Las causas por las que miles de hogares venezolanos se quedan a diario sin servicio eléctrico son varias: van desde la insuficiente oferta de electricidad, el deterioro de la infraestructura eléctrica hasta la escasez de gasoil. En varios rincones del país, los habitantes reclaman interrupciones del servicio casi a diario y temen por un apagón general

“Un regreso al pasado. Me siento en el 2019”, dice Julia Mejías, una jubilada de 68 años de edad que vive en el Zulia. Las interrupciones del servicio eléctrico volvieron en al menos 13 estados de Venezuela y los habitantes están preocupados por la ausencia de respuesta de Corpoelec al no hacer público un cronograma de cortes de luz.

En redes sociales, los venezolanos reportan que desde marzo de 2023 se agudizaron los cortes de electricidad. A partir de abril, evidenciaron otro aumento en la frecuencia y duración de los racionamientos en medio de las altas temperaturas que se registraron en el país; de hecho, la sensación térmica alcanzó los 41 grados, según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh).

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Esto ocurre cuatro años después del megapagón nacional: 23 estados del país quedaron a oscuras el 7 de marzo de 2019. La población pasó entre 3 y 10 días sin el servicio.

En un día promedio del año 2023 se registra al menos una interrupción del servicio de electricidad al día. Las fallas abarcan desde bajones a lo largo de la jornada o cortes de entre cinco minutos y hasta seis horas continuas. Todo es inesperado con el sistema eléctrico y no hay advertencia programada sobre las interrupciones, agrega Julia Mejías.

A diario, Mejías debe sortear las dificultades de ser una mujer de la tercera edad que vive sola en un sector donde fallan los servicios de agua, gas y electricidad. “Mi cocina es eléctrica, vivo en un tercer piso. Si no es por mis vecinos y familiares que me quedan en el país, no sé qué haría”, dice.


Cada vez que la demanda está por encima de los 11.000 megavatios, el sistema eléctrico venezolano se estresa y comienzan los racionamientos y los bajones, porque no son capaces de atender la demanda y el Sistema Interconectado Nacional tiene serias limitaciones

José Aguilar, ingeniero

La jubilada reunió una parte de su pensión para hacer el pago único del servicio de electricidad en diciembre de 2022 a solicitud de Corpoelec. “Pensé que eso me iba a garantizar que, por lo menos, el servicio sería bueno, pero no sé de qué me sorprendo en este país. La cruz que llevamos a cuestas cada vez es más pesada”, sostiene. En Zulia reportan a diario cortes de luz cuya duración se extiende entre dos y hasta cuatro horas.

El racionamiento eléctrico también se reporta en los estados Lara, Falcón, Trujillo, Mérida, Táchira, Apure, Cojedes, Barinas, Portuguesa, Yaracuy, Aragua, Guárico, Carabobo y otras zonas del centro del país, según un monitoreo realizado por El Pitazo. Los reclamos de los habitantes de estos sectores a Corpoelec no se hacen esperar debido a los prolongados cortes de luz y la incertidumbre que tienen todos los días a falta de un cronograma o información sobre el corte del servicio.

Sistema eléctrico limitado

La demanda eléctrica de Venezuela es cercana a los 11.500 megavatios, pero Corpoelec no tiene cómo cubrirla y sus operadores están obligados a racionar entre el 7 y 10 %, según datos de la estatal conocidos por el ingeniero José Aguilar, especialista en sistemas de generación eléctrica entrevistado por El Pitazo.

“Cada vez que la demanda está por encima de los 11.000 megavatios, el sistema eléctrico venezolano se estresa y comienzan los racionamientos y los bajones, porque no son capaces de atender la demanda y el Sistema Interconectado Nacional tiene serias limitaciones”, aseguró Aguilar.

Venezuela tiene instalado un parque eléctrico suficiente para cubrir más del doble de la demanda actual, pero gran parte de esta infraestructura no funciona. Según reportes de la estatal eléctrica, el 90 % de la capacidad de generación térmica instalada está fuera de servicio.

Solo en el último año, en 2022, Corpoelec registró una pérdida de cerca de 400 megavatios de generación térmica y tiene disponible apenas un poco más de 1.800 megavatios de los casi 20.000 que hay instalados en el país. Una de las causas de esa disminución es el deterioro de las plantas y la escasez de combustible (gas y gasoil) para su funcionamiento, de acuerdo con Aguilar.

