El Monumento Histórico de la Nación tiene otra oportunidad. La terquedad de los defensores del patrimonio local, la apuesta de la Cámara de la Construcción y de la gobernación coinciden en un proceso que ofrece esperanzas de vida al primer hotel de lujo y playa que tuvo Venezuela, a la par de los mejores de Europa

El ruido de lijas y taladros se une al sonido de las olas que revientan en la bahía del Paseo de Macuto. Hay voces y pasos en un lugar donde, hasta hace 30 días, solo reinaba el silencio.

Hombres y mujeres con indumentaria especializada raspan columnas, miden acero y concreto, marcan paredes. Otros, con menos sofisticación, limpian y descubren la arquitectura colonizada por la tierra, la basura y la propia naturaleza, con machetes, escobas y rastrillos.

Todo el sonido proviene de las ruinas del grandioso hotel Miramar, en Macuto, el primer hotel de lujo y playa construido en Venezuela por orden del general Juan Vicente Gómez y obra del arquitecto Alejandro Chataing (Caracas, 1873-1928).

El hotel Miramar fue inaugurado en 1928, después de 2 años de construcción. En sus primeros 20 años fue la edificación recreativa más importante del país: contó con el primer ascensor traído de París; con piscina y una cancha de tenis. Cronistas de la época escribieron sobre las figuras internacionales que pernoctaron allí.

El portal Institutional Assets and Monuments of Venezuela detalla el uso que se le dio a la importante edificación desde 1954, cuando dejó de ser un centro de hospedaje: entre 1959 y 1973 fue una dependencia del Consejo Venezolano del Niño y un año después la entregaron al Instituto Nacional del Menor. Desde 1993 hasta 1999 funcionó allí el taller de formación artística Juanita Mota, dependiente de la Fundación Museo Armando Reverón, que hace las gestiones para declararlo Patrimonio Cultural.

Hoy se escuchan órdenes y acciones que buscan respuestas al destino incierto de la edificación, declarada Monumento Histórico Nacional el 15 de abril de 1994, según Gaceta oficial número 35.441, y que el 1 de abril cumplió 95 años de su inauguración.

Curiosos se acercan. Vecinos, bañistas, comerciantes del paseo y hasta los pescadores. Otros detienen sus vehículos en la avenida La Playa. Algo está ocurriendo en el hotel Miramar, símbolo de la memoria urbana local, condenada al olvido, pero que hoy transita un sendero de esperanza.

Esperanza confirmada el 25 de abril, cuando especialistas de la empresa Laboratorios NE S.A., quienes donaron su trabajo en procura de salvar este patrimonio arquitectónico, entregaron al gobernador José Alejandro Terán y a la Cámara de la Construcción de La Guaira el primer informe de los estudios patológicos de la edificación, que se ejecutaron en los últimos 30 días.

“Los estudios de patología estructural han confirmado que las bases y columnas del hotel Miramar son aptas para la recuperación. Es una estupenda noticia para los guaireños”, informó Terán, con informe en mano, luego de la exposición de los ingenieros Alcibíades Pirela y Adriana Ríos, realizada en el salón Terraza. Aquí, en dos ocasiones, se hospedó Carlos Gardel, el cantante de tangos.

Indican los analistas que la patología estructural es un estudio de los daños o problemas estructurales que se presentan en un edificio: la alteración o deterioro de los materiales o de los elementos estructurales y constructivos que determinan la carencia de algunas de sus condiciones básicas de funcionamiento.


Los estudios de patología estructural han confirmado que las bases y columnas del hotel Miramar son aptas para la recuperación. Es una estupenda noticia para los guaireños

Gobernador del estado Vargas, José Alejandro Terán

“Al hotel Miramar se le efectuaron tres tipos de estudios. Dos ensayos no destructivos y un ensayo destructivo. Los no destructivos son la esclerometría (que mide la resistencia del concreto) y el ultrasonido o prueba sónica (que verifica el estado estructural). El ensayo destructivo, porque amerita trozos de la edificación, fue el de compresión, se llena un cilindro de material testigo y se analiza”, explica la ingeniera Ríos.

