Caracas.- Sin noción del tiempo, en una celda con alrededor de 40 presos comunes y sin condiciones que garantizaran la vida. Así vivieron 6 sindicalistas venezolanos detenidos en 2022 por una misma causa: exigir derechos laborales y salariales.
Luego de 18 meses de prisión y con una sentencia de 16 años de cárcel, el 20 de diciembre el gobierno de Nicolás Maduro excarceló a Alcides Bracho, Gabriel Blanco, Emilio Negrín, Alonso Meléndez, Néstor Astudillo y Reynaldo Cortés.
Lo que tanto deseaban, pero no esperaban que ocurriera este año, llegó el día que menos imaginaron. Formaron parte de un histórico intercambio de prisioneros entre Estados Unidos y Venezuela, en el que destacó el nombre de Alex Saab, extraditado desde Cabo Verde a Estados Unidos para enfrentar un juicio por blanqueo de capitales.
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La mañana del miércoles, 20 de diciembre, ingresaron los seis sindicalistas a una oficina del centro de detención de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en La Yaguara, donde les informaron que habían sido excarcelados.
Sin mayores explicaciones, ni razón de los hechos, y sin firmar una boleta de excarcelación, cuando era la 1:00 p.m. salieron de un centro en el que aprendieron a sobrevivir con la ayuda de familiares y de la solidaridad de los otros detenidos.
Estos líderes sindicales aseguran que se encuentran en un limbo judicial, pues desconocen bajo cuáles condiciones se les otorgó la excarcelación. Asimismo, precisaron que están fuera del centro de reclusión, pero no en libertad. En ese sentido, piden que se haga justicia de verdad.
El equipo de El Pitazo pudo conversar con tres de los seis líderes sindicales excarcelados. Alcides Bracho, Reynaldo Cortés y Gabriel Blanco coinciden en que fueron 18 meses de una detención injusta, aunque la situación no los doblegó.
Alcides Bracho: presos me rescataron del infierno
El artista plástico, docente y líder sindical del magisterio venezolano, Alcides Bracho, fue el primer detenido en una redada represiva ejecutada por el gobierno de Nicolás Maduro. Su detención ocurrió el 4 julio de 2022, por funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
Aunque celebra su excarcelación, asegura que su felicidad no es completa porque «la amenaza está». Explica que así como lo detuvieron sin orden, así lo pusieron en la calle.
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«En la cárcel dejé amigos que no solo son presos políticos, sino detenidos comunes que me tendieron la mano y rescataron de las fauces del infierno, porque los mismos policías te lanzan para que otros reclusos te ataquen», relató Bracho.
Comentó las críticas condiciones de estar preso en Venezuela. Convivir hacinado con otros 40 detenidos y organizarse para poder dormir, ir al baño o sentarse. Escasamente lograba caminar unos metros. Ahora colocarse sus zapatos y caminar largos trayectos le incomoda.
Lo que más anhelaba era estar junto a sus familiares, porque estando detenido solo podía verlos 30 minutos y debía pagar. Pensar que esta situación le tocaría le cambió la vida.
Reynaldo Cortés: fe en la solidaridad de mis compañeros
El delegado principal del Consejo Regional de Trabajadores de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) en el estado Guárico, Reynaldo Cortés, fue apresado el 7 de julio de 2022 en esa entidad. Estuvo señalado de apoderarse de 120 fusiles en un asalto al Fuerte Caribay de Mérida, junto a cinco militantes de Bandera Roja.
Cortés no tiene familiares en Caracas. Su madre, una hermana y un hermano viven en San Juan de los Morros y se les hacía imposible movilizarse a la capital para visitarlo, por lo que asegura que para alimentarse tuvo fe en la solidaridad de los compañeros con los que compartía prisión, en medio de una situación carcelaria en la que todo se debe pagar.
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«El problema de los presos es que a ninguno de los ciudadanos detenidos se les garantiza alimentación y ni siquiera hidratación. Para un preso que no tiene familiares cercanos resulta un verdadero sacrificio y tormento. Comienzas a pedir el favor de que te den una rodaja de pan», relató.
Cortés comentó que espera viajar en los próximos días a Guárico para abrazar a sus seres queridos. Este 21 de diciembre, sus dos hijas lograron verlo fuera de la cárcel. Explica que ellas también sufrieron y estuvieron en prisión al estar detenido de manera injusta y sin hechos que lo incriminaran.
«Fue una situación dramática, pero lo asumí con el coraje que tenía que asumirlo y no me doblegaron. Nuestra lucha era por los trabajadores y nos pareció injusto que nos acusaran de cosas que nunca existieron», afirmó.
Gabriel Blanco: es muy duro vivir entre presos comunes
El director de comunicación de la Central de Trabajadores de la Asociación Sindical Independiente (ASI) y directivo del Sindicato de Funcionarios de la Asamblea Nacional, Gabriel Blanco, fue apresado el 7 de julio de 2022 en su vivienda en Caracas, por efectivos de la Dirección de Investigaciones Estratégicas de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).
Blanco aseguró que vivir entre presos comunes es duro. Aprendió a comunicarse con otras palabras que, en muchos casos, sirven para la protección y convivencia del propio detenido. Durante 18 meses de prisión debió cuidarse de lo que hacía y decía.
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«El preso venezolano sobrevive con sus familiares, no lo hace con un Estado que garantice que el detenido tenga las mínimas condiciones para vivir. Duré 18 meses durmiendo en una hamaca», relató.
Estando en prisión murieron su madre y su abuela, una situación que lo afectó emocionalmente al verse de manos atadas y no poder estar con sus familiares en ese momento. También se perdió la graduación de bachillerato de su hijo. Solo se refugió en la visita semanal que su padre le hacía; eso lo mantuvo de pie.
No se esperaba la excarcelación y dice que el limbo legal en el que se encuentra deja mucho vacío para todos, incluyendo a familiares que viven en constante angustia.
«Sobreviví con la cabeza fuerte. Hoy estamos gozando de una libertad que no tenemos claridad en qué condiciones, pero debemos aprovecharla», finalizó.
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