Caracas.- Luego de golpear y estrangular al niño Keiner Pérez, de 9 años, el pasado miércoles 19 de junio, su padrastro, Luis Manuel Mejías Idriago (43 años) se deshizo del cuerpo y se dirigió al trabajo de su pareja y madre del infante a buscarla. Desde ese momento fingió estar preocupado por su desaparición y colaboró en su búsqueda por los siguientes tres días.
El victimario fue imputado este martes, 25 de junio, por la Fiscalía 21º del Ministerio Público por los delitos de homicidio intencional calificado con alevosía por motivos fútiles y simulación de hecho punible. Fue presentado ante el Tribunal 1º de Control con sede en Guarenas, que fijó como sitio de reclusión el penal Yare II.
El asesinato ocurrió en horas de la tarde dentro de una vivienda de dos pisos en el sector Las Clavellinas de Guarenas. El hombre quedó encargado de buscar al niño en la Unidad Educativa Miguel Otero Silva, donde estudiaba, y cuidarlo hasta que su madre llegara.
Acostumbraba a dejarlo en la tarde con sus dos hermanos, que son mayores y que también son solo hijos de la mujer. Pero ese día se lo llevó directo a la vivienda.
La violencia infantil: ¿vivir con el enemigo?
Una fuente de El Pitazo indicó que en la confesión que hizo el asesino a la policía, destacó que estaban en un área de la casa y el niño jugaba con un teléfono. El padrastro le indicó varias veces que soltara el aparato, pero el niño no lo hizo. El hombre le gritó y seguidamente lo golpeó y lo apretó por el cuello hasta dejarlo sin vida.
El asesino también dijo en el interrogatorio policial que metió al niño en una caja y lo llevó al piso de abajo, donde vivía su madre. Allí tomó una maleta roja que ella guardaba en su habitación para introducir el cuerpo. Cuando montaba la maleta en su moto, un niño vecino se acercó y le preguntó por su amiguito, pero no tuvo respuesta.
Mejías Idriago abandonó el cuerpo cerca del cementerio Los Jardínes de Guarenas y botó la maleta. Luego esperó a que se hiciera la hora para buscar a su pareja y madre del niño, como lo hacía siempre. Al verla, le manifestó su preocupación por no saber nada de Keiner.
Le indicó que lo dejó cerca de la casa de sus hermanos y le pidió que caminara hasta allá. Cuando supuestamente fue a buscarlo, sus familiares le indicaron que nunca llegó a la casa. Su madre se movilizó, y junto a sus parientes y allegados inició la búsqueda, que también fue difundida por redes sociales.
Al contradecirse en sus versiones, funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) lo detuvieron, hasta que confesó el crimen y reveló la ubicación exacta del lugar donde abandonó el cadáver.
Otra detenida
Génesis Guache, de 20 años, también resultó detenida en Catia por este caso. A pesar de no estar involucrada en el homicidio, fue imputada por prestar su teléfono celular a un recluso de El Rodeo II para que hiciera una llamada extorsiva a la familia del niño con el fin de solicitarle 500 dólares para entregarle una supuesta fe de vida del infante.
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