La conversión de bolívares a divisas o bienes es una de las principales recomendaciones que ofrecen los expertos, pues consideran que la moneda venezolana seguirá devaluándose en 2024, pese a la estabilidad de las últimas semanas. Destacan la aparición de mecanismos de crédito o compras financiadas que pueden representar una oportunidad para los venezolanos en medio de la crisis económica

Ante una economía estancada, con preocupaciones por el bajo nivel de consumo, dirigido principalmente a cubrir las necesidades básicas, un salario mínimo que cerró el año en poco más de 3,5 dólares y las esperanzas puestas en la apertura que puedan generar las licencias otorgadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, surgen algunas opciones que permiten elevar en una pequeña medida la capacidad de compra de los venezolanos.

Las facilidades que ofrecen algunos comercios para la adquisición de sus productos, el aval de empresas como Cashea, o la pequeña apertura de las líneas de crédito bancario al consumo facilitaron la adquisición de productos y representaron un respiro para una población que aprendió a valorar estas posibilidades, señaló el economista y profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), Aaron Olmos.


De octubre a la fecha hemos comenzado a ver cómo en las tarjetas de crédito de algunos bancos aumentaron los límites

Aaron Olmos, economista y profesor del IESA

“Sorpresivamente, de octubre a la fecha hemos comenzado a ver cómo en las tarjetas de crédito de algunos bancos aparecieron límites de 50 dólares por tarjeta equivalentes en bolívares, en algunos casos 100 dólares por tarjeta, por ejemplo. Eso llama la atención, porque el crédito se había restringido, por el encaje legal tan elevado que tiene el BCV”, resaltó el experto.

A su juicio, ese resurgir del crédito o de facilidades de pago en los comercios, que en el pasado era un mecanismo al que recurrían con frecuencia las personas para adquirir productos de un valor elevado, habla de una necesidad presente en el mercado que algunas empresas decidieron explotar en este 2023. “Los bancos tratan de volver al ruedo y dar estas soluciones”, apuntó.

Olmos recordó que la economía de 2023 fue muy compleja, con una canasta alimentaria que superó en noviembre los 500 dólares, un tipo de cambio oficial que cerró en 35,95 bolívares por dólar, la intervención cambiaria número 89 por parte del Banco Central de Venezuela, de 100 millones de dólares, el dólar paralelo rozando los 40 bolívares y la amenaza latente a la capacidad de compra de los venezolanos. En ese contexto, considera que los ciudadanos han comprendido la necesidad de priorizar el ahorro, lo que, según la teoría del comerciante inglés Thomas Gresham, se conoce como dinero bueno.

En el siglo XVI, el inglés estableció un principio que más adelante se conoció como la Ley de Gresham, consiste en que las personas destinan al ahorro lo que consideran un dinero bueno, mientras que utilizan el malo para gastar.


Hay que buscar medidas para no perder el poder de compra del mucho o poco ingreso que se tiene

Douglas Ramírez, economista y profesor de la ULA

“¿Cuál es el dinero bueno? Aquel que te permite ahorrar, aquel que te permite hacer reserva de valor, aquel que te permite ser aceptado en cualquier lugar y muchos venezolanos de a pie han asumido una estrategia: si reciben bolívares en exceso, pasan a dólares, por ejemplo”, explicó Olmos.

El economista y profesor de la Universidad de Los Andes (ULA) Douglas Ramírez coincide con Olmos, pues señala que la devaluación sigue un mecanismo de crawling peg, término inglés que se traduce como tipo de cambio deslizante o arrastrado. “Crawling peg es un sistema de tipos de cambio que se define por dos características principales: un valor nominal fijo de la divisa que se revisa y ajusta con frecuencia debido a factores de mercado como la inflación; y una banda de tipos en la que puede fluctuar”, explicó a El Pitazo.

“Como sabemos que el tipo de cambio va a seguir deslizándose, hay que buscar medidas para no perder el poder de compra del mucho o poco ingreso que se tiene”, agregó.

¿Qué estrategias aplicar en 2024?

1) Gastar en bolívares y guardar divisas: una de las estrategias que, según Olmos, ha funcionado y debe seguir aplicándose en 2024 es la conversión de cualquier excedente a dólares, incluso a pesar de la estabilidad de los últimos meses en el tipo de cambio. En ese sentido, la recomendación del economista es seguir utilizando los bolívares para las compras y cambiar cualquier restante a dólares para preservar el valor del dinero. “Comprar dólares, euros, pesos colombianos y real brasilero (según la ubicación geográfica); convertir los bolívares en criptoactivos a través de Binance o pasar a Paypal o AirTM como plataformas de pagos”, son otras sugerencias que agrega Ramírez.

2) Utilizar los mecanismos de crédito: el economista Olmos recomienda aprovechar las opciones que surgen de crédito o compra financiada con el fin de adquirir los productos que no se pueden comprar con los ingresos regulares.

3) Evitar gastos innecesarios: como parte de las estrategias de finanzas es importante que las personas establezcan una lista de gastos e ir priorizando en función de sus necesidades y nivel de ingreso. Eliminar pequeños gastos que de manera individual no representan mucho, pero que cuando se realizan en grandes cantidades tienden a afectar el presupuesto sin que la persona distinga la causa.


Los bancos tratan de volver al ruedo y dar soluciones de crédito

Aaron Olmos, economista y profesor del IESA

4) Aprovechar los descuentos de enero: el economista Douglas Ramírez recordó que, después del 6 de enero, la economía se pone lenta y las empresas pudieron acumular stock que no se vendió, por lo que puede existir la posibilidad que hagan ofertas de remate para salir de esa mercancía. “Eso puede ser una oportunidad”, dijo.

5) Buscar mecanismos de ahorro: si bien las condiciones de ahorro siguen siendo complejas en el país, el economista asegura que los venezolanos han comprendido la necesidad de planificar sus gastos a manera de reservar dinero para las primeras semanas del año. En ese sentido, sugiere mecanismos de ahorro conocidos popularmente como bolsos o san, métodos por los que las personas aportan una cantidad de dinero fija de manera periódica, y, de acuerdo con un orden establecido, reciben la totalidad de los fondos en el momento acordado. “Por ejemplo, doce personas que durante un año van colocando un monto igual todos los meses y a cada una de ellas le toca el monto completo en un mes específico. Ese tipo de cosas, los venezolanos lo siguen haciendo”, refirió Olmos.

6) Adelantar pagos o convertir bolívares en bienes negociables: otra de las sugerencias de Ramírez es convertir los bolívares en productos que se puedan consumir en el futuro o negociar. “Ejemplo, comprar bienes de consumo no perecederos, anticipando, y luego venderlos más adelante ajustando por inflación, pero eso requiere un cierto volumen que facilite descuento por volumen en la compra”, indicó. También puede aplicarse, en la medida de las posibilidades, a pagos de servicios que representen un alivio de gastos a futuro.


La devaluación sigue con un mecanismo de crawling peg, término que se traduce como tipo de cambio deslizante o arrastrado

Douglas Ramírez, economista y profesor de la ULA

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