Estamos compuestos por agua. Está presente en 60 % de nuestro cuerpo y compone al menos 70 % de nuestro cerebro, sangre y órganos. Constantemente escuchamos la regla de los ocho vasos de agua diarios para mantenernos hidratados, ya que de este líquido dependen nuestras funciones corporales. Pero, ¿qué pasaría si se descubriera que el agua no es la bebida más hidratante?
Este fue, precisamente, el hallazgo de un grupo de investigadores de la Universidad de St. Andrews, en Escocia, que comparó las cualidades de 13 bebidas distintas, desde refrescos, bebidas deportivas y jugo de naranja hasta agua con gas.
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El estudio fue conducido por Ronald Maughan, profesor de la facultad de Medicina de esa universidad. Se tomaron en cuenta los factores de cantidad de bebida ingerida, su densidad energética y la cantidad de electrolitos presentes.
En ese sentido, los investigadores descubrieron que la leche es más hidratante que el agua mineral porque contiene lactosa, proteínas y una cantidad pequeña de grasas. Esta composición ayuda a retrasar la eliminación de líquido del estómago, manteniendo así el efecto de la hidratación durante más tiempo. Además, la cantidad de sodio presente en la leche ayuda a que el cuerpo retenga el líquido en el cuerpo y genere menos orina.
Esto no quiere decir que se deba sustituir el agua por la leche al momento de hidratar el cuerpo. La vocera de la Academia de Nutrición y Dietética de Estados Unidos, Melissa Majumdar, explicó a CNN que los riñones y el hígado “dependen del agua para eliminar las toxinas en nuestros cuerpos”. La experta también recordó que el agua “juega un papel clave en el mantenimiento de la elasticidad y flexibilidad de la piel”.