Caracas.- Los dos terremotos de magnitud 7.8 y 7.5, que se registraron el pasado 6 de febrero en Turquía y Siria, han dejado ya más de 22.000 fallecidos. El presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, afirmó que se trata de la mayor tragedia sufrida en el país desde el terremoto de Erzincan, hace 80 años.
Algunos especialistas, como el presidente del Colegio de Geólogos de España, Luis Suárez, compararon la energía liberada por el sismo con 100.000 toneladas de dinamita, es decir, 10 veces la energía que liberó la explosión de la bomba atómica de Hiroshima en 1945.
El profesor Cristian Farías, geofísico, director del Departamento de Obras Civiles y Geología de la Universidad de Temuco (Chile) y autor del libro “Volcanes y Terremotos”, explicó que para que ocurra un sismo de gran magnitud, «solo debe haber dos bloques de la corteza terrestre que se muevan uno con respecto al otro».
De acuerdo con Farías, los sismos en estas naciones del Medio Oriente no fueron de gran magnitud en comparación con otros que se han registrado en Japón, Indonesia o Chile, pero fueron devastadores porque el epicentro fue muy superficial.
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«Ha habido terremotos 20-30 veces más grandes que el de Turquía, pero lo que ocurre con ellos es que las profundidades son un poco más grandes y cuesta más que las ondas lleguen a la superficie», aseguró.
Para el geofísico, los terremotos de Siria y Turquía son de los tres desastres más grandes que han ocurrido en este milenio y destacó que más allá del fenómeno en sí mismo, hay que tomar en cuenta cómo reaccionarían los edificios ante un sismo.
En Turquía, por ley, los edificios deben ser construidos bajo normas antisísmicas, pero para Farías es evidente que no se cumplió. “Ahí es cuando uno empieza a pensar cuál es el poder del Estado para poder fiscalizar “, puntualizó.
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A su juicio, además de la reacción de los edificios ante un terremoto de gran magnitud, también es importante promover una cultura antisísmica en la sociedad para que las personas sepan cómo actuar ante un fenómeno de este tipo.
“Los desastres no son naturales, el fenómeno sí, pero lo que pase después es una cuestión que depende completamente de cómo nosotros como sociedad nos preparamos de manera adecuada”, aseveró.
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