“El Gobierno compró suficiente generación para cumplir con las exigencias del país, pero en algunos casos la dejaron perder, se dañaron por falta de mantenimiento, fueron almacenadas indebidamente o en otros casos canibalizaron los equipos y no logran resolver la causa real técnica de los problemas; por lo tanto, se vive en una improvisación”, señaló el experto.


En lo que va de año, la trayectoria que lleva la demanda es de una reducción cercana al 3%, lo que evidencia que Venezuela no se arregló

José Aguilar, ingeniero

A este déficit de generación se le suman las limitaciones que tiene el Sistema Interconectado Nacional (SEN), como se conoce a la red de líneas que transmite la energía eléctrica distribuida en el país. “Al menos el 10 % de las líneas están fuera de servicio, y a veces es más. Esto le cambia la topología al sistema e incide negativamente en su respuesta dinámica a la hora de atender contingencias”, detalló el especialista.

La ola de calor que hay en el país desde finales de abril no es una de las razones técnicas de los racionamientos. La demanda de electricidad en lugar de aumentar es levemente menor que la de 2022, según las cifras de Corpoelec. “En lo que va de año, la trayectoria que lleva la demanda es de una reducción cercana al 3 %, lo que evidencia que Venezuela no se arregló”, afirmó Aguilar.

Resaltó el experto que las consecuencias de la crisis de la infraestructura eléctrica ya no se resienten solo en los estados que forman la cola del sistema (Trujillo, Mérida, Táchira, Barinas y el Alto Apure), sino que en los últimos tres años se agudizó en Zulia, Falcón, Lara, Portuguesa, Cojedes, Yaracuy, Aragua, Guárico, Bajo Apure, Bajos Mirandinos y Amazonas. “Pese a querer consentir al Distrito Capital como sea, ya por ella comienza a rondar la presión de los racionamientos e inestabilidad”, declaró.

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Para Aguilar, el problema principal es la “mala” gestión y administración del sistema eléctrico venezolano. “La causa ha sido siempre el accionar de la empresa eléctrica. Una gestión disfuncional, opaca y viciada, que apela a las excusas, es larga en promesas y bastante corta en logros satisfactorios. Hasta que esto cambie, no tendrá Venezuela la mejoría que reclama”.

Usuarios desesperados

Una evaluación del Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP) sobre la calidad del servicio eléctrico realizada en 12 ciudades, en marzo de 2023, indica que 43,2 % de los encuestados lo valoraron entre regular y muy malo. Mientras, 37 % indicó que las interrupciones eléctricas tienen una duración de entre dos y seis horas.

El 2019 fue un año difícil para los venezolanos. En el occidente del país, por ejemplo, había racionamiento eléctrico diario durante seis horas continuas en dos o cuatro tandas. La suspensión del servicio se hacía por bloques conformados por varios sectores de una misma parroquia o municipio.

“Creo que ese fue un año horrible y después le siguió la pandemia en 2020. Los empresarios no pudimos levantar cabeza y muchos tuvieron que cerrar, porque enfrentar esas pérdidas para pequeños y medianos comercios no es fácil. No queremos llegar a eso de nuevo”, dice José Gómez, un empresario del estado Trujillo consultado por El Pitazo.

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El sector comercial también atraviesa una regresión en los servicios básicos. La escasez de gasolina y diésel, que volvió a desencadenar colas kilométricas en las estaciones de servicio, les impide abastecerse de combustible para poner en funcionamiento las plantas eléctricas cuando hay cortes de luz. Y aunque dispongan de estos generadores, las averías y caídas de los puntos de venta y la conexión a internet hace cuesta arriba cerrar una venta o transacción, añadió el entrevistado.

En Caracas no hay un plan de racionamiento eléctrico como el que se implementa en otras otras regiones del país, pero la capital venezolana no está exenta de las fallas en el servicio. En lo que va de 2023, muchos usuarios han reportado bajones, cortes de luz y explosión de transformadores. En el mes de abril, el Comité de Afectados por los Apagones contabilizó 199 fallas eléctricas en Caracas, la cifra más baja con respecto al total de fallas en el resto del país.

