Docentes, pensionados, enfermeros y otros trabajadores del sector público salieron a movilizaciones en 23 estados del país para exigir respuesta a su reclamo. El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social reportó 600 protestas el primer mes del año, 161 de ellas fueron cubiertas por El Pitazo

La convocatoria fue sin algarabía y por WhatsApp, para reclamar por sus derechos contractuales y ajustes salariales. Así comenzaron las protestas de maestros de escuelas estadales y nacionales este 2023. El año lo recibieron en la calle porque el sueldo no les alcanza para cubrir sus necesidades básicas. Aunque no solo ellos protestan, también el personal de salud, transportistas, jubilados y la gente por servicios públicos. Al menos, se registraron 600 protestas en Venezuela en el primer mes del año.

Las cadenas de WhatsApp y los anuncios que hacen en imágenes son el mejor aliado que tienen los maestros, junto a los grupos en Facebook. “Mañana a las 8:00 am en la plaza con pancartas. Maestros activos y jubilados están convocados”, así decían la mayoría de los mensajes que comenzaron a publicar el 8 de enero en varios municipios de Venezuela.El 9 de enero fue la primera protesta a escala nacional, que se cumplió en los 23 estados del país, desde el Zulia hasta Oriente. El inicio de las movilizaciones estuvo impulsado por el gremio de docentes que convocó una concentración en el Ministerio de Educación en Caracas, institución a la que le exigen que reanude la mesa de negociación de la convención colectiva.

En Occidente, Oriente, Llanos, Centro y Andes también lo apoyaron en las plazas de al menos 100 municipios del país. “Maestro con hambre, no enseña”, afirma el gremio de educación que recibe un salario que no le permite cubrir con la canasta básica, transporte y otros requerimientos para atender a sus alumnos.

El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social reportó, de forma preliminar, que en el mes de enero de 2023 se registraron al menos 600 protestas en el país, relacionadas a derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.

En su informe del año 2022 destacaron que las protestas laborales encabezaron las exigencias y los trabajadores venezolanos protestaron 1.642 veces por salarios en seis meses, solo en enero ocurrieron 347 protestas en varios estados del país. Esto habla de, en promedio, un incremento de 172% en el 2023.

Isabel Guerrero, investigadora del Observatorio de Conflictividad Social, dijo a El Pitazo que el motor de las protestas que se han desarrollado han sido laborales, aunque estás vienen desde el 2022.

“Una de las particularidades de estas manifestaciones es que la gente organiza movilizaciones por sus reivindicaciones laborales que se hacen hasta las sedes de los organismos que deben responder a su reclamo”, añadió Guerrero.

El drama

Maira Reyes es directora de una escuela en el estado Zulia y es docente VI, el rango más alto dentro de la escala de clasificación por su grado académico, y debe caminar cuatro kilómetros para ir desde su casa hasta la escuela. Para generar ingresos, ofrece sus servicios para la redacción de tesis de grado, trabajos y otros trabajos escolares que le generen un ingreso extra.

Estuvo cuatro años sin un teléfono inteligente porque su salario no le permitía comprarlo, en julio del año 2022 una amiga que migró a otro país se lo envió como regalo. “A mí no me ha dolido tanto dejar de hacer cosas, sino mi formación académica. Me encanta estudiar, leer, para mí el conocimiento es poder. Quería estudiar abogacía, pero no me puedo dar ese lujo porque no me dan los números”, cuenta.

Se considera privilegiada porque pudo hacer un posgrado y doctorado, y dice que los docentes que van ingresaron no tienen tantas posibilidades por los altos costos para matricularse en universidades públicas y privadas. “Ahora hay otras prioridades, pero mi compromiso sigue desde el día que elegí esta profesión. Esto es vocación”.


La gente organiza movilizaciones por sus reivindicaciones laborales que se hacen hasta las sedes de los organismos que deben responder a su reclamo

Isabel Guerrero, investigadora del Observatorio de Conflictividad Social

Esto coincide con lo explicado por el OVCS sobre el incumplimiento de beneficios hacia el personal docente, y de otros sectores. “El aplanamiento de todas las tablas salariales y contratos colectivos establecidos unidireccionalmente por la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre) hizo que los trabajadores alzaran sus voces en todos los sectores que hacen vida en la administración pública. Reclamaron la eliminación de muchos de sus beneficios, disminución o eliminación de primas hasta en un 60%, desconocimiento de primas de antigüedad, aplanando las tablas sin importar los años de servicio, promociones y meritocracia de los trabajadores”, dice el OVCS.