La especialista revela que “estos tres ensayos nos dan a nosotros una data para generar una tabla de calibración, establecida mundialmente, y dar así una respuesta de la resistencia del concreto. Las cifras obtenidas hacen que la recuperación sea viable”.

“Este es un estudio preliminar, pero significativo, porque es el que te indica el nivel de daño, la viabilidad o no de la intervención y te da las líneas de la metodología que se usará para la reparación”, acota el ingeniero Alcibíades Pirela.

Una lucha de larga data

Aunque hoy se habla de nuevo del rescate del hotel Miramar, esta es una lucha de, por lo menos, 30 años, que ha contado con apoyo de vecinos, dirigentes sociales, investigadores y sociedad civil.

“Nos alegramos de este impulso y buenas noticias, aunque tengamos tanto tiempo perdido. Hoy nos sentimos engañados, porque los resultados de los estudios realizados por los especialistas de Pdvsa La Estancia y del Instituto de Patrimonio Cultural nunca fueron divulgados. Ellos aseguraron que la recuperación no era viable y por eso descartaban la intervención, lo que aumentó el deterioro en la última década. El hotel Miramar merece una oportunidad de recuperación, por su alto valor histórico y patrimonial”, explica la docente y periodista Fátima Rodríguez, una voz reincidente en la defensa de la estructura casi centenaria, al recordar la promesa hecha en 2013 por el entonces gobernador Jorge Luis García Carneiro.


No se puede olvidar que el hotel Miramar fue abandonado de forma expresa por el Estado. Se nos engañó diciendo que era una estructura perdida. Los macuteños demandamos conocer el proyecto para el espacio

Vecino de Macuto e integrante del Consejo Legislativo de Vargas, Felipe Corro

“No se puede olvidar que el hotel Miramar fue abandonado de forma expresa por el Estado. Se nos engañó, se dijo que era una estructura perdida, aunque decíamos lo contrario. Al fin nos han escuchado. Ahora, los macuteños demandamos conocer el proyecto para el espacio y la incorporación de todos los protagonistas”, agrega el legislador del Consejo Legislativo del litoral central y vecino de Macuto, Felipe Corro.

El gobernador Terán reconoce que, desde su llegada a la primera magistratura regional, la información que manejaba sobre el hotel Miramar era que su destino inminente era la demolición.

“Sin embargo, la Cámara de la Construcción de La Guaira se reunió conmigo, me hizo el planteamiento con base y me presentó un estudio concreto con métodos actualizados, científicos y tecnológicos para determinar las condiciones de esta estructura. Yo mismo estoy sorprendido y creo que su recuperación es un proyecto que impactará positivamente todo el Paseo de Macuto y su entorno”, aseguró Terán.

En busca de inversionistas

La comisión mixta para la recuperación del hotel Miramar está formada por la gobernación regional y la Cámara de la Construcción de La Guaira, presidida por el arquitecto Mario Lieghio, formado en áreas de restauración y recuperación de patrimonio.

“Planteamos un modelo de recuperación que involucre a las autoridades y al inversionista privado, bajo las orientaciones de arquitectos y expertos en restauración de inmuebles patrimoniales. Una vez confirmada la viabilidad, vamos a la segunda etapa, la fase del detalle: se levanta la memoria descriptiva, la memoria de cálculo, los planes y los cómputos, el diseño de un sistema constructivo de reparación, por ejemplo, la utilización de fibra de carbono”, expone Lieghio.

“Esta recuperación es un deseo que atrae al sector privado, porque el hotel Miramar es un icono, pero también es un negocio. Y eso lo visualizan las empresas relacionadas con el turismo, que ven factible revivir el hotel”, que una vez reactivado podría ofrecer hasta 90 habitaciones y áreas comunes.

“El hotel Miramar es un elemento capaz de operar una transformación en el deteriorado entorno de Macuto. Ese universo de posibilidades es amplio y prometedor, si tenemos, la sociedad organizada y el gobierno, la capacidad y visión de entender que el patrimonio debe convertirse en un elemento dinamizador de la economía”, asegura el arquitecto y especialista en Conservación y Restauración de Monumentos, Luis La Rosa, asesor de la cámara regional.

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