La selva del Darién se ha convertido en un símbolo de la crisis migratoria venezolana, y también en un problema regional cuyos principales protagonistas (Colombia, Panamá y Estados Unidos) no han podido resolver. Este tapón selvático encabeza la lista de fronteras migratorias más peligrosas del mundo, según Infobae.
El peligro del Darién no solo radica en su densa vegetación y en los ríos que la atraviesan, sino en las organizaciones delictivas que han encontrado en el tráfico de personas un negocio tan rentable como sostenible. Solo en los primeros ocho meses de 2023, se estima que más de 350.000 migrantes han cruzado la selva en su paso hacia Estados Unidos.
A pesar de estos peligros, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera que la frontera más peligrosa se encuentra entre México y Estados Unidos, esto con base en el número de personas que han muerto en el desierto o cruzando el Río Grande, cuyo cauce ha cobrado la vida de más de 3.000 personas desde 2014.
México y Estados Unidos comenzarán a deportar a migrantes de ciudades fronterizas
Estas condiciones naturales, sumadas a la existencia de coyotes y otros grupos criminales que acechan y secuestran a los migrantes en tránsito, también son variables que convierten a la frontera entre México y Estados Unidos como la más peligrosa en la actualidad.
El tránsito fronterizo entre África y Europa también es riesgoso. Cifras de la ONU aseguran que en el desierto del Sahara han muerto más de 5.400 migrantes, que desfallecen en el camino hacia el viejo continente a causa de la temperatura, que puede superar los 40° durante el día, y descender hasta -2° en horas de la noche.
El destino más popular de los migrantes africanos suele ser España, que en 2021 recibió más de un millón de viajeros de este continente. Ese mismo año, se registró un récord de muertes en la frontera con Canarias, fijado en 1.172 migrantes fallecidos.
Sin embargo, la ruta migratoria más peligrosa para la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) fue, durante muchos años, el Mediterraneo Central, usado por migrantes originarios de países como Túnez y Libia para llegar a España, Italia, Malta, Grecia y Croacia.
Según la OIM, en el Mar Mediterráneo Central han muerto aproximadamente 19.000 personas, que suelen viajar en embarcaciones con sobrecarga o improvisadas, no aptas para el tránsito de cientos de personas en un cruce marítimo tan complicado.