Tucupita.- Bartolo Maurera tiene 75 años y padece una extraña inflamación prolongada en la pierna derecha. Durante tres años ha recorrido los ambulatorios de Tucupita, Maturín y Ciudad Guayana. Los médicos que lo ha tratado no han confirmado el diagnóstico de la enfermedad que sufre.
“Es una dicipela pasmada”, es la primera respuesta que ofrece el afectado al ser interrogado sobre el diagnóstico de la enfermedad que le provoca inflamación, dolores e imposibilidad de sostenerse de pie.
“Los médicos me dicen que es mala circulación; tengo tres años en esta situación”, señaló Maurera, mientras se ocupa de recortar las yucas que le sirven de mercancía y sustento ante la imposibilidad de trabajar por la salud crítica que le aqueja.
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Su esposa, Oneida González, a sus 63 años trabajaba como peluquera en el centro de la ciudad y debido al estado de su pareja se vio obligada a cerrar su negocio para atender a su compañero de vida. “No lo puedo dejar solo, ya no se puede valerse por sí solo, tiene la casa por cárcel”, afirma González.
“Es muy triste y lo que da es dolor cuando se requiere una medicina y no la encuentra; nos estamos muriendo de mengua, esto es terrible”, afirmó Oneida.
Ante la falta de medicinas, pacientes y familiares optan por la botánica, el brujo o los récipes ancestrales que alivian los dolores de las enfermedades crónicas.