Aunque el destino de la megabanda es incierto tras el desalojo de la cárcel que servía como su centro de operaciones y el anuncio de un operativo de búsqueda para capturar a sus integrantes, anteriormente mostró su capacidad de reinvención y ahora es una red criminal trasnacional con capacidad para operar en distintos países y en alianza con otras bandas, explica la autora del libro sobre el grupo delictivo que se expandió a siete países de la región
La clausura de la cárcel de Tocorón, ejecutada el 20 de septiembre, le resta al Tren de Aragua tres millones de dólares anuales en ingresos por el cobro de causa o impuesto de vida a los presos, pero el resto de las operaciones de la megabanda no están desmanteladas, comenta Ronna Rísquez, periodista de investigación, consultora de seguridad y autora del libro El Tren de Aragua.
El grupo criminal con presencia en 13 estados de Venezuela y 7 países de América Latina genera rentas con otras 20 actividades delictivas, según la investigación Prisiones venezolanas: Repúblicas independientes del crimen, realizada por Runrunes y Connectas.
“Justamente lo que los ayuda a sostenerse es esta diversidad de delitos en los que se pueden involucrar y van desde el tráfico de migrantes, la trata de mujeres migrantes para explotación sexual, el microtráfico de drogas, el tráfico trasnacional de drogas, el sicariato, el secuestro, el contrabando, la minería ilegal, contrabando de alimentos y chatarra o las estafas a través de redes sociales y WhatsApp. Ellos no solamente han sobrevivido en Venezuela sino en una cárcel venezolana”, sostuvo Rísquez durante una entrevista de El Pitazo En Vivo, el 2 de octubre.
Aunque el destino de la megabanda es incierto tras el desalojo de la cárcel del estado Aragua que servía como su centro de operaciones y el anuncio de un operativo de búsqueda para capturar a sus integrantes, la banda anteriormente mostró su capacidad de reinvención, precisó. El Tren de Aragua ahora es una red criminal trasnacional, cuenta con células en distintos países y tiene alianzas con otros grupos que le permiten operar.
“El desafío de las autoridades no es solamente con el Tren de Aragua sino con los otros grupos armados que están operando en el país. Si efectivamente hay una voluntad de combatir a los grupos criminales como se ha manifestado desde las autoridades gubernamentales y como hemos visto en el caso de la megabanda del ‘Koki’ y ahora con esta toma de Tocorón, lo que debería venir ahora es seguir esta estrategia para desarticular a estos grupos que operan en distintos estados del país”, agregó.
Sobre las regiones más afectadas por la criminalidad, se refirió a las bandas que tienen presencia en Zulia, Sucre, las minas de Bolívar y el control que ejercen los grupos, como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), en Apure y Amazonas.
También se preguntó si la medida que se aplicó en Tocorón se repetirá en las otras cárceles de Venezuela que aún tienen pranes –el nombre que reciben los delincuentes que controlan las cárceles–.
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El reportaje Prisiones venezolanas: Repúblicas independientes del crimen revela que la figura del pranato está en el Internado Judicial de Vista Hermosa y la cárcel del Dorado, en Bolívar; la cárcel de Puente Ayala, en Anzoátegui; el Internado Judicial de Trujillo, la cárcel de Tocuyito, en Carabobo; La Pica, en Monagas; y los internados judiciales de Barinas y Yaracuy. Estos penales están bajo el dominio absoluto de los pranes o un sistema mixto donde se comparten el mando con el Ministerio de Servicio Penitenciario.
Las interrogantes sobre “Niño Guerrero”
Rísquez aseguró que para que una organización criminal se considere desarticulada se debe capturar a las personas que lideran esa estructura, una acción pendiente con el Tren de Aragua después la intervención del penal.
Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias “Niño Guerrero”, de 39 años de edad, escapó del penal antes de la incursión de los cuerpos de seguridad del Estado, al igual que sus lugartenientes. El propio Nicolás Maduro reconoció en cadena nacional que “funcionarios corruptos” alertaron al pran sobre el operativo.
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Las autoridades publicaron el cartel de búsqueda de Guerrero a los dos días de la toma de la cárcel de Tocorón. En los primeros anuncios difundidos por el Ministerio de Interior y Justicia no lo identificaban como el cabecilla del Tren de Aragua.