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La crisis del sistema eléctrico nacional también se ha sentido en los estados centrales Miranda, Aragua y Carabobo. En Ocumare del Tuy, en Miranda, no hay racionamientos; sin embargo, los apagones y las fluctuaciones eléctricas son continuas. En un día promedio se registran hasta seis interrupciones del servicio con una duración que se calcula entre cinco minutos y dos horas.

En Carabobo el servicio eléctrico también es deficiente. Erika Pabón, habitante de la urbanización San Blas, ubicada en el centro de Valencia, denunció que como mínimo tiene un corte de luz interdiario. Corpoelec no ha publicado información sobre estas interrupciones, pero los vecinos aseguran que se trata de cortes por racionamiento.

“El 12 de mayo no hubo luz en Valencia desde las once de la mañana hasta las siete de la noche. Al día siguiente ocurrió la misma situación y el domingo hubo doble tanda: de siete de la mañana a tres y media de la tarde y de ocho a diez de la noche”, indicó Rosario Méndez, también residente de la capital carabobeña.

Trabajar en estas condiciones es cuesta arriba para Méndez. Ella es comunicadora social y necesita los servicios de energía eléctrica e internet. Sumado a estas dificultades que debe enfrentar, la batería de su laptop se dañó en la primera semana de mayo después de una fluctuación eléctrica.


Tenemos una situación complicada, la sequía está pegando y el calor en el occidente del país. Lamentablemente, hay una administración de carga. Esto será superado en los próximos meses, cuando las lluvias empiezan y los embalses se estabilicen

Jorge Arreaza, ministro para las Comunas

El coordinador de la Comisión de Ingenieros Electricistas del estado Carabobo, Isnaldo Jiménez, declaró a El Pitazo el 10 de mayo, en entrevista telefónica, que los cortes del servicio eléctrico se deben a la inestabilidad y fragilidad en la generación que proviene de la represa del Guri.

“Este fenómeno genera en promedio una afectación del servicio eléctrico a 10 o 13 estados al mismo momento. Los más perjudicados son Aragua, Carabobo, Cojedes, Lara, Zulia, Sucre y, en estos momentos, el Área Metropolitana de Caracas, Vargas y Miranda”, afirmó Jiménez.

En el estado Portuguesa no se conoce hasta la fecha un anuncio oficial sobre el racionamiento eléctrico. Los propios usuarios llevan la cuenta de los apagones y calculan que desde abril de este año hay cortes de electricidad de hasta cinco horas de duración en los 14 municipios.

En Cojedes, en cambio, el gerente territorial de Corpoelec, Daniel Puerta, confirmó, el 14 de abril a Noticias Cojedes, que en el estado se aplica racionamiento por 6 horas diarias, fraccionadas en dos bloques de 3 horas cada uno. El funcionario explicó que Cojedes debe liberar alrededor de 50 megavatios para estabilizar el SEN debido a la “afectación de la demanda de energía como consecuencia de la ola de calor que se vive en el país”. Los expertos en electricidad consultados por El Pitazo para este reportaje descartan esta versión.

Barinas y Cojedes son los únicos estados con anuncios de administración de carga por funcionarios vinculados al Gobierno y Corpoelec. El ministro para las comunas y enlace político del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en Barinas, Jorge Arreaza, reconoció en un programa radial a mediados de mayo que había un plan de administración de carga y que la medida obedecía a las altas temperaturas.

“Tenemos una situación complicada, la sequía está pegando y el calor en el occidente del país. Lamentablemente, hay una administración de carga. Esto será superado en los próximos meses, cuando las lluvias empiezan y los embalses se estabilicen”, detalló Arreaza según una publicación del sitio Notimaxplus.

En Lara y Yaracuy la duración de los apagones es de cuatro a ocho horas al día, de acuerdo con reportes de medios locales o iniciativas de la sociedad civil, como Activos por la Luz. El 18 de mayo, en comunidades del noreste y norte de Barquisimeto pasaron más de siete horas a oscuras. El servicio fue restablecido casi a las tres de la madrugada del día siguiente.

Conforme aumentan los cortes de electricidad, los ciudadanos temen que se les dañen sus electrodomésticos y equipos, y al igual que la pensionada Julia Mejías, sienten que las fallas del servicio son tan repetitivas como las del año 2019, después del primer apagón nacional.

Reportaje de Mayreth Casanova y Nataly Angulo, con información de Liz Gascón, Rosanna Battistelli, Sandra Gómez, Kemberlyn Talero y Bianile Rivas.

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