas. Esto es un regalo para la gente, no para la organización; pero al final se devuelve a la organización. Cuando hay gente feliz, gente contenta, esa gente trabaja mejor, trabaja más a gusto. Entonces ha sido un proyecto muy bonito, que lleva ya 10 promociones.
A mí me entusiasma muchísimo porque es algo que no está enfocado en producir más dinero o hacer resultados, sino está enfocado en regalarle a la gente una experiencia y una enseñanza para que sean mejores.
– ¿Cómo hace Grupo Landa para mantener, por así decirlo, contentos o con bienestar a 295 colaboradores?
— La verdad es que nunca puedes mantener a todo el mundo contento todo el tiempo. Eso es una utopía. A veces hay cosas que les molestan, cosas que sí o que no. Pero les hemos enseñado el valor de la sumatoria, ese agradecimiento a la organización y nosotros hacia ellos ha sido muy recíproco. Eso me ha hecho entender que no es cosa puntual, no es un tema de cuánto gano o no, sino es una valoración de todo lo que tengo a mi alrededor.
Creo que ha sido un trabajo de muy largo plazo y de creación de cultura. Hay una cultura donde realmente la gente para nosotros es importante. No es un cliché, algo que lo vivimos en el día a día.
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