“Al principio, las acciones fueron un poco tímidas. Incluso, en el primer comunicado oficial y las primeras declaraciones se hablaba de bandas armadas y redes criminales, pero no se mencionaba a la organización. Luego sí lo han dicho. Ya es muy claro que estamos hablando no solo de la prisión de Tocorón sino también del Tren de Aragua y del ‘Niño Guerrero’ como uno de sus jefes. En la solicitud de Interpol se identifica como el líder”, dijo Rísquez.
Las autoridades informaron que “Niño Guerrero” había cumplido la sentencia de 17 años de prisión por delitos cometidos desde la primera década del 2000.
En 2012 y 2014, el tribunal admitió la acumulación de causas o sumatoria de delitos y lo imputó por homicidio intencional, tráfico ilícito de drogas en la modalidad de ocultamiento y aprovechamiento de vehículo y cosas provenientes del delito, fuga de detenidos, asociación para delinquir, falsificación de documentos y usurpación de identidad.
Si efectivamente hay una voluntad de combatir a los grupos criminales como se ha manifestado desde las autoridades gubernamentales y como hemos visto en el caso de la megabanda del ‘Koki’ y ahora con esta toma de Tocorón, lo que debería venir ahora es seguir esta estrategia de combatir o desarticular a estos grupos que operan en distintos estados del país
Ronna Rísquez
Pero al cumplir la sentencia, se desconoce lo ocurrido con el proceso judicial: “Niño Guerrero” siguió delinquiendo desde la cárcel cuando debía estar bajo la custodia del Estado y no ha sido procesado por esos cargos.
“Es bastante confuso todo. Ciertamente, él debía salir en libertad a finales de 2022, pero para que salga en libertad cualquier preso en Venezuela debe emitirse una boleta de excarcelación. Habría que ver quién emitió esa boleta, si esa boleta efectivamente llegó al penal de Tocorón, si eso se materializó de esa manera porque ciertamente la condena estaba cumplida, pero faltaba esto”, comentó.
De acuerdo con Rísquez, los cargos contra Guerrero en la nueva orden de captura que se utilizó para solicitar la alerta roja de Interpol son sobre hechos que se cometieron en 2019, cuando el jefe del Tren de Aragua seguía preso. Esta decisión se dictó el 17 de febrero de 2023 por los delitos de extorsión, sustancias psicotrópicas y organización o grupo delictivo y secuestro.
“Deberían ser las autoridades quienes expliquen esta situación”, reiteró la entrevistada.
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En su libro sobre la megabanda, Rísquez cuenta la historia de Guerrero, quien entró a la cárcel de Tocorón en 2010 y asumió el control interno al poco tiempo. En 2012 se fugó de la prisión y fue recapturado en 2013 en el estado Lara.
“Las versiones de personas que lo conocieron lo describen como alguien con liderazgo dentro de la organización criminal y que tiene una gran influencia sobre las personas de su entorno y las que frecuentaban la prisión. Es visto como el jefe máximo, pero también es visto por algunos como una persona caritativa, que los ayuda, que les ha tendido la mano, que los ha apoyado y, finalmente, para todos es muy claro que es la persona que da las órdenes, que decidía todo dentro de la cárcel de Tocorón”, contó Rísquez a El Pitazo.
La autora señaló que Guerrero no es el único jefe del Tren de Aragua o el único pran de Tocorón, pero sí es la voz cantante de esas estructuras. En los teléfonos que han decomisado a miembros del Tren de Aragua, capturados en Colombia, Ecuador y Chile, hay audios y conversaciones donde mencionan al “Niño Guerrero” como la persona que toma las decisiones.
El paradero de Guerrero sigue siendo incierto más de dos semanas después del cierre de Tocorón. En Venezuela, Colombia, Ecuador, Chile y Perú hay alertas de seguridad y búsqueda del líder del Tren de Aragua.
Al menos dos de esos países tienen una recompensa. Perú ofrece 132.000 dólares por información que facilite su captura. Mientras que en Venezuela el monto no está incluido en los anuncios. En el pasado, el Gobierno hizo públicos los montos, como ocurrió en 2021 con la búsqueda de los jefes de la banda de la Cota 905, cuya recompensa era de medio millón de dólares. “Niño Guerrero” encabeza el primer lugar de la lista de los criminales más buscados en el país.
Las versiones de personas que lo conocieron describen [a “Niño Guerrero”] como alguien con liderazgo dentro de la organización criminal y que tiene una gran influencia sobre las personas de su entorno y las que frecuentaban la prisión
Ronna Rísquez
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