Caracas.- Antes de salir a protestar por un salario digno o contra las violaciones de los derechos humanos, Leida Brito, mejor conocida como la Abuela del casco rojo, reza en compañía de su madre que tiene 89 años y se encuentra en cama desde hace siete años.
El momento más difícil para Brito es cuando llega a casa y se reencuentra con su mamá, quien le pregunta: “¿Ya estamos en libertad?”, a la que solo puede responder asegurando que esos tiempos no han llegado, pero que pronto así será.
Para la Abuela del casco rojo es más difícil aceptar estos minutos que las intimidaciones de quienes piensan distinto a ella y aunque desde la segunda semana de septiembre enfrenta el hostigamiento de miembros de la cuadrilla de la paz (Cupaz), quienes a través de la cuenta en X @MundoBogbe se encargan de señalarla y asegurar que es el momento de ponerle un parado a ella y otros dirigentes sindicales que salen a las calles a protestar.
La Abuela del casco rojo asegura a El Pitazo que afeitar a los adultos mayores que no tienen cómo costear este servicio es una de las acciones que le cuestiona MundoBogbe.
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“Ellos dicen que utilizo a los abuelos para fines políticos y que a mí me están pagando por eso, a lo que le respondí: lo que yo hago con ellos es lo que ustedes como gobierno o progobierno no hacen. Porque cuando un abuelo se me acerca para preguntarme: ‘¿Qué hago con estos 130 bolívares? ¿Me corto el cabello o compro comida?’ Le digo vaya y compre lo que le alcance que los afeito”, cuenta la defensora de los derechos humanos.
Brito narra que incluso hay un grupo de personas que la persiguen y esa es la razón que la llevó a visitar la Defensoría del Pueblo y el Ministerio Público para formular su denuncia.
“Donde yo estoy, él está. Tengo las fotos y videos de cuando me amenazó en la Universidad Central de Venezuela (UCV), por eso es que lo estoy denunciando”, afirma la defensora de los derechos humanos, mientras sostiene su casco debajo del brazo derecho en la plaza de Parque Carabobo.
La denuncia de la icónica Abuela del casco rojo está respaldada en una serie de tuits y videos, donde la amenazan, intimidan y acusan de hechos que ella niega.
“Abuela del casco rojo”, ícono que acompaña las protestas y luchas de pensionados
“Ya es hora de que la justicia divina le pongan un parado a ustedes porque ya basta de tanto sufrimiento con el pueblo que junto a nuestro hermano presidente Nicolás Maduro hemos luchado. Bloqueo, sanciones, quemados, degollados, magnicidio y pare usted de contar”, escribió en uno de los mensajes MundoBogbe.
Ese mensaje está acompañado de fotos donde aparece la Abuela del casco rojo en la avenida Urdaneta, mientras denunciaba la violación de los derechos humanos. Asegura que estás acciones la hacen sentir más fuerte y que no les tiene miedo.
“Conmigo se equivocaron, a mi me podrán matar”, es la respuesta que Leida Brito le da a los hombres y mujeres que la han puesto en esta situación.
Recalca que su protesta es pacífica y sus pancartas solo hablan de derechos laborales amparados en los artículos de la Constitución. Además, Brito se niega a dejar de afeitar a los adultos mayores porque esa es su convicción y le nace del corazón.
Durante el paso de Leida Brito por el Ministerio Público para denunciar esta situación dos hombres estaban muy cerca de ella. Tras señalarlos y acusarlos, uno de ellos se identificó como funcionario de la Polícia Nacional Bolivariana (PNB), específicamente del Departamento de Inteligencia. Los hombres estaban vestidos de civil con franelas, monos y jean.
No es la primera vez que Brito visita el Ministerio Público, puesto que el pasado 13 de septiembre, fue a presentar la denuncia pero no se la aceptaron por la forma en la que fue en el que el documento fue redactado debido a que la Abuela del casco rojo identifica a los Cupaz como grupos progobierno.
El abogado Joel García cuestionó que el Ministerio Público le violará a Leida Brito su derecho de pedir tutela efectiva.
“¿Cómo guardar silencio o convertirme en cómplice de lo que estamos viviendo? No puedo, prefiero luchar porque para morir en mi casa por hambre o falta de medicinas”, dice Brito.
Mientras expresa estas palabras recuerda que los adultos mayores deben resolver con la bolsa del Comité Local de Abastecimiento y Producción (Clap) que está integrada por dos sardinas, que incluso pueden estar vencidas, arroz, pasta, y algunas veces lentejas o arvejas, pero llena de gorgojos.
Sentencia que su labor de afeitar a los adultos mayores la realiza desde hace al menos dos años cuando decidió convertirse en una luchadora social. Por eso, se define como una defensora de los abuelos, es decir, de los jubilados y pensionados.
Brito puntualiza que va a seguir luchando hasta que se restituyan los poderes, los derechos laborales, la defensa y el atropello contra los seis sindicalistas que sentenciaron injustamente por protestar en las calles.
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