Acarigua.- Las autopsias de los 29 cadáveres de la masacre registrada este viernes 24 de mayo en los calabozos de Policía de Páez, en Acarigua, estado Portuguesa, fueron culminadas pasadas las 8 pm de este sábado 25 de mayo.
El personal del Senamecf confirmó que 25 de los cuerpos de los reos fueron entregados a sus familiares. Cuatro esperan por ser reconocidos por sus deudos para lograr una identificación plena.
22 de las necropsias de rigor fueron practicadas por un equipo de anatomopatólogos y antropólogos que arribó en horas de la mañana desde Caracas a la ciudad de Acarigua.
Entre los especialistas se encuentra la directora nacional del Senamecf, recientemente nombrada en el cargo. También actuaron forenses, patólogos y técnicos de la región, apoyados por pesquisas del Cicpc y funcionarios del Ministerio Público.
Los otros siete procedimientos habían sido realizados el viernes con limitaciones por la falta de materiales y artículos de limpieza.
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La entrega de los cuerpos se dio paulatinamente desde las 11:00 am, cuando se inició la primera autopsia del día.
Mientras esperaban los cuerpos de sus fallecidos, los familiares manifestaban preocupación por la cantidad de dinero que debían cancelar por el servicio funerario. El más económico tiene un costo de 1.300.000 bolívares.
“Nosotros no tenemos dinero para pagar eso y como fue el Gobierno quien los mató; deberían al menos ayudar con los gastos”, dijo a El Pitazo la tía de uno de los reclusos muertos.
Nadie preguntó a los expertos si los cuerpos presentaban heridas por arma de fuego, ni se cuestionó las actas de defunción, aun cuando algunos familiares señalaban que durante el reconocimiento les vieron orificios de proyectiles en la cabeza a sus familiares muertos.
Todos esperaban acabar rápido con la espera, recibir los restos de sus familiares y llevárselos a darle sepultura, debido a que estos ya empezaban a descomponerse y a tomar rigidez al cumplirse las 24 horas de la fase cadavérica.
A los familiares de Wilfredo Ramos Ferrer, el líder negativo de este centro de reclusión preventivo, les dijeron que su cuerpo les iba a ser entregado y tendría que ser enterrado de inmediato o velado con la urna sellada por las condiciones en las que quedó el cuerpo.
El hermano de Ramos Ferrer dijo a El Pitazo que pudo reconocer a su hermano por los tatuaje del hombro derecho y una tobillera.
“Nos lo mostraron del tórax para arriba y los pies. Tenía el rostro destrozado y no pudimos verlo completo porque tenía una sábana que lo cubría”, dijo el familiar de quien se señala como el presunto promotor del motín y de ser el que detonó una de las granadas, escogiendo la muerte antes que entregarse.
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