Caracas.- Pena máxima: 30 años. Esa fue la sentencia que dictó el Tribunal Primero de Juicio del estado Miranda, extensión Barlovento, Guarenas y Guatire, contra Carlos Gabriel Herrera Milazzo, acusado de violar y asesinar a su hijastra de 12 años.
La madre de Herrera, Mercedes Istúriz, de 51 años, también fue juzgada por cómplice innecesario de femicidio. El juez Luis Jiménez aceptó los cargos de la Fiscalía 21 del estado Miranda, cuyo titular es el abogado Andrés Navarro. La mujer fue condenada a 12 años de cárcel.
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El Ministerio Público presentó como pruebas el protocolo de autopsia, luminol, planimetría, inspección técnica, extracción de contenido de móvil telefónico, activación de huellas en el sitio del suceso, experticia grafotécnica y testimoniales para demostrar la culpabilidad de los acusados.
Erlymar Romero, madre de la niña, dio a conocer la información a El Pitazo, una vez concluido el juicio, la noche del viernes 28 de julio. «Se hizo justicia», indicó Romero, vía telefónica.
Cayó de un séptimo piso
La hija de Erlymar Romero murió al caer del piso 7 del bloque 40 de la urbanización Menca de Leoni en Guarenas, estado Miranda, el 24 de enero de 2022. La víctima sufrió traumatismo craneoencefálico severo.
La primera hipótesis que se manejó sobre el hecho fue el suicido; sin embargo, las investigaciones determinaron que la adolescente fue abusada y asesinada por su padrastro, Carlos Gabriel Herrera Milazzo, de 31 años.
La Fiscalía 21 del Ministerio Público (MP), con competencia en penal ordinario de niños, niñas y adolescentes, imputó al hombre por los delitos de femicidio agravado y abuso sexual a niña con penetración en grado de continuidad.
De acuerdo con las indagatorias, el victimario tenía al menos cinco meses abusando de su hijastra al momento de que la niña muere. Ese día la abusó, golpeó y lesionó sus partes íntimas con un objeto contundente.
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Para el momento de los hechos, Erlymar Romero estaba en Estados Unidos. Había llegado a ese país el 4 de julio de 2021, en busca de mejores condiciones de vida. Dejó a su hija de 11 años a cargo de su esposo y al hijo de ambos, quien para ese momento tenía 1 año de edad.
Un poco de paz
De acuerdo con los planes de Romero, en febrero de 2022 se llevaría a sus dos hijos menores a Estados Unidos y a su esposo; sin embargo, un mes antes, su vida cambió por completo.
«Dios nos concedió por lo que tanto pedimos, por lo que tanto luchamos: justicia para mi hija. Gracias señor por sentenciar a sus asesinos. Esto no me la devolverá, pero nos regala un poco de paz», señaló Romero.
En opinión de Romero, las penas deben ser actualizadas de acuerdo con los delitos cometidos. «Los años sentenciados no son suficientes para mí. Cero tolerancia a la pederastia y a la pedofilia. Mi hija era una niña alegre, dulce, feliz. Era una niña amada y querida por su familia. No merecía morir de esta forma tan monstruosa», indicó.
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