Ocumare del Tuy.- El 24 de enero, Yan Carlos Torres Rodríguez (26) salió de su residencia, en Ocumare del Tuy, a las 4:15 a.m. Era su rutina de lunes a viernes para cumplir con su jornada laboral en Caracas. Fue hasta el terminal de pasajeros y abordó un autobús con destino a Charallave. Hora y media después, a sus familiares les informaron que el muchacho estaba desaparecido.
Torres Rodríguez viajaba en un transporte público de la Cooperativa Internacional, marca Blue Bird, año 86, placa 32AB57L, colores blanco, amarillo, azul y rojo, con capacidad para 49 puestos. Esa unidad tuvo un desperfecto mecánico y se incendió a la altura de los establecimientos comerciales Makro-Redvital en Charallave. 2 personas murieron carbonizadas y al menos 10 resultaron con quemaduras.
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“Fuimos a los hospitales y lo buscamos entre los lesionados, pero no lo encontramos, así que acudimos a la morgue y lo identificamos por un tatuaje que tenía en uno de sus miembros inferiores”, dijeron los deudos a las afueras de la sede del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf) en Ocumare del Tuy.
Pese a esta identificación, los deudos debían esperar los exámenes correspondientes para certificar la identidad. El cuerpo estaba totalmente quemado. Ese proceso sería al día siguiente.
“Teníamos aún esperanza de que no fuera él. Lo esperamos durante toda la noche, pero nunca llegó”, dijo una hermana de Torres Rodríguez, al conocer el resultado de las pruebas antropológicas y odontológicas.
Yan Carlos Torres Rodríguez residía en el sector Las Cumbres de la urbanización Araguita 2 y trabajaba en una cuadrilla de limpieza de la Alcaldía Mayor de Caracas. Salía temprano de casa, se iba en autobús hasta Charallave y allí abordaba el ferrocarril para llegar a la capital.
En el accidente donde falleció Torres Rodríguez, también murió carbonizada Clara Elena Domínguez (56), quien trabajaba vendiendo café en el primer andén de la parada de Pitahaya, en el terminal de pasajeros de Charallave, municipio Cristóbal Rojas, estado Miranda.
Sus parientes se preocuparon cuando no llegó a su sitio de labores y comenzaron a buscarla. Fueron a un laboratorio médico donde la mujer se había realizado unos exámenes, porque se sentía mal, pero los resultados seguían allí.
Una hija y una hermana de Domínguez insistieron en llamarla durante todo el 24 de enero, pero nadie respondió el teléfono celular. Luego confirmaron en la morgue que estaba muerta. Clara Elena Domínguez vivía en el sector El Dividive de la urbanización Ciudad Betania I, en Ocumare del Tuy.
“Huele a quemado”
Según lo señalado por algunos sobrevivientes, el autobús involucrado comenzó a oler extraño a la entrada de la urbanización Salamanca.
“Huele a quemado; está echando humo” fueron algunas de las advertencias de los pasajeros en medio del inusual incidente. A pesar de ello, el conductor continuó la marcha, afirmaron. “Minutos después comenzaron las llamas en la parte posterior y se escuchó una explosión”, narró un testigo.
Los familiares de Yan Carlos Torres Rodríguez consideran que lo ocurrido debe llamar la atención de las autoridades y tomar medidas.
Denunciaron que hay choferes que conducen y usan el celular al mismo tiempo, exceden los límites de velocidad y escuchan música a un volumen muy alto. Asimismo, estiman necesario que se haga un chequeo permanente de las unidades de transporte.
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