Qué piden los docentes

Viajes, seguro médico y funerario, comprar electrodomésticos, inmuebles y otros objetivos estaban al alcance de un docente promedio, pero en los últimos años se registró un detrimento de su calidad de vida por los bajos salarios y eso es lo que piden. No que vuelvan los tiempos de antes, sino que su trabajo les permita vivir tranquilos.

Los maestros piden el ajuste salarial, la firma de la contratación colectiva; el pago del 280% de la deuda con sus incidencias, de las primas y las evaluaciones al personal administrativo y obrero, así como la eliminación de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre). A esto ahora le añadieron el cese de la persecución por parte de directores y jefes de zona debido al reclamo de sus derechos.

Laura González trabaja en una escuela rural de Trujillo y debe gastar dos dólares diarios para atender a sus estudiantes y después regresar a su casa. El pago del transporte lo debe hacer en efectivo, por lo que se las ingenió y vende paledonias, una torta endulzada con papelón.


A mí no me ha dolido tanto dejar de hacer cosas, sino mi formación académica. Me encanta estudiar, leer, para mí el conocimiento es poder

Maira Reyes, docente VI y directora de escuela en el estado Zulia

“Las paledonias las vendo en 20 bolívares en efectivo, las preparo en bandejas de aluminio y las salgo a vender para conseguir efectivo y poder ir a la escuela. Las instalaciones no están deterioradas, pero son zonas de difícil acceso y problemas de comunicación”, agrega.

Es docente III y tiene 19 años de servicio, 6 de ellos en una escuela del municipio Monte Carmelo. “Los maestros recibían créditos para estudiar y comprar, soy madre soltera y así pude costear los estudios de mis hijos y comprar en mi casa”, detalló.

Los maestros consultados por El Pitazo coinciden en que, aunque su profesión es prioridad, no se sienten escuchados por el Gobierno y tampoco atienden sus necesidades primarias entre las que destacan los servicios médicos y conexión para trabajar desde las instituciones educativas.

Destacaron que desde que inició la pandemia por COVID-19 no tenían seguro médico y los enviaban a centros de salud que carecían de insumos, por lo que la mayoría de las escuelas realizaron recolección de fondos de representantes y otros docentes para costear los gastos de medicamentos y estudios de su personal.

Yajaira Hernández, representante del Sindicato Único Magisterial (Suma), precisó que el sector educativo, sobre todo las instituciones públicas, están en “cuidados intensivos”, ya que al menos 80% no tienen las condiciones para atender a los estudiantes, donde destacó los problemas de luz y agua.

“No solo los maestros, todos los profesionales tuvieron que buscar una segunda entrada alejado de la administración pública por la precariedad de los salarios. Los maestros se la ingeniaron para buscar ingresos como algún oficio, trabajar en empresa privada o apoyo de tareas dirigidas. Aún con el aumento siguen sin llenar sus necesidades básicas de la canasta alimentaria”, afirma el dirigente sindical y docente.


Los maestros recibían créditos para estudiar y comprar, soy madre soltera y así pude costear los estudios de mis hijos y comprar en mi casa

Laura González, docente de Trujillo con 19 años de experiencia

También refirió que los docentes aspiran al menos 600 dólares de salario para mejorar la calidad de vida de los docentes. “De nada sirve tener un buen salario, sin previsión social. Queremos que el personal tenga garantía de salud y servicio funerario. La calidad de vida de un docente se ha deteriorado porque un docente promedio tenía acceso a educación, salud, recreación, vivienda y otros beneficios”.

El salario que devenga un docente mensual está destinado, en su mayoría, a comprar alimentos, además que no tienen atención médica. Los jubilados son los que más reclaman las fallas en el área de salud y que dice que no hay especialistas en el Instituto de Prevención y Asistencia Social para el personal del Ministerio de Educación (Ipasme) y deben recurrir a centros de salud privado, admite Hernández.

Una consulta puede costar entre 10 y hasta 80 dólares, mientras que con el servicio funerario se ha tenido que realizar colectas entre el gremio y familiares para poder cubrir los gastos del sepelio de un docente. “El gremio educativo está desasistido, aunque se escuchan los planteamientos, no se ha dado una respuesta para nosotros”, rechazó en representación del gremio docente.

El 30 de enero la secretaria del Colegio de Profesores de Bolívar, Aída González, expresó que los docentes seguirán con sus reclamos, pese a la intimidación y amenazas. “Esta lucha no la para nadie, porque no es solo de los docentes, esto es también por nuestros alumnos”, recalcó la gremialista.

Dijo que el pésimo estado de las instituciones educativas, que están sin agua y con graves fallas estructurales, representa un peligro para maestros y estudiantes. “Además, nuestros compañeros están siendo sometidos y amenazados para que no salgan a protestar, sin embargo, no están asistiendo a las aulas para continuar la huelga”, indicó.

En Delta Amacuro, los docentes de la etnia warao también se sumaron al reclamo nacional del sector educativo. La ONG Kapé Kapé reportó que los docentes han recurrido a la pesca como medio de sustento, porque el salario como profesional de la educación ya no les rinde.

“Para poder rendir los pocos ingresos, los docentes waraos salen cada cuatro o cinco meses de su comunidad hasta Tucupita o Barrancas del Orinoco a comprar productos de primera necesidad, con lo ahorrado en varios meses de su trabajo en las aulas de clases”, dijo la ONG en un boletín difundido el 18 de enero.

Otras protestas de sectores públicos

No solo protestan los docentes, trabajadores de otros sectores como la salud, universidades, petroleros y empleados de alcaldías, gobernaciones e instituciones públicas también han alzado la voz para pedir mejores salarios y condiciones de trabajo. Otro grupo ha protestado por el desabastecimiento de combustible, agua potable o gas doméstico.

Otra de las movilizaciones fue denominada “marcha de los entierros” realizada el miércoles 11 de enero, en la que se unieron todos los sectores públicos del país para exigir garantía a sus derechos laborales y la homologación de los sueldos a la canasta básica alimentaria. La misma partió desde Parque Carabobo, frente al Ministerio Público, hasta la Defensoría del Pueblo.


No solo los maestros, todos los profesionales tuvieron que buscar una segunda entrada alejado de la administración pública por la precariedad de los salarios. Los maestros se la ingeniaron para buscar ingresos como algún oficio, trabajar en empresa privada o apoyo de tareas dirigidas

Yajaira Hernández, representante del Sindicato Único Magisterial

Una de las afectadas que participó en esa convocatoria fue la señora María Nieves de 95 años de edad. Durante 40 años dedicó su vida al sector salud como enfermera, pero nunca imaginó que iba a llegar a la situación de decadencia en la que se encuentra en este momento, sin un sueldo que le permita cubrir su alimentación y gastos médicos. Indicó que desde hace más de dos años no consume pollo y lo que siempre tiene en su plato de comida es arroz y arvejas duras. Es por eso que se mantiene en la calle hasta que el gobierno de Nicolás Maduro le permita vivir dignamente.

El 16 de enero se llevó a cabo una de las marchas que alcanzó a reunir a cientos de trabajadores públicos, jubilados y pensionados. Se inició desde Plaza Venezuela hasta la sede del Ministerio Público en Parque Carabobo y a diferencia de todas las anteriores, el recorrido fue más amplio, pero con las mismas exigencias: reivindicaciones salariales y el restablecimiento de los beneficios que les corresponde.

En Carabobo, el presidente del Colegio de Enfermeros Julio García, ha encabezado las concentraciones y aunque durante las protestas aseguró que se trataba de una lucha pacífica y constitucional, el 26 de enero funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) llegaron a su residencia, pero el dirigente gremial no estaba. Luego de ese incidente a García no se le ha visto más en las concentraciones ni públicamente.


Equipo de corresponsales: Mayreth Casanova con información de Mairen Dona, Rosanna Batisttelli, Katherine Dona, Carlos Suniaga, Jesymar Añez, Julio Marcano, Nataly Angulo y Lorena Bornacelly.

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