Caracas.- Karen Urierta se enteró de que la Cruz Roja entregaría bidones para recolectar agua y pastillas para potabilizarla cuando escuchó que la gente gritaba en la avenida Sucre, a la altura del 23 de Enero. Salió de la panadería en la que trabaja, vio un camión con un logo grande de la Federación Internacional Cruz Roja y comenzó a hacer la cola. Tardó cerca de media hora y recibió un bidón que tiene una capacidad de 20 litros y una caja de 50 pastillas para purificar el agua.
El martes 16 de abril llegó al aeropuerto internacional de Maiquetía Simón Bolívar el primer cargamento de la ayuda humanitaria de la Cruz Roja Internacional desde Panamá. De acuerdo con la información oficial, al país entraron equipos y suministros médicos, medicamentos y generadores de electricidad que serán distribuidos en 28 hospitales del territorio nacional y 8 centros de atención primaria.
A la parroquia 23 de Enero, en el oeste de la capital, llegó un camión con suministros para 1.200 personas, según uno de los voluntarios de la organización. Una docena de hombres y mujeres con chalecos y gorras azules intentaban soportar los empujones de la multitud. Aunque los voceros de la Cruz Roja Venezuela insistían en formar una sola cola y no obstaculizar el paso de los vehículos en sentido este, los habitantes del sector se agrupaban alrededor del camión y gritaban para ser atendidos.
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Luego del primer apagón nacional, ocurrido el jueves 7 de marzo, en Caracas se agudizó la escasez de agua, se improvisaron tomas en toda la ciudad, aumentaron las recargas del líquido en llenaderos de botellones y las cisternas se convirtieron en un servicio dolarizado. Por eso, para varias comunidades, tener mecanismos de recolección de agua se volvió parte de la vida diaria.
Un grupo que hacía fila lejos del desorden conversaba sobre el ingreso de la colaboración. El 10 de abril Nicolás Maduro anunció un acuerdo con el
Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr) y aseguró que se trabajaría “conjuntamente con los organismos de la ONU para traer a Venezuela toda la ayuda de carácter humanitario que pueda traerse». Los vecinos que esperaban no habían escuchado al gobernante cuestionado por más de 50 países, pero sí sabían algo de la ayuda humanitaria.
Minutos después de que llegara el grupo de la Cruz Roja, quienes esperaban por sus bidones y pastillas denunciaron que grupos de civiles armados afectos al oficialismo dispararon al aire muy cerca del lugar y en dos ocasiones para dispersar al grupo de voluntarios. Una mujer en la cola que prefiere el anonimato comentó: “Esa es gente que no está de acuerdo con que nos ayuden”.
Aunque el presidente de la Cruz Roja Venezolana, Mario Villarroel, solicitó que no se politizara el logro, muchos comentaban que esa cooperación era propaganda. “Esto es pura política”, dijo un hombre que se acercó a curiosear.
Cuando llegó el cargamento, los voluntarios de la organización habían bajado parte de los suministros, y en medio de la pelea y la desesperación, recogieron y guardaron todo nuevamente en el camión. La Policía Nacional Bolivariana (PNB) medió para organizar la cola y ubicar el automóvil dentro de un estacionamiento para no obstaculizar el paso vehicular.
Hasta ahora se ha conocida la entrega de la ayuda en las parroquias caraqueñas 23 de Enero, en el oeste, y en Caricuao, en el suroeste. En ambas resaltaron el caos y la falta de colaboración de las comunidades.