La imagen que pasa por el frente, el 20 de abril por la tarde, es la de una sala de emergencia de un centro médico en una zona de guerra. Personas asfixiadas, con golpes en la cabeza y otros heridos leves se aglomeran en la sede de Salud Chacao. La impotencia se expresa a través del llanto. Todos tienen en común que fueron afectados por la represión de la Guardia Nacional y la Policía Nacional Bolivariana durante la concentración de la oposición en el este de Caracas. Otra coincidencia los une sin que ellos lo sepan: la posibilidad de que no haya insumos para atenderlos.
Aunque los representantes oficiales no admiten la escasez de insumos médicos en Salud Chacao, un especialista médico reconoce que administran con especial criterio lo que tienen. En la misma situación se encuentran las personas lesionadas que acuden a otros centros de salud. Estas víctimas de la represión son anónimas, pues no todos los casos son conocidos por la opinión pública.
Una fuente del Hospital Universitario de Caracas explicó que en ese centro de salud no han tenido capacidad para atender a las personas que llegan asfixiadas por bombas lacrimógenas ni tampoco a quienes presentan traumatismos.
Precisó que estas son las principales emergencias que se registran cuando los manifestantes son dispersados. “Estamos trabajando con las uñas y cuando nos llegan estos casos les pedimos los insumos a los familiares o los remitimos a otros hospitales. No tenemos broncodilatadores para nebulizar a los asfixiados ni tampoco tomógrafos para hacer tomografías, rayos x ni resonador para hacer resonancias magnéticas”.
El médico consultado dijo que en varios hospitales los profesionales de la salud improvisan instrumentos artesanales para atender traumatismos de tórax. “Como en muchos hospitales no hay en existencia el aparato Pleur-Evac, que es para drenar la sangre, se ha fabricado este dispositivo con frascos de agua o de salsa de tomate para drenar sangre o aire de la caja toráxica de los pacientes, lo que permite que ellos puedan respirar”.
#19Abr, el día de la asfixia
El especialista dijo que sabe que en algunas clínicas donde no tienen medicamentos broncodilatadores para atender a personas asfixiadas les colocan oxígeno. “Esto ayuda a que ventile mejor el paciente, pero no colabora con la bronco constricción”, advirtió.
El 19 de abril ha sido, hasta ahora, la fecha en la que se contabiliza la mayor cifra de lesionados y asfixiados por las lacrimógenas en la capital de Venezuela.
Los casos de lesiones y de traumatismos, debido a las maniobras que hicieron los manifestantes al lanzarse al río Guiare y otros muros para esquivar bombas, se multiplicaron en varias partes.
Ese día, según el alcalde de Chacao, Ramón Muchacho, en Salud Chacao fueron atendidas 60 personas, pero en otras salas de emergencias públicas y privadas se replicaron casos similares. Aunque en algunas clínicas hay inventario de algunos insumos médicos, el personal de los centros también se las ingenia para atender a las víctimas de la represión.
Un médico de la Policlínica Las Mercedes dijo que allí tampoco tienen broncodilatadores para nebulizar a las personas asfixiadas. El 19 de abril, en medio de la estampida que hubo en Las Mercedes, cuando los manifestantes corrieron desde Chacaíto y El Rosal, siete personas llegaron a esa sala de emergencias. Quienes presentaron asfixia fueron nebulizados con unas soluciones que no son de acción inmediata.
“En el país hay escasez de aloven y de berodual, que son los principales broncodilatadores para atender casos de asfixia y de asmáticos. Sin embargo, se han utilizado pulmicort y budecort para atender estas emergencias que, lamentablemente, no tienen un efecto inmediato. Preocupa que cuando hay casos de fractura abierta o heridas, siempre se utiliza un antibiótico de manera preventiva, pero hay escasez. Y cuando una herida está infectada, lo ideal es colocar penicilina y también está escasa (…) Hemos llegado al punto en el que escuchas a médicos hablando de recetas caseras para atender a los pacientes”, precisó la fuente.
Ese día fueron atendidos ocho lesionados en la Policlínica Las Mercedes, entre ellos un joven de 21 años, que tuvo fractura de tabique tras ser impactado por una lacrimógena en la cara. Un médico de la institución contó que, como estaban presentes un médico internista, un traumatólogo y un cirujano plástico, acordaron atender al paciente sin necesidad de preguntarle si tenía seguro de salud.
“Se hizo un trabajo de voluntariado en la clínica para ayudar a esas personas. El joven pudo haber perdido un ojo porque el impacto de la bomba fue frontal (…) También atendimos a una mujer que tuvo fractura en el pie tras lanzarse al Guaire”, explicó el médico.
Padre busca insumos para salvarle el ojo a su hijo
José Monsalve y su esposa no esperaban que el miércoles 19 de abril su hijo de 15 años resultara herido. El joven, después de salir de la casa de su mejor amiga, intentó retornar a su hogar. En el camino, a la altura del Ccct, fue impactado por una bomba lacrimógena en el rostro que le ocasionó una fractura en el hueso maxilar, cerca del ojo derecho.
La víctima recibió atención primaria en Salud Chacao, luego fue trasladado a la Clínica Sanatrix, pero, por no tener seguro de salud, fue luego remitido al Hospital Domingo Luciani, donde fue intervenido por cirujanos maxilofaciales.
En menos de una semana, el adolescente ha padecido los rigores de la represión, del ruleteo hospitalario y de la escasez de medicamentos. En medio de esta crisis, la familia ha recibido apoyo de los representantes del colegio María Auxiliadora de Chacao y también de la alcaldía de ese municipio.
Luisa Torres, madre de la mejor amiga del joven, explicó que un grupo de representantes se ha organizado para recolectar dinero y recorrer farmacias para conseguir medicamentos. Actualmente, necesita ketoprofeno, omeprazol y amoxicilina.
La mujer dice con preocupación que el muchacho necesita el antibiótico clindox-d 12 mg tres veces al día por un mes.
“Cada ampolla de este antibiótico cuesta 12.000 bolívares, lo que representa más de 900.000 bolívares, si tomamos en cuenta que se requieren tres cada día. Además del alto costo de este medicamento, es difícil conseguirlo. Por lo que no descartamos tener que traerlo de otros países”.
Torres destacó que, aunque el adolescente no pudo continuar en la Clínica Sanatrix, el cirujano que lo atendió no cobró honorarios profesionales para ayudar a su familia.
“Los padres de este chico están en shock y los hemos ayudado con lo que hemos podido. Los 300.000 bolívares que solicitó la clínica lo pagamos entre varios representantes del colegio, al igual que todos los medicamentos que ha requerido en estos primeros días. Ya hemos gastado más de 150.000 bolívares”, precisó.
La crisis hospitalaria que hay en el Domingo Luciani ha hecho que la familia del joven y las personas que le apoyan se movilicen hasta otros centros de salud para hacerle tomografías, placa de tórax y exámenes preoperatorios. “En ese hospital no hay electrocardiograma ni tienen la capacidad de hacerle las pruebas necesarias antes de una operación”, explicó Luisa Torres.
El adolescente sigue recluido en ese hospital bajo observación, pues tiene el riesgo de perder el ojo izquierdo. Para ser sometido a otra operación, en el hospital esperan que llegue una placa de platina para colocársela en el pómulo.
Su padre, José Monsalve, cuenta que, aunque todos los médicos le han dado excelente atención a su hijo, han tenido que buscar insumos para los tratamientos necesarios.
“Todos los médicos han sido muy profesionales y excepcionales con la atención que ha necesitado mi hijo, pero sí hemos visto la dificultad que tienen para trabajar, pues se retrasan por la falta de antibióticos y calmantes. Hemos tenido que comprar todos los insumos que se han requerido para el área de oftalmología”.
Lacrimógenas lanzadas desde helicóptero afectaron a una bebé
El jueves 20 de abril se repitió la represión en varias zonas de Caracas. Pasadas las 12 del mediodía, cuando en las redes sociales ya se informaba que los manifestantes eran dispersados, el personal médico de Salud Chacao se preparaba para atender las emergencias que llegarían. “En media hora estaremos corriendo”, comentó apresurada una de las doctoras.
La predicción se cumplió. A la una de la tarde llegó una mujer casi desmayada con síntomas de debilidad, luego de haber ido a la marcha. Posteriormente, llegó Alex Cruz, quien requirió de siete puntos de sutura en la cabeza luego de ser impactado por una bomba lacrimógena.
Las personas que aguardaban en la sala de espera se estremecieron cuando vieron que una señora llegó con una recién nacida afectada por las lacrimógenas. Era Alejandra Meza, quien contó que vio cómo a las 3:30 de la tarde cayeron dos bombas en el patio de su casa que funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana lanzaron desde un helicóptero. El hecho ocurrió en la calle Los Ángeles de Chacao.
A las 4 de la tarde, cuando aún llegaban pacientes a la emergencia, la tensión en Salud Chacao aumentó. Los efectos de las bombas lacrimógenas se sentían en esa área que está al aire libre. Las personas fueron auxiliadas y resguardadas en el interior del centro por personal médico.
Pasadas las seis de la tarde, el alcalde Ramón Muchacho informó que ese 20 de abril atendieron a 29 personas: 11 por asfixia, 11 presentaron traumatismos, 5 resultaron heridas por perdigones y dos ingresaron desmayadas
Los médicos consultados para este reportaje temen que siga la represión en el país. Advierten que ni en las clínicas ni en los hospitales hay suturas, medicamentos ni antibióticos adecuados para atender las emergencias que se derivan de estas protestas. También denuncian que no cuentan con medicamentos antihipertensivos. Advierten que cuando el dolor aumenta, la presión arterial aumenta. “Debemos estar preparados para controlar la emergencia traumática, más la hipertensiva”, precisó un especialista de la Policlínica Las Mercedes.
Fuentes de distintos centros de salud coinciden en que uno de los aspectos que más deben controlar es la parte emocional de los pacientes, quienes manifiestan impotencia por la situación país.
Médicos que han dado atención primaria a manifestantes explican que, además del sub registro que existe de las víctimas de la represión por falta de cifras en clínicas y hospitales, hay otros heridos anónimos que evitan ir a los centros de salud, pues temen ser detenidos por las autoridades.
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