Ocumare.- Carlos y Sofía llegaron el viernes a Ocumare del Tuy, en Miranda, procedentes de la ciudad de Valencia, estado Carabobo. El motivo del viaje fue comercializar un carro, ofertado a través de Marketplace en 2.500 dólares. De pronto, 15 hombres armados quebrantaron su paz. La pareja salió con vida de la emboscada, pero un policía murió. El funcionario era ajeno a lo que estaba ocurriendo. Esto fue lo sucedido.
El viernes 8 de abril, Carlos y Sofía salieron en una Grand Cherokee, color gris, del sector Los Guayos con destino a los Valles del Tuy. Habían acordado encontrarse con el supuesto vendedor de una camioneta marca Ford, en el sector Rangel de Ocumare.
Tomaron la Autopista Regional del Centro (ARC) y cruzaron en el distribuidor Los Totumos hacia La Bonanza. Aunque había un camino más corto -la vía Charallave-Ocumare- la pareja siguió hacia la autopista La Verota-Santa Teresa para luego empalmar con el sector Tocorón de Yare, que comunica con el sector rural San Bernardo y la comunidad Rangel de Ocumare del Tuy.
Este largo periplo fue la ruta recomendada por el vendedor para burlar la alcabala que desde hace un año instalan los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) a la entrada de Ocumare. En este punto de control los uniformados alertan a conductores foráneos de la existencia de cuatro bandas delictivas que se dedican a robar y extorsionar con ofertas engañosas de vehículos.
Tres horas y media después de salir de casa, Carlos y Sofía estaban cerca del punto de encuentro. En el último trayecto notaron que circulaban pocos vehículos, pero la muchedumbre en la calle y las casas que estaban alrededor les dieron tranquilidad. Sin embargo, de la calma pasaron a la turbulencia en segundos.
Carlos y Sofía se toparon con un grupo delictivo armado. Carlos, quien iba frente al volante, aceleró la marcha, mientras los delincuentes accionaron sus armas de fuego. En medio de los disparos, la pareja continuó con rumbo desconocido. No sabían hacia dónde iban, solo intentaban protegerse de las balas para salvar sus vidas.
Los delincuentes persiguieron en sus motos a los incautos compradores y siguieron disparando. Los proyectiles impactaron los vidrios de la camioneta y estallaron. El caucho delantero del lado del chofer también explotó; solo quedó el rin, pero, aún así, Carlos y Sofía lograron escapar y llegar al casco central de Ocumare. Allí pidieron ayuda.
Sin rastro de la pareja, los delincuentes se desplegaron por los sectores El Cerrito y San Pablo. Los vecinos, despavoridos, se escondieron en sus casas, ahuyentados por el ruido de las balas. Mientras buscaban a Carlos y a Sofía, los delincuentes vieron al funcionario de la Policía Municipal de Urdaneta, Erick Flores.
Flores estaba en la puerta de su casa. Reparaba su moto para ir a trabajar. Los ladrones se le acercaron y le dispararon. Al verificar que estaba muerto, le quitaron su arma de reglamento. A un lado del cadáver del policía quedó su destornillador. La policía señala de este hecho a la banda que lidera Deiber Johan González (34), alias “Carlos Capa”.
A petición de la policía, los nombres de las víctimas fueron cambiados para protegerlas.
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