San Cristóbal.- La regulación de los precios de la carne por parte del gobierno nacional a 41 bolívares el kilo tiene a los municipios de frontera del estado Táchira sin el rubro, pues los mataderos no quieren venderlo a bajos precios y los vendedores tampoco quieren comprar para tener pérdidas.
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Los ganchos de las carnicerías están solos, y quienes visitan los mercados municipales se encuentran con que no hay carne, ni siquiera cara, pues los comerciantes temen que de comprarla y venderla al precio en el que realmente les sale, la Sundee los supervise y los haga pagar una multa millonaria que los obligue a cerrar.
En los municipios Junín, Bolívar, Ureña y Capacho son muy pocos los lugares en donde se puede adquirir carne; en algunos casos las ventas son a puertas cerradas, para evitar alguna sanción o las pérdidas que implica vender por debajo de costo.
Juan Sánchez es carnicero en la localidad de Rubio, municipio Junín. Explicó que para poder vender al precio establecido por el ejecutivo debe comprar los toros entre 14 y 20 mil bolívares, pero acotó que ningún productor quiere vender con ese valor. Acotó que los ganaderos, como primer eslabón de la cadena de comercialización, tienen que bajar el precio de la res en píe, ya que estaban cancelando en canal entre los 30 y 35 mil bolívares, por lo que es casi imposible cumplir con la regulación del nivel central.
“Algunos ganaderos están intentando bajarles a las reses, pero todavía no llegan a los precios para que se dé la venta y, pues no podemos vender en esas condiciones. Empecé a vender carne desde hace unos 8 o 10 años, se trabajaba con la regla por dos, es decir, que el precio de kilo en pie se duplica para venderlo al público, pues más de la mitad del animal se pierde entre cueros, huesos y otros desperdicios. Esto ya no se puede hacer porque trabajamos con ganancias mínimas”.
Acotó que un flete desde Santa Bárbara de Barinas hasta el matadero municipal de San Cristóbal puede costar más de 2 millones de bolívares, por lo que si se compra a 20 mil se vende a 40, y si se compra a 30 a 60 mil.
Recordó que además de la venta de la res, están los costos administrativos y operativos de cada establecimiento, como pago de alquiler, de empleados, compra de bolsas, mantenimiento de maquinas, adquisición de cuchillos carniceros que superan los 500 mil bolívares, limas para amolar, y las cintas para cortar hueso, que cuestan 200 millones de bolívares.
Regulación de ganado en pie
Pablo Contreras es carnicero en San Antonio del Táchira. Aseguró estar de acuerdo con la prohibición de circulación de ganado en pie para los estados fronterizos, por cuanto podrían bajar los índices de contrabando hacia Colombia, siempre y cuando las autoridades cumplan con la medida.
“Eso está perfecto, porque se va a mermar el contrabando que se da a modalidad de engaño de las reses que van a San Antonio y Ureña, que no terminan en esos municipios, sino en Colombia. Aquí queda de parte de los mataderos que se pongan en regla para que nosotros como vendedores podamos acudir y se nos otorgue la guía directo al matadero, donde se realizará el beneficio”.
Espera que el Gobierno nacional entienda que la carne no puede venderse a bajos precios por la inflación existente en Venezuela y los altos costos de